tag:blogger.com,1999:blog-18240306586024185402023-11-15T22:29:22.088-08:00Non nisi te, DomineNon nisi te, Dominehttp://www.blogger.com/profile/16017245568144810674noreply@blogger.comBlogger41125tag:blogger.com,1999:blog-1824030658602418540.post-80742664573085563252013-12-25T03:18:00.002-08:002013-12-25T03:18:35.265-08:00Ha venido al mundo aquel por quien fue hecho el mundo<div style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMstHO_75xaeLo4x8m1Le8XV8DVs4_RIVb3bt7MnyBLr8hHi6wc1m3pmaBnuJZ36vPmEGhZTFYCls-Kl4-ifv6iRPrK6SNKruydsKAQWid60vc_BjkmXSFtu26A_zafW0pHeapx3wGMbP6/s1600/murillo-adoracion-pastores-2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; line-height: 0.45cm; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMstHO_75xaeLo4x8m1Le8XV8DVs4_RIVb3bt7MnyBLr8hHi6wc1m3pmaBnuJZ36vPmEGhZTFYCls-Kl4-ifv6iRPrK6SNKruydsKAQWid60vc_BjkmXSFtu26A_zafW0pHeapx3wGMbP6/s640/murillo-adoracion-pastores-2.jpg" width="476" /></a><span style="color: #333333;"></span></div>
<div style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 0.45cm; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="color: #333333;"><span style="color: #333333; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div style="line-height: 0.45cm; text-align: justify;">
<span style="color: #333333;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="line-height: 0.45cm;">“</span><span style="line-height: 0.45cm;">Mirad
cuán grande era su pobreza: van a una posada; pero el evangelista no
dice que ésta se hallara en la carretera principal, sino en una vía
secundaria, es decir, no se encuentra en el camino, sino a la vera
del camino; no en el camino de la ley, sino en la senda del
evangelio, senda en la cual ellos estaban. En ninguna otra parte
había lugar alguno disponible para el nacimiento del Salvador, más
que en un pesebre en el que se ataba a las bestias de carga y a los
asnos. ¡Ay, si pudiera contemplar aquel pesebre en el cual reposó
el Señor! Hoy en día, en honor a Cristo, hemos limpiado la suciedad
de aquel lugar y lo hemos adornado con objetos de plata, aunque para
mí tiene más valor aquello que se quitó. Propio es de paganos el
oro y la plata; la fe cristiana prefiere, en cambio, aquel otro
pesebre lleno de estiércol. Aquel que nació en ese pesebre rechaza
el oro y la plata. No es que esté criticando a quienes, con el fin
de tributarle un honor, obraron de tal modo (así como tampoco a
aquellos que en el templo fabricaron vasos de oro): lo que me admira
es que el Señor, creador del mundo entero, no naciera en medio del
oro y la plata, sino en un lugar lleno de lodo.”</span></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #333333;"><span style="line-height: 17px;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></span></span></div>
<span style="color: #333333;"><b style="line-height: 0.45cm;"><div style="text-align: justify;">
<b style="line-height: 0.45cm;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">San
Jerónimo, <i>Homilía para la Natividad del Señor</i>.</span></b></div>
</b></span><br />
<div style="line-height: 0.45cm; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
</span></div>
<div style="line-height: 0.45cm; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
</span></div>
<div style="line-height: 0.45cm; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">“Hoy
es el día en que vino al mundo aquel por quien fue hecho el mundo;
en que se hizo presente por la carne aquel que nunca estuvo ausente
por el poder; por cuanto estaba en este mundo y vino a lo suyo. En el
mundo estaba, pero el mundo no le conocía; porque la luz
resplandecía en las tinieblas y las tinieblas no la comprendían.
Vino, pues, en la carne para limpiar los vicios de la carne. Vino en
la tierra medicinal para con ella curar nuestros ojos interiores que
había obcecado nuestra tierra exterior, a fin de que sanados éstos,
nos hagamos luz en el Señor los que fuimos antes tinieblas, y ya la
luz no resplandezca en las tinieblas presente a los ausentes, sino
que aparezca cierta a los que le miran. Para esto procedió el Esposo
de su tálamo y saltó como gigante para correr el camino (Ps. 18,
6). Hermoso como esposo, fuerte como gigante, amable y terrible,
severo y sereno; bello para los buenos y áspero para los malos.
Permaneciendo en el seno del Padre, llenó el vientre de la Madre. En
el tálamo, esto es, en el vientre de la Virgen la naturaleza divina
unió a sí a la humana; allí el Verbo se hizo carne por nosotros,
para que procediendo de la Madre habitase entre nosotros, y para que
precediéndonos al Padre nos preparara donde habitásemos.
Celebremos, pues, solemnemente este día llenos de alegría y
esperemos fielmente el día eterno por aquel que siendo eterno nació
para nosotros en el tiempo.</span></div>
<div style="line-height: 0.45cm; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
</span></div>
<div style="line-height: 0.45cm; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<b><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">San
Agustín, <i>Sermón 195</i>, n. 3.</span></b></div>
<div style="line-height: 0.45cm; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
</span></div>
<div style="line-height: 0.45cm; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">“A
todos hablo; a todos lo digo. Haced en el interior del alma lo que
admiráis en la carne de María. El que de corazón cree para la
justicia, concibe a Cristo, y el que de boca le confiesa para la
salud, pare a Cristo.”</span></div>
<div style="line-height: 0.45cm; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
</span></div>
<div style="line-height: 0.45cm; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<b><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">San
Agustín, <i>Sermón 191</i>, n. 4.</span></b></div>
<div style="line-height: 0.45cm; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
</span></div>
<div style="line-height: 0.45cm; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">“Por
cuanto es Cristo la Verdad, la paz y la justicia, concebidle por la
fe y dadle a luz por las obras; para que lo que hizo el vientre de
María, en la carne de Cristo, lo haga vuestro corazón en la ley de
Cristo.”</span></div>
<div style="line-height: 0.45cm; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
</span></div>
<br />
<div style="line-height: 0.45cm; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<b><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">San
Agustín,<i> Sermón 192</i>, n. 2.</span></b></div>
Non nisi te, Dominehttp://www.blogger.com/profile/16017245568144810674noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1824030658602418540.post-59012283276833116382013-12-23T02:20:00.000-08:002013-12-23T06:08:59.583-08:00San Agustín: "¿Quién no se asombra al oír a Dios nacido?" <div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEioEme8EaOXySGi4oz4-014Y4NbjQYJGtse_56_9SdPj3Yi1c7srp4D0wgmBYnFz5h3lF83T7WY-iFztsGcHoMchDC5lXgZZ4NZgj2UMBmu8qxRyc6J-H4YmuyNLA24rm-5NtYDfFIPQ1F1/s1600/6563990983_b5cf420841_o.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEioEme8EaOXySGi4oz4-014Y4NbjQYJGtse_56_9SdPj3Yi1c7srp4D0wgmBYnFz5h3lF83T7WY-iFztsGcHoMchDC5lXgZZ4NZgj2UMBmu8qxRyc6J-H4YmuyNLA24rm-5NtYDfFIPQ1F1/s640/6563990983_b5cf420841_o.jpg" width="393" /></a>¿Quién no se asombra al oír a Dios nacido? Oyes al que nace, pero ve en su mismo nacimiento los milagros que hace. El vientre de la Virgen es fecundado y el claustro del pudor es preservado. Llénanse las entrañas de la Madre sin concurso alguno del padre y siente la prole la que ignoraba al consorte. El ángel habla a la Virgen, la Virgen prepara el corazón y Cristo es concebido por la fe. ¿Admiras estas cosas? Pues admira más. La madre y virgen pare, fecunda e intacta; sin hombre padre nace el hijo que hizo a la misma madre. El Hacedor de todas las cosas es hecho entre ellas; el director de todo el orbe es llevado en manos de la madre; lame los pechos el regente de los astros; calla, y es la Palabra. Por la lengua no manifestaba todavía quién era y ya toda criatura indicaba a su Criador nacido. Los ángeles anuncian a los pastores y la estrella convida a los Magos: la rusticidad de los pastores exige la admiración de los ángeles y la curiosidad de los Magos es instruida por la lengua de los cielos. Los Magos predican al rey de los judíos, y los judíos le niegan; aquéllos le buscan para adorarle, y éstos le buscan para matarle. Los Magos dicen al rey Herodes el Rey que buscan nacido, y los judíos le dicen la ciudad donde nacería para reinar. Unos y otros le predican, y unos y otros le confiesan; pero los Magos de un modo y los judíos de otro; aquéllos para adorarle encontrado y éstos para matarle agarrado.<br />
<br />
<br />
¡Oh judíos que lleváis en las manos la lucerna de la ley para demostrar a los demás el camino y quedaros vosotros en tinieblas! Ved ahí que los Magos, primicias de los gentiles, ofrecen a Cristo sus dones, y no sólo el oro, el incienso y la mirra, sino también sus almas, y a vosotros repudia la iniquidad propia hasta el punto de haceros dementes para buscar con el fin de quitar la vida al que viene a libraros de las cadenas. ¿Qué os aprovechó el descubrir a Herodes el lugar de donde nacería Cristo? ¿Acaso no os perjudicasteis a vosotros mismos sin causar daño alguno a Cristo? Porque oyéndoos aquél decir dónde podía ser hallado Cristo nacido, mandó luego quitar la vida a los niños de vuestra gente. Herodes se ensaña para perder a uno entre muchos y degollando a muchos se hizo reo, sin alcanzar al hombre Dios a quien busca.<br />
<br />
<br />
Grande es, oh Herodes, tu iniquidad; matas a los infantes y acumulas los testigos de tu maldad, y no encuentras a Cristo, porque todavía no ha llegado su hora de padecer. Ciertamente, sin hacer daño alguno a Cristo, eres su perseguidor convicto y reo de su muerte; pero haciendo muchos contra él, te perdiste a ti mismo. ¿Por qué temes a tal Rey, siendo así que viene a reinar de modo que no quiere excluirte? El que buscas es Rey de los reyes; si quisieras obtener seguro tu reino, le suplicarías que él mismo te diese el eterno. Reine Cristo del modo que vino a reinar; reciba a los que le creen, búrlese de los que le persiguen, haga a los que peleen, ayude a los que trabajan y corone a los que vencen. <br />
<br />
<br />
<div style="text-align: right;">
<div style="text-align: center;">
<b>(Lib. 4, de <i>Symb. Ad Catech</i>., c. 4)</b></div>
</div>
<div style="text-align: right;">
<br /></div>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOF1xBKnzlhYyCcroBig6NR8O8Nw1iujgba97Gy45Ix13525SKltSp5Co2z-LuTHp3lSBfugbTo_SnG9rWSRpPMnnEgVyGReNtpyclU3nIn9V8vfwzsrDfj6k-4XcfL6OJzPkrqIgZQoeQ/s1600/Madonna+and+Child+-+Verbum+Caro+Factum+Est.gif" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOF1xBKnzlhYyCcroBig6NR8O8Nw1iujgba97Gy45Ix13525SKltSp5Co2z-LuTHp3lSBfugbTo_SnG9rWSRpPMnnEgVyGReNtpyclU3nIn9V8vfwzsrDfj6k-4XcfL6OJzPkrqIgZQoeQ/s1600/Madonna+and+Child+-+Verbum+Caro+Factum+Est.gif" /></a></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
Non nisi te, Dominehttp://www.blogger.com/profile/16017245568144810674noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1824030658602418540.post-71250590063158508052012-12-06T09:59:00.001-08:002012-12-07T04:44:22.811-08:00Jovellanos y la Constitución histórica tradicional contra el constitucionalismo liberal<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3n6wJS5Lmp2uk-i-iESt1JPqjU32Rayy9fIu6jJBPg_Gt3jrpAO_GQhcmfRWqBaKRBVun2O1w8FTjAfWRbI0xHMKiheP4jPWMiW2K6DJaOjX_as6O4rR0u3mGwDB1nTZLu3uBl69oXYV9/s1600/cubierta_Jovellanosolavirtuddelciudadano.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3n6wJS5Lmp2uk-i-iESt1JPqjU32Rayy9fIu6jJBPg_Gt3jrpAO_GQhcmfRWqBaKRBVun2O1w8FTjAfWRbI0xHMKiheP4jPWMiW2K6DJaOjX_as6O4rR0u3mGwDB1nTZLu3uBl69oXYV9/s400/cubierta_Jovellanosolavirtuddelciudadano.jpg" width="255" /></a><br />
<div style="text-align: justify;">
El bicentenario de la desafortunada <b>Constitución de Cádiz</b> va llegando a su final, y coincidiendo con el día en que algunos celebran sin rubor desde sus poltronas a su último epígono, la más desafortunada aún <b>Constitución del 6 de diciembre de 1978</b>, me propongo añadir algo a <a href="http://nonnisite.blogspot.com.es/2012/03/melchor-de-jovellanos-y-el.html">lo que ya dije en otra ocasión siguiendo el pensamiento del ilustre Gaspar Melchor de Jovellanos</a>. Para ello me basaré en algunas citas de la obra de <b>Jesús E. Casariego, <i>Jovellanos o el equilibrio</i></b> (1934), aún cuando cite propiamente a Jovellanos y sus obras tal como las refiere dicho autor.</div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Como ya vimos, la postura de <b>Jovellanos </b>en las <b>Cortes de Cádiz</b> fue la de la reivindicación de las auténticas Cortes españolas tradicionales, como las defendió en ese momento <b>Borrull</b>; la de la monarquía tradicional, depurada de sus elementos absolutistas, de los cuales son verdaderos herederos los liberales, que recogen y transforman la idea absolutista de soberanía, que el tradicionalismo y con él Jovellanos rechazan. Como dirá <b>Vicente Manterola </b>en <i><b>El espíritu carlista </b></i>(1870), "si el absolutismo es sinónimo de despotismo, el sistema absolutista hallará su más implacable enemigo en el partido carlista. Porque el partido carlista es cristiano, y es pagano, esencialmente pagano, el absolutismo, como continuación del cesarismo antiguo". ¿No es el liberal impío <b>Pío Baroja</b> el que escribe <b><i>César o nada</i></b>? Cuando el poder político pierde sus fundamentos naturales y divinos acaba derivando necesariamente en una dualidad entre democracia y totalitarismo como caras de una misma moneda. El <b>regeneracionismo</b> español, de sesgo liberal progresista, krausista y defensor de la <b>Institución Libre de Enseñanza</b> desemboca en la nostalgia de un "cirujano de hierro" como una expresión más del voluntarismo y el soberanismo absolutista-liberal. La abstracción y el irracionalismo de la llamada "voluntad del pueblo", expresión de su supuesta soberanía, a fuerza de ser imposible y amorfa, acaba por ser considerada ineficaz por sus propios defensores, que finalmente reinvindican una figura autoritaria (realmente sin autoridad) que imponga algo de orden (realmente orden del desorden). En esa polaridad se mueve constantemente la democracia liberal, aún cuando no caiga en un sistema abiertamente dictatorial y totalitario; un caos autoritario en el que se pretende una neutralidad jurídica utópica constantemente rectificada por ejercicios de autoritarismo despótico.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Contra este estado de cosas se manifestaba <b>Jovellanos</b> al rechazar el constitucionalismo revolucionario, que de la nada, a la manera idealista y racionalista, quería fundar la comunidad política en un acto de la pura voluntad, como supuesta emanación del espíritu del pueblo. Frente a esto, Jovellanos reivindica la autoridad legítima del Rey y la constitución histórica de las Españas: "...oigo hablar mucho de hacer en las mismas Cortes una nueva Constitución, y aún de ejecutarla; y en eso sí que a mi juicio habrá mucho inconveniente y peligro. ¿Por ventura no tiene España su Constitución? Tiénela, sin duda; porque ¿qué otra cosa es una Constitución que el conjunto de leyes fundamentales que fijan el derecho del Soberano y de los súbditos y los medios saludables de preservar unos y otros? Y, ¿quién duda que España tiene estas leyes y las conoce? ¿Hay algunas que el despotismo haya atacado y destruido Restablézcanse. ¿Falta alguna medida saludable para asegurar la observancia de todas? Establézcase. Nuestra Constitución, entonces, se hallará hecha y merecerá ser envidiada por todos los pueblos de la tierra que amen la justicia, el orden, el sosiego público y la verdadera libertad, que no puede existir sin ellos. Tal será siempre en este punto mi dictamen sin que asienta jamás a otros que, so pretexto de reformas, tratan de alterar la esencia de la Constitución española" (Sevilla, 21 de mayo de 1809). En sus <b><i>Diarios</i></b> afirma también sobre la verdadera Constitución: "Es siempre la efectiva, la histórica, la que no nace en turbulentas asambleas, ni en un día de asonada, sino en largas edades, y fue lenta y trabajosamente educando la conciencia nacional, con el concurso de todos y para el bien de la comunidad; Constitución que puede reformarse y mejorarse, pero que nunca es lícito, ni conveniente, ni quizá posible destruir, so pena de un suicidio nacional peor que la misma anarquía. ¡Qué mayor locura que hacer una Constitución como quien hace un drama o una novela!".</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En este sentido, <b>J. E. Casariego</b> afirma que "Jovellanos llamaba Constitución al conjunto de leyes y usos que habían ido creando y regulando los organismos públicos de las Monarquías españolas, desde los Códigos visigóticos hasta las Recopilaciones del Imperio, pasando por el tesoro doctrinal de las Partidas alfonsinas, la selva fecunda de nuestra legislación foral y la jurisprudencia de las Cortes y Consejos".</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Jovellanos</b> se opone además abiertamente a las <b>doctrinas contractualistas</b> que subyacen al constitucionalismo liberal, provenientes precisamente de <b>Hobbes</b>, el teorizador del absolutismo, cuyas doctrinas han reformulado pensadores liberales desde <b>Locke</b>, <b>Rousseau</b> y <b>Kant</b> hasta <b>Rawls</b>. "Su principal apoyo son ciertos derechos que atribuyen al hombre el estado de libertad e independencia natural... ¿cómo no se ha visto que tal estado es puramente ideal y quimérico y que el estado de sociedad es natural al hombre?" (<b><i>Tratado teórico-práctico de enseñanza</i></b>). </div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgi8WQkmCq7S5u3JP20C2W_Oz102w_yHxyv9maUzj6-qXK1prhYXCLHqX3yl2tIQiNYwB3CwSYi6xrAzWKjje9paTHNyZx4HPw8UC0o5DkpiM3VRh8_dnfp7-bT7sVtTlria4Ta8rroUB0t/s1600/Leviathan+portada+cover+leviatan+hobbes.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="516" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgi8WQkmCq7S5u3JP20C2W_Oz102w_yHxyv9maUzj6-qXK1prhYXCLHqX3yl2tIQiNYwB3CwSYi6xrAzWKjje9paTHNyZx4HPw8UC0o5DkpiM3VRh8_dnfp7-bT7sVtTlria4Ta8rroUB0t/s640/Leviathan+portada+cover+leviatan+hobbes.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
La lógica absolutista y liberal con su deriva totalitaria parte de un análisis catastrofista y antirrealista de un estado de caos pre-político para fundar lo político como estado de excepción y por ello a través del poder como pura fuerza y coacción externa. Destruidos los fundamentos de la sociabilidad natural, al estado de violencia natural se opone el estado de violencia política; aún cuando se pretende que para entrar en sociedad no se va a querer la violencia que se evitaba en estado de naturaleza, como quieren los contractualistas liberales desde <b>Locke</b>, se cae en la misma violencia. Locke considera en su <i><b>Carta sobre la tolerancia</b></i> que curiosamente, los católicos no deben ser tolerados. No es ninguna contradicción, sino que el discurso moderno de la tolerancia desemboca siempre en la imposición y la intolerancia efectiva para tratar de conservar su marco utópico. Esto desemboca en la idea de <b>Kelsen</b>, de que la democracia es incompatible con la creencia en ninguna verdad. La verdad no es "tolerante" en sentido liberal y moderno, porque excluye las proposiciones falsas y contradictorias con ella, así pues, tal tipo de tolerancia exige que la verdad sea pisoteada y desterrada. Nos encontramos de nuevo en el estado de tiranía y del voluntarismo feroz frente a toda justicia.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
¿Cómo se funda entonces el poder político en esta tabula rasa? En un simple acto de voluntad, sin los límites del derecho natural ni del derecho divino y al margen de las leyes históricas y la tradición. ¿Y quién ejerce dicho acto? Cualesquiera que sentimentalmente se consideren unidos en su destino para fundar una comunidad política, como diría aquel señorito liberal llamado <b>José Antonio Primo de Rivera</b>, "una unidad de destino en lo universal". Por supuesto, nada impide que dentro de dicha comunidad o estado creado <i>ex nihilo </i>mediante un mero pacto social, se puedan formar otros estados <i>ad infinitum</i>. Todo esto es resultado del constitucionalismo liberal y su idea soberanista que combatió <b>Jovellanos</b> con esta firmeza: "Haciendo, pues, mi profesión de fe política diré que, según el Derecho público de España, la plenitud de la soberanía reside en el Monarca, y que ninguna parte ni porción de ella existe ni puede existir en otra persona o cuerpo fuera de ella. Que, por consiguiente, <b>es una herejía política decir que una nación</b>, cuya Constitución es completamente monárquica, <b>es soberana, o atribuirle funciones de soberanía</b>; y como ésta sea por su naturaleza indivisible, se sigue también que el Soberano mismo no puede despojarse ni puede ser privado de ninguna parte de ella en favor de otro ni de la nación misma" (<b>Apéndice número XIII a la <i>Memoria en defensa de la Junta Central</i></b>).</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Non nisi te, Dominehttp://www.blogger.com/profile/16017245568144810674noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1824030658602418540.post-50335690836189727392012-06-17T13:13:00.004-07:002012-09-13T15:28:59.398-07:00España en la restauración del tomismo, por Leopoldo Eulogio Palacios<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1kdHu5WyKb7B-ZP9rFBW90REgXDfYgtSdezi_kgJlxPrBvZuit3RjjOoEoXon4Gtklfh1aMro7PugXBiJjQGf9tnhntNMwvSRA9r6JOBXQcGfrVup1NEUp5nZ5XuhVxH3YpcK0-WKMpuY/s1600/Leopoldo+Eulogio.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; font-family: Arial; font-size: small; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1kdHu5WyKb7B-ZP9rFBW90REgXDfYgtSdezi_kgJlxPrBvZuit3RjjOoEoXon4Gtklfh1aMro7PugXBiJjQGf9tnhntNMwvSRA9r6JOBXQcGfrVup1NEUp5nZ5XuhVxH3YpcK0-WKMpuY/s320/Leopoldo+Eulogio.jpg" width="232" /></a><span style="font-family: inherit;">¿Cuál ha sido la contribución de España a la restauración de la sabiduría tomista, que hoy alcanza en todas partes un florecer tan luminoso? «No ha sido España la última en este movimiento», decía en 1896 <b>D. Juan Manuel Ortí y Lara</b> en el prólogo que puso a la <i>Filosofía cristiana,</i> de Torre Isunza. Y refiriéndose a los principales precursores y propulsores españoles de este renacer en el pasado siglo citaba a Jaime Balmes, al cardenal González y al padre Urráburu.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">Sin embargo, estas figuras tienen cada cual una fisonomía muy diferente en el ámbito de la filosofía española, si bien la repulsa o el silencio que les tributan los enemigos del catolicismo es buena muestra de la afinidad que les liga. En <b>Balmes</b> hay manifiesto influjo del cartesianismo y también huellas de la doctrina del sentido común. <b>González</b>, en cambio, siguió los pasos del tomismo puro, por una senda más dificultosa y menos hollada en sus días que en los nuestros. Sus <i>Estudios sobre la filosofía de Santo Tomás,</i> traducidos al alemán por Nolte, aparecieron en 1864, quince años antes de la encíclica <i>Aeterni Patris.</i> <b>Urráburu</b>, por su parte, suele seguir las huellas de Lossada y de Suárez.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">Ya en nuestro siglo, en medio de otras figuras de españoles que no cito, hay una que no pudo ser todavía mencionada por D. Juan Manuel Ortí y Lara, y cuyo sol clarísimo ha ejercido un influjo excepcional sobre los pensadores católicos de otros países. Me refiero a <b>Norberto del Prado</b>. Profesor un día en la Universidad suiza de Friburgo, Del Prado fue un maestro que volcó una doctrina tomista pura y rigurosa en dos obras insignes: <i>De gratia et libero arbitrio,</i> monumento de ciencia teológica, publicado en tres gruesos volúmenes el año de 1907, y <i>De veritate fundamentali philosophiae christianae,</i> publicada en dilatado tomo el año 1911.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">En ambas obras, Norberto del Prado tuvo como uno de sus grandes méritos la elevación y excelsitud con que supo traer al primer plano de la discusión doctrinal ciertos temas, que volvieron a retoñar pujantes con el calor de una vida nueva en el terreno de la especulación filosófica y teológica. Inspirados en distintos aspectos de la obra del célebre tomista español sobre la verdad fundamental de la filosofía, o al menos en estrecha vinculación con ella, surgieron en Europa durante los treinta últimos años multitud de libros, entre los que basta destacar por su importancia la obra de <b>Garrigou-Lagrange</b> sobre <i>La filosofía del ser,</i> el espléndido libro de <b>Penido</b> sobre <i>El papel de la Analogía en la Teología dogmática</i> y la gran obra en alemán, de <b>Manser</b>, sobre <i>La esencia del tomismo</i>.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">Otra inteligencia de español se viene aplicando en nuestro tiempo con singular grandeza a continuar la restauración de la verdadera sabiduría entre los hombres: <b>Santiago Ramírez</b>, dominico también, como el cardenal González y Norberto del Prado, y profesor en Friburgo, como lo fue el último de aquellos dos maestros.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">La filosofía llega con Ramírez a desarrollos y análisis extraordinariamente sistemáticos y precisos. Esto es, ciertamente, el sello general que lleva grabado la escolástica. Pero en Ramírez adquiere plenitud de perfección en su género, fruto de la amplitud de su mirada, y de la riqueza de los materiales que maneja, de las comparaciones que entre ellos establece, de la fuerza con que vincula entre sí las partes comparadas, de la seguridad y la abundancia de los textos con que las confirma.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">El alcance de las enseñanzas de este autor es muy superior a la que ya puede advertir una mirada superficial. Esto se pudo ver cuando en 1922 Ramírez publicó en <i><b>La Ciencia Tomista</b></i> sus artículos sobre la analogía del ente. Los hombres dotados de preparación filosófica rastrearon en el escrito de Ramírez la clave sin la cual no podían abrirse las puertas de la metafísica. Por otra parte, su escrito <i>De philosophia, in universum</i> mostró hasta qué punto puede la metafísica tomista coronarse con un esfuerzo supremo de reflexión para abarcar todo el terreno del saber puramente humano y lograr desde allí, mediante una aplicación sistemática de los cuatro géneros de causas, una definición y una división de la filosofía que impresiona por lo completa y unitaria.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">Tales méritos no podían pasar desapercibidos ante el nuevo Estado español. El Instituto de Teología «Francisco Suárez», del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, ha iniciado la publicación de los comentarios del padre Ramírez a la segunda parte de la <i>Suma Teológica,</i> de <b>Santo Tomás</b>, de los que acaba de aparecer el primer tomo del tratado <i>De hominis beatitudine.</i> En esta obra, Ramírez expone el texto de Santo Tomás directamente, según las exigencias del texto mismo. El autor se coloca en una posición nueva. No es la de los comentaristas clásicos, que sobresalieron en la especulación, pero que tocaban el texto de Santo Tomás, donde les llevaba la celebridad de las controversias; ni tampoco la de aquellos escritores modernos que al ocuparse de la segunda parte de la Suma sienten despego por la especulación y exposiciones de los antiguos, contentándose con la mera exposición superficial de las doctrinas o sus derivaciones prácticas. Ramírez evita ambos escollos, exponiendo el texto directamente y por él mismo, sin fiebre de controversia y sin mostrar despego ni hacia la especulación más alta ni hacia los documentos positivos de la historia.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">Por otra parte el Instituto de Filosofía «Luis Vives» prepara la edición magna de la obra de Ramírez sobre la analogía, que sacará a luz lo escrito nuevamente por el autor sobre esta materia y dará testimonio ante los entendidos de un maestro con el que nuestra filosofía lleva andado el camino de superar sus mejores tiempos.</span></div>
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<span style="font-family: Arial; font-size: x-small;"><i>El Español</i>. Semanario de la política y del espíritu.</span></div>
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<span style="font-family: Arial; font-size: x-small;">Madrid, 24 de abril de 1943. </span></div>
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<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: arial; font-size: x-small; text-align: -webkit-right;">año II, nº 26</span></div>
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<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: arial; font-size: x-small; text-align: -webkit-right;">página 16</span></div>
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<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: arial; font-size: x-small; text-align: -webkit-right;">www.filosofia.org</span></div>
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Non nisi te, Dominehttp://www.blogger.com/profile/16017245568144810674noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1824030658602418540.post-58049615293871795472012-03-25T09:01:00.007-07:002012-03-31T13:52:22.918-07:00El buen combate de Mons. Lefebvre<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwPvSlPrfCx7_Tldmfe21B8h4wzU0AE2igDM88iFIgIgfg1K5vgoESKf8HruRbUL4ei8s7d0BZyj2mjcvaJClNbNrjJycXY-FwTbqopW41qVrYKCiFa11AkHXYtbd25RzuqnZwTmN2Wnn3/s1600/4619671130_3d70665930_b.jpg" style="font-size: 100%; font-family: Georgia, serif; "><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 275px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwPvSlPrfCx7_Tldmfe21B8h4wzU0AE2igDM88iFIgIgfg1K5vgoESKf8HruRbUL4ei8s7d0BZyj2mjcvaJClNbNrjJycXY-FwTbqopW41qVrYKCiFa11AkHXYtbd25RzuqnZwTmN2Wnn3/s400/4619671130_3d70665930_b.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5723867776366024290" /></a><div style="text-align: justify; "><span ><span>Recordamos hoy día </span><b>25 de marzo</b><span> la muerte de </span><b>Monseñor Lefevbre</b><span>, hace 21 años, con dos citas suyas con plena vigencia. Mons. Lefebvre,</span><b><i> requiescat in pace</i></b><span>.</span></span></div><div style="font-size: 100%; text-align: justify; "><span ><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span ><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span >"Tratamos con personas que no tienen ninguna noción de la verdad, ni la menor idea de lo que puede ser una verdad inmutable. Es gracioso comprobar que esos mismos liberales relativistas que fueron los verdaderos autores del <b>Vaticano II</b>, ahora llegan a dogmatizar ese Concilio que sin embargo habían declarado pastoral, y quieren imponernos las novedades conciliares como doctrinas definitivas e intocables. Y se enfadan cuando les digo: “Ah, ¡vosotros decís que el Papa ya no escribiría hoy <b><i>Quas Primas</i></b>! ¡Vaya! yo os digo: tampoco se escribiría ya hoy vuestro Concilio; ya está superado. Vosotros os aferráis a él porque es vuestra obra; pero yo me atengo a la Tradición porque es obra del Espíritu Santo.” "</span></div><div style="text-align: justify; "><span ><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span ><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span >"Queda claro que lo que se nos pide sin cesar: entera sumisión al Papa, entera sumisión al Concilio, aceptación de toda la reforma litúrgica, va en un sentido contrario a la tradición, en la medida en que el Papa, el Concilio y las reformas nos alejan de la tradición, como los hechos lo prueban más y más a través de los años. Pedirnos eso, es pedirnos colaborar con la desaparición de la fe. ¡Imposible! Los mártires han muerto por defender la fe. ¡Tenemos los ejemplos de cristianos prisioneros, torturados, enviados a campos de concentración por su fe! Un grano de incienso ofrecido a la divinidad, y ya está, habrían salvado sus vidas. Me han aconsejado a veces: “¡Firmad, firmad que aceptáis todo y luego continuad como antes!” ¡No! <b>¡No se juega con la fe!</b>" </span></div><div style="text-align: justify; "><span ><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span ><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span ><b>Mons. Marcel Lefebvre</b>, <i>Le Destronaron. Del liberalismo a la apostasía. La tragedia conciliar</i>, (Obras completas. Tomo 1) Voz en el Desierto, México D.F., 2002.</span></div><div style="font-size: 100%; font-family: Georgia, serif; text-align: justify; "><span><br /></span></div>Non nisi te, Dominehttp://www.blogger.com/profile/16017245568144810674noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1824030658602418540.post-42500362969117189252012-03-19T07:33:00.024-07:002012-03-20T13:33:08.301-07:00Jovellanos y el tradicionalismo político contra el liberalismo de las Cortes de Cádiz<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiyhvVHC24T8tR8zmGgyAgQvfQWX6Ngdb_bIkANgcrIqO1D4477rEW-XS14g_0IAP0au8FFKvucMnplPoiMaiVFELJcY26aBYagffbFeFoy1PI7970t0RgCtPoDIPB4vmZ-pvwOrjb82Z9o/s1600/cubierta_LaluzdeJovellanos.jpg" style="font-style: normal; font-weight: normal; font-size: 100%; font-family: Georgia, serif; "><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 281px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiyhvVHC24T8tR8zmGgyAgQvfQWX6Ngdb_bIkANgcrIqO1D4477rEW-XS14g_0IAP0au8FFKvucMnplPoiMaiVFELJcY26aBYagffbFeFoy1PI7970t0RgCtPoDIPB4vmZ-pvwOrjb82Z9o/s400/cubierta_LaluzdeJovellanos.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5721620143872278242" /></a><div style="font-style: normal; font-weight: normal; text-align: justify; "><div><span>Leíamos recientemente el interesante artículo de <b><a href="http://firmusetrusticus.blogspot.com.es/">Firmus et Rusticus</a></b>, blog correligionario y de gran interés, donde se hace alusión a la expresión popular quizá algo ingenua, pero con su dosis de ironía y buen sentido, de <b><i><a href="http://firmusetrusticus.blogspot.com.es/2012/01/vivan-las-cadenas.html">"vivan las cadenas"</a></i></b>, con la que el pueblo español recibía a <b>Fernando VII </b>de su exilio después de la <b>Guerra de Independencia</b>. El significado, que refleja de forma magnífica el humor español, estaba claro: si era "Libertad" lo que traían los brutales invasores franceses, mejor quedarse con las antiguas cadenas. Esta misma idea recogía tiempo después el pensador tradicionalista <b>Aparisi y Guijarro</b> cuando afirmaba que "el despotismo de ayer aún era más libre que la libertad de hoy".</span></div></div><div style="font-style: normal; font-weight: normal; text-align: justify; "><span><br /></span></div><div style="font-style: normal; font-weight: normal; text-align: justify; "><span><span>Este grito de la entraña del pueblo </span><span>es un punto de partida muy interesante para considerar el lugar que ocupó </span><b>Jovellanos</b><span> en los acontecimientos de su tiempo, y con ello, dar cierta idea de la toma de conciencia del tradicionalismo político español que iba a materializarse más claramente con la disputa dinástica y el surgimiento del carlismo. </span><b>Miguel Ayuso</b><span> ha dicho al respecto, que "la tradición española, durmiente durante el siglo XVIII, halló en tal disputa la ocasión propicia para, ante la agresión de la revolución liberal, desperezarse y movilizar a todo un pueblo, con sus monarcas, sus pastores y sus sabios" </span><b>(1)</b><span>. En ese mismo artículo se resalta una idea que aquí encaja a la perfección, y es que el tradicionalismo, a medida que fue perdiendo pujanza vital, fue afinando su doctrina hasta unas cotas admirables de perfección, particularmente hacia la segunda mitad del s. XX, con pensadores como </span><b>Elías de Tejada</b><span>, </span><b>Canals Vidal</b><span>, </span><b>Rafael Gambra</b><span> o </span><b>Álvaro D'Ors</b><span>.</span></span></div><div style="font-style: normal; font-weight: normal; text-align: justify; "><span><br /></span></div><div style="font-style: normal; font-weight: normal; text-align: justify; "><span><span>Aquí nos encontramos en un momento de vivencia social impregnada de la tradición hispánica católica, pero en plena decadencia doctrinal después de ese "durmiente" s. XVIII. Por eso, pese a la ironía, no deja de tener algo de ingenuo esa frase simbólica de <i>"vivan la cadenas"</i>, pues el pueblo se encontraba ante la impiedad revolucionaria de un lado y la una Monarquía con sus derivas absolutistas accidentales de otro, pese a lo cual era todavía muy preferible, y por ello fue aclamada popularmente. Aunque aún no han llegado los monarcas usurpadores liberales, la monarquía hispánica adolece ya </span><span>de contaminación de las ideas absolutistas e ilustradas. </span><b>Juan Mª Roma</b><span> afirma de manera tajante: "Los que gobernaban durante los reyes absolutistas eran, como hemos visto, los liberales, masones y volterianos. De manera que el absolutismo español era monárquico, pero era a la vez liberal, masón, afrancesado y volteriano". Este proceso de contaminación se había manifestado en abusos y políticas concretas en detrimento de los fueros tradicionales, particularmente a partir de la supresión de los fueros aragoneses realizada el 29 de junio de 1707 por </span><b>Felipe V</b><span>. Como afirma </span><b>José Antonio Ullate, </b><span>"la destrucción de los fueros de Aragón supone el auténtico comienzo de la España moderna"</span><b> (2)</b><span>.</span></span></div><div style="font-style: normal; font-weight: normal; text-align: justify; "><span><br /></span></div><div style="font-style: normal; font-weight: normal; text-align: justify; "><span><span>Así pues, se entiende que desde la monarquía tradicional española era necesario corregir las desviaciones que por perniciosa influencia del absolutismo y despotismo europeo se habían introducido en ella como elementos extraños. En este sentido, no es raro que el verdadero tradicionalista se presentase como cierto tipo de reformador, y esta </span><span>posición es la que propiamente corresponde a </span><b>Jovellanos</b><span>, falsamente llamado liberal por ello. Puede decirse además, que no eran verdaderos enemigos del absolutismo los liberales, sino sus auténticos descendientes, pues ambos tenían a la base de su pensamiento la idea de "soberanía", condenada por Jovellanos, y que siendo un principio fundamental del liberalismo, tiene su origen en </span><b>Juan Bodino</b><span>, principal teórico del absolutismo. La soberanía es según Bodino "el poder absoluto y perpetuo de una república", y esto mismo es lo que el liberalismo reclama cuando ensalza la soberanía nacional; es en definitiva el poder político y temporal como fundamento de todo derecho y toda verdad, independientemente de la ley natural y las verdades de la fe, a las que no se reconoce calidad de tales sino en cuanto lo decida el Estado. Nada cambia que esa pura voluntad tiránica la ejerza uno sólo, el monarca absoluto, o muchos, como sería en la soberanía popular liberal, pues ninguna decisión arbitraria hace algo justo y verdadero, la realice uno o muchos. Por eso ha afirmado el pensador tomista, político y dominico </span><b>Fr. José Domingo Gafo</b><span>: "tan ridícula y absurda es la consabida fórmula del liberalismo clásico: "la ley es la expresión de la voluntad nacional", como decir que es "la expresión de la voluntad de un soberano"; la ley es la expresión de la razón y de la justicia y nada más" </span><b>(3)</b><span>.</span></span></div><div><div style="font-style: normal; font-weight: normal; text-align: justify; "><span><br /></span></div><div style="font-style: normal; font-weight: normal; text-align: justify; "><span>Con motivo de su participación en las Cortes de Cádiz, y enfrentado a las ideas liberales que allí se expresaban, la figura de Jovellanos es presentada de esta manera por el tradicionalista <b>Manuel de Bofarull y Romañá</b> en su obra <b><i>Las Antiguas Cortes: El Moderno Parlamento: El Régimen Representativo orgánico</i></b> (1912): "Entre los raros hombres que en la Junta Central de Sevilla y en la Asamblea de Cádiz pensaron serena y desapasionadamente y vieron clara la realidad y el proceso histórico de nuestra España, sobresalen un astur y dos catalanes. Jovellanos, en su Memoria en defensa de aquélla, se muestra enemigo acérrimo de la "manía democrática", de la "herejía política", como él llamó al dogma de la soberanía nacional y de todas esas Constituciones quiméricas, abstractas y a priori que rápidamente s hacen y efímeramente viven". </span></div><div style="font-style: normal; font-weight: normal; text-align: justify; "><span><br /></span></div><div style="font-style: normal; font-weight: normal; text-align: justify; "><span>No es de extrañar entonces que Jovellanos haya sido considerado como uno de los principales antecedentes del tradicionalismo carlista, y como tradicionalista lo califica <b>Juan María Roma </b>en su folleto sobre <i style="font-weight: bold; ">Las Cortes de Cádiz </i>(1910), igualmente enfrentado al absolutismo y al liberalismo: "El que propone romper a este régimen opresor no es un liberal. El que quiere entrar en un régimen democrático y lo propone a la Central y lo realiza, es Jovellanos, un tradicionalista asturiano ilustre, uno de los hombres más notables de España, enemigo acérrimo del liberalismo, del afrancesamiento, del volterianismo y de la masonería". Igual lo consideraba el diario tradicionalista <b><i>El Norte</i></b>, que el 24 de septiembre de 1911, ante el centenario que se aproximaba, afirmaba: "Por todos estos motivos no es de extrañar que Jovellanos, como otros muchos, hayan sido calificados de liberales, por más que, a nuestro entender, sólo les puede convenir tal calificativo de un modo impropio o incompleto, toda vez que estos hombres extraordinarios, siempre y en todo tiempo se mostraron sumisos al principio de autoridad, no sólo religiosa, sino civil y hasta científica". No obstante, uno de los grandes divulgadores de la obra de Jovellanos, fue el gran político y orador carlista <b>Cándido Nocedal</b>, que escribió una <b><a href="http://bibliotecavirtual-pdf.blogspot.com.es/2010/01/candido-nocedal-vida-de-jovellanos.html">biografía</a></b> sobre él, fruto de un profundo estudio de su vida y obra.</span></div><div style="font-style: normal; font-weight: normal; text-align: justify; "><span><span><br />Está claro que </span><b>Jovellanos</b><span> ha sido siempre reclamado por el tradicionalismo con justicia, y casi exclusivamente se le ha creído liberal por una falsa concepción simplista de la historia, en la que se reduce todo a enfrentar a los reformadores liberales y a los reaccionarios absolutistas, cuando los hechos históricos no pueden de ninguna manera reducirse a tal consideración, y aún los mismos principios doctrinales tampoco, como hemos mencionado a propósito de la relación entre absolutismo y liberalismo en base a su común concepto de soberanía.</span></span></div><div style="font-style: normal; font-weight: normal; font-size: 100%; font-family: Georgia, serif; text-align: justify; "><span><br /></span></div><span style="font-style: normal; font-weight: normal; font-size: 100%; "><img src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgs-TIq0q2t_-Qr00yU_WsBDBiOxsTYcOkoVQHyUqmRjMzunNV8KoSe1DasZg9CwZ_q8q8kCRjaujudSFq271Z6vOidJAOrfWDBlPs5o-IrPaLcHprC2BtymY2E9Habn2Ts9MXvxcaLT4qz/s400/coronela.png" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5721620894217330866" style="float: right; margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 10px; margin-left: 10px; cursor: pointer; width: 400px; height: 376px; " /></span><div style="font-style: normal; text-align: justify; "><span><b style="font-style: normal; ">Juan Vázquez de Mella</b><b style="font-style: normal; "><span style="font-weight: normal;"> lo reconoció también como tradicionalista, y evocando las Cortes de Cádiz dice: "...cuando en los proyectos de las Cortes de 1812 </span>representaba nuestros principios Jovellanos</b> en los apéndices a la <b><i>Memoria de la Junta Central</i></b>..." <b style="font-style: normal; font-weight: normal; ">(4)</b>. Sobre la consideración de Vázquez de Mella en relación a Jovellanos, dijo <b style="font-style: normal; ">Manuel de Vereterra</b>: "Vázquez de Mella fue uno de los pensadores que más temprana y profundamente entendió a Jovellanos; el tantas veces citado don Gaspar Melchor de Jovellanos, citado casi siempre por quienes no lo han leído. Pues bien: Mella señalaba agudamente cómo Jovellanos sufre alguna desviación en materia económica, y sólo en este sentido cabe referirse a él como algo liberal. En materia política, sin embargo, Jovellanos es ortodoxo, es tradicionalista. Tal vez el primer tradicionalista político moderno con conciencia de serlo. Jovellanos habla de constitución en el sentido de constitución histórica, no escrita ni improvisada, sino formada por el conjunto de leyes, fueros, costumbres e instituciones que la Monarquía española y sus pueblos, sus distintos reinos, principados y señoríos, se han ido dando a sí mismos en el transcurso de los siglos y de las generaciones." <b style="font-style: normal; ">(5)</b></span></div><div style="font-style: normal; font-weight: normal; text-align: justify; "><span><br /></span></div><div style="font-style: normal; font-weight: normal; text-align: justify; "><span>En definitiva, <b>Jovellanos</b> fue un verdadero precursor del tradicionalismo carlista, pese a sus ligeras desviaciones, pues vivió un momento histórico en el que la encarnación de los principios tradicionales, que era la Monarquía hispánica, vivía un período de decadencia en su doctrina esencial, cada vez más olvidada. Su esfuerzo, como el de tantos otros, como el <b>P. Alvarado</b>, o <b>Capmany</b> o el <b>Barón de Eroles</b>, presentes también en las Cortes de Cádiz, fue el de sacar a la luz de manera reflexiva los verdaderos principios de la Monarquía tradicional, para así darle una nueva vitalidad sin caer en el liberalismo, que acechaba para darle su última estocada y destruirla completamente.</span></div><div style="font-style: normal; font-weight: normal; text-align: justify; "><br /></div><div style="font-style: normal; font-weight: normal; text-align: right; "><br /></div><div style="font-style: normal; font-weight: normal; text-align: justify; "><span><br /></span></div><div style="font-style: normal; font-weight: normal; text-align: center; "><span>-------------------------------------------------------------------------------------------------</span></div><div style="font-style: normal; font-weight: normal; text-align: justify; "><span><br /></span></div><div style="font-weight: normal; text-align: justify; "><span><b style="font-style: normal; ">(1) </b>Ayuso, M.: <i>El carlismo, entre la vivencia y la teorización</i>, en <i>A los 175 años del Carlismo. Una revisión de la tradición política hispánica</i>, VVAA, Itinerarios, Madrid, 2011, p. 21.</span></div><div style="font-style: normal; font-weight: normal; text-align: justify; "><span><br /></span></div><div style="font-weight: normal; text-align: justify; "><span><b style="font-style: normal; ">(2)</b> Ullate Fabo, J. A.: <i>Españoles que no pudieron serlo. La verdadera historia de la independencia de América</i>, Libros Libres, Madrid, 2009, p. 75.</span></div><div style="font-style: normal; font-weight: normal; text-align: justify; "><span><br /></span></div><div style="font-weight: normal; text-align: justify; "><span><b style="font-style: normal; ">(3)</b> Domingo Gafo, J.: <i>Las Cortes y la Constitución de Cádiz</i>, Ciencia Tomista, Tomo V, p. 232.</span></div><div style="font-style: normal; font-weight: normal; text-align: justify; "><span><br /></span></div><div style="font-weight: normal; text-align: justify; "><span><b style="font-style: normal; ">(4)</b> <i>Obras completas</i>, tomo XI, pág. 81, citado en el Estudio Preliminar de Rafael Gambra a <i>El Verbo de la Tradición. Textos escogidos de Juan Vázquez de Mella</i>, p. 36.</span></div><div style="font-style: normal; font-weight: normal; text-align: justify; "><span><br /></span></div><div style="font-weight: normal; text-align: justify; "><span><b style="font-style: normal; ">(5)</b> Manuel de Vereterra Fernández de Córdoba, <i>"Asturianismo, ¿Tradición o Estatuto?"</i>, Club Prensa Asturiana, 24 de febrero de 2006.</span></div></div>Non nisi te, Dominehttp://www.blogger.com/profile/16017245568144810674noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1824030658602418540.post-13270002651695671512012-03-07T04:46:00.011-08:002012-03-07T06:35:31.888-08:00La santidad de Tomás de Aquino<div style="font-size: 100%; font-family: Georgia, serif; text-align: center; "><br /></div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVb_qxcoGdg-AmKujPuHTRc0_BcvyPrPVSUG0ywTcSji-FIYNmPR6JjapURJt-7UIE0PfNrpOGpCU_SgOI65_XcCum4dDTREF-JhX-ZotnxvZ0AzRAhGgbu6__0L-G-gd9zEkDfwl0g-l8/s1600/Thomas_Aquinas_in_Stained_Glass.jpg" style="font-size: 100%; font-family: Georgia, serif; "><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 243px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVb_qxcoGdg-AmKujPuHTRc0_BcvyPrPVSUG0ywTcSji-FIYNmPR6JjapURJt-7UIE0PfNrpOGpCU_SgOI65_XcCum4dDTREF-JhX-ZotnxvZ0AzRAhGgbu6__0L-G-gd9zEkDfwl0g-l8/s400/Thomas_Aquinas_in_Stained_Glass.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5717139191438196722" /></a><div style="text-align: justify; "><span><span>Un año más, celebramos la <b><a href="http://nonnisite.blogspot.com/2010/03/sobre-la-fiesta-de-santo-tomas-de.html">festividad de Santo Tomás de Aquino</a></b> en este blog, hoy día 7 de marzo de 2012. Si hace poco traíamos una cita sobre su <a href="http://nonnisite.blogspot.com/2012/03/fe-y-mentalidad-cientifica-en-santo.html">personalidad científica</a> en la que siempre se </span><span>armonizan fe y razón sin menoscabo de ninguna de las dos, hoy interesa mostrar al santo, al hombre que tras escribir miles de páginas de sabiduría altísima, afirmaba que era todo paja comparado con la caridad y el amor de Dios, la oración y lo inconmensurable del Santísimo Sacramento del Altar.</span></span></div><div style="text-align: justify; "></div><div style="text-align: center; "><span><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span><span>No era Santo Tomás un "intelectual", sino un hombre completo, fundamentalmente un <b>santo</b>, por eso afirmaba que rezar, que es hablar con Dios, es mejor que hablar de Dios, porque mientras que por nuestro conocimiento, en cierto modo rebajam</span><span>os a Dios para encaja</span><span>rlo en nuestro entendimiento limitado, por la caridad </span><span>nos elevamos a Él: "En esta vida es mejor conocer que amar las cosas inferiores a nosotros, pero es mejor amar las cosas que son superiores. Respecto de Dios es mejor amarlo que conocerlo, porque el conocimiento hace que las cosas vengan a nosotros y se adapten a nuestra manera de ser; pero el amor, que es la caridad, nos hace salir de nosotros y nos lanza hacia el objeto amado. El que ama se asemeja a la cosa amada; el que conoce adapta la cosa conocida a su propio modo de ser. De suerte que, cuando se trata de cosas inferiore</span><span>s, las elevamos cuando las conocemos, porque les damos nuestro propio modo de ser; pero cuando las amamos nos envilecemos. En cambio, cuando conocemos las cosas superiores, las empequeñecemos cuando se adaptan a nuestra inteligencia; pero, cuando las amamos, nos elevamos hacia ellas. Por eso, en esta vida, es mejor amar a Dios que conocerlo, y por ello es más lo que amamos a Dios por la caridad que lo que lo conocemos por l</span><span>a fe." (</span><b>ST, I, q. 82, a. 3.</b><span>)</span></span></div><div style="text-align: justify; "><span><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span>Por este motivo, aunque no es la idea común que se tiene de él, toda su vida y su obra culminan en la <b>mística</b>, el tipo más elevado de sabiduría, habiendo sido sin embargo altísima su sabiduría racional filosófica y teológica. No está de más repasar en esta festividad esa experiencia del santo al final de su vida, de la mano de <b>Santiago Ramírez</b> (<i><b>Introducción general a la Suma Teológica. Síntesis biográfica de Santo Tomás</b></i>):</span></div><div><div style="text-align: justify; "><span><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span><span>"...continuó la composición de la <i>Suma Teológica</i>, escribiendo la terce</span><span>ra parte, que trata de la Encarnación, de la Redención y de los Sacramentos. Por Cuaresma de 1273 escribía sobre los misterios de la vida, pasión y muerte del Salvador. Estaba absorto en la contemplación de tan altos misterios. Precisamente el 26 de marzo, domínica de Pasión, se ocupaba en escribir sobre las penas y dolores de Jesucristo en el proceso de su sagrada Pasión; y durante la celebración de su misa, a la que asistían muchos señores y caballeros, sufrió un éxtasis acompañado de tantas lágrimas, que parecía se reproducían en él las penas del mismo Cristo; y tan prolongado, que hubieron de sacudirlo fuertemente </span><span>para que volviese en sí y continuase el santo sacrificio. Terminado éste y vuelto a la sacristía, se le acercaron algunos de los seglares y religiosos que habían asistido, deseosos de saber lo que le había pasado. Él los recibió amablemente, pero no les dijo nada de lo que había visto y experimentado.</span></span></div><div><span><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span><span>En los meses siguientes trabajaba sin descanso, escribiendo y dictando sobre los sacramentos. Al tratar de la Eucaristía, solía bajar a la iglesia cuando no había nadie en ella, es decir, por la noche antes de maitines. Allí, en la capilla de San Nico</span><span>lás, se postraba en oración y pasaba largas horas de rodillas ante el crucifijo. Lo mismo había hecho cuando escribía sobre la muerte y resurrección de Cristo. El sacristán, fray Domingo de Caserta, lo sorprendió una vez elevado dos codos sobre el suelo, y oyó la voz del crucifijo, que le decía: "Tomás, está muy bien lo que has escrito de mí; ¿qué galardón quieres por tu trabajo?" Y él respondió: "Señor, no quiero más que a ti solo" (Tocco, Vita... c.34: Fontes, p. 108)</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span><br /></span></div><div style="font-size: 100%; font-family: Georgia, serif; text-align: justify; "><img src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhl1PnVZE-o0tVh7iKpVjK48MY8218Ehrir0yE6EkfWNoFAnG8Wx8P14Ys5AiHZWJgEOtLNKmqri_zqJHkOpUeRF4Mznd3ZXAU0nyUecNucfnR-TKLJFl8f1EkiuTf0aT07lgA2iUP3zp-H/s400/Felice+Cignani+STommasod%2527Aquino.JPG" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5717139386873223122" style="text-align: left; float: right; margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 10px; margin-left: 10px; cursor: pointer; width: 250px; height: 400px; " /></div><div style="text-align: justify; "><span><span>A primeros de noviembre comienza con el sacramento de la Penitencia. Dicta y escribe varias cuestiones. El 5 de diciembre ha dictado la cuestión 90, que versa sobre las partes de la Penitencia en general. Al día siguiente, fiesta de San Nicolás, celebra en su capilla con esp</span><span>ecial devoción. Ha tenido un arrobamiento muy prolongado y ha derramado muchas lágrimas. Está como fuera de sí. Oye otra misa, como de costumbre, pero no ayuda a ella. Quieto, de rodillas, no hace más que llorar.</span></span></div><div style="text-align: justify; "></div><div style="text-align: center; "><span><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span>Por fin vuelve a su celda. Poco después, fray Reginaldo y los demás amanuenses se presentan ante él, como todos los días, para continuar el trabajo. Fray Tomás les agradece sus servicios, pero les dice que por entonces no les puede dictar nada. Se van. Horas más tarde vuelve fray Reginaldo por si necesita de su ayuda. Sorpresa. La mesa de trabajo de fray Tomás está completamente transformada. No hay en ella códices, ni papel, ni plumas, ni tintero. Todo lo ha archivado en un armario. Él no pasea ni lee sentado. Está de rodillas, y sus ojos son dos fuentes de lágrimas."</span></div><div style="text-align: justify; "><span><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span>Tras estos acontecimientos, informado el Prior, aconsejó a Santo Tomás que descansara, pues se temía que estuviera agotado y al borde de la enfermedad. Debía además tener energías para ir próximamente al Concilio de Lyon, para el que Gregorio X le había convocado personalmente. Continúa Santiago Ramírez:</span></div><div style="text-align: justify; "><span><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span>"...volvió a insistirle fray Reginaldo una y otra vez que hiciese un pequeño esfuerzo para acabar la Suma, pues le faltaba muy poco, y la leve mejoría que había experimentado le bastaba para ello. Pero Tomás le respondía invariablemente: "No puedo". "¿Y por qué no puede?", le replicaba aquél. Hasta que una vez, cansado de no obtener respuesta a esta su réplica, le suplicó con lágrimas en los ojos: "Dígame por amor de ios por qué no puede". Al verse conjurado en nombre de Dios, le contestó: "Después de lo que Dios se dignó revelarme el día de San Nicolás, me parece paja todo cuanto he escrito en mi vida, y por eso no puedo escribir ya más. Pero, en el nombre del mismo Dios que has invocado, te ruego y mando que no digas a nadie mientras yo viva lo que acabo de manifestarte" (Bartolomé de Capua, <i>Proceso napolitano de canonización</i> n. 79: Fontes, p. 377)"</span></div><div style="text-align: justify; "><span><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span>Así se acercaba el momento de su muerte, y en viaje para el Concilio de Lyon, pidió que lo llevaran al monasterio de Fosanova, presintiendo que se acercaba el fin de su vida, estando en el año 1274 del Señor. Nada más llegar fue a visitar el Santísimo Sacramento, y al salir recitó un framento del salmo 131: <i>Haec requies mea in saeculum saeculi; hic habitabo, quoniam elegi eam</i> (Éste es mi reposo para siempre; aquí habitaré porque la he elegido). Así cuenta Santiago Ramírez los últimos momentos en la vida de Santo Tomás de Aquino:</span></div><div style="text-align: justify; "><span><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span>"A primeros de marzo empeoró notablemente. Hizo confesión general a su confesor habitual, fray Reginaldo, y pidió que le administrasen el Santo Viático.</span></div><div style="text-align: justify; "><div></div><div style="text-align: center;"><span><br /></span></div></div><div style="text-align: justify; "><span>...No obstante su extrema debilidad, el enfermo, haciendo un supremo esfuerzo, se levantó de su lecho y postrado en tierra estuvo largo rato en adoración del Santísimo Sacramento, mientras recitaba el <i>Confiteor Deo</i>. Luego se puso de rodillas e hizo una magnífica y conmovedora profesión de fe, sometiendo todo cuanto había enseñado y escrito a la corrección de la Santa Madre Iglesia Romana.</span></div><div style="text-align: justify; "><span>Al día siguiente pidió la Extremaunción, que recibió con máxima devoción, respondiendo a todas y cada una de sus fórmulas y oraciones. Era el atardecer del martes día 6. Y al amanecer del día 7, miércoles, sin agonía y con plena lucidez, juntas las manos en actitud orante, exhaló el último suspiro, entregando dulcemente su alma en manos de su Dios y Creador. Tenía cuarenta y nueve años cumplidos y acababa de comenzar el quincuagésimo.</span></div><div style="text-align: justify; "></div><div style="text-align: center; "><span><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span>Su cadaver exhalaba un intenso y agradable perfume. Al trasladarlo a la iglesia abacial para darle sepultura junto al altar mayor, lo llevaron hasta la puerta del monasterio, con objeto de que pudiera verlo su sobrina Francisca, que lloraba desconsolada.</span></div><div style="text-align: justify; "><span><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span>...En meses y años sucesivos (septiembre de 1274, 1281, 1288) hicieron los monjes varias traslaciones de su cuerpo por temor de que lo robasen, y siempre lo encontraron incorrupto y exhalando un olor suavísimo, a pesar de haberlo tenido enterrado en lugar sumamente húmedo...</span></div><div style="text-align: justify; "><div></div><div style="text-align: center;"><span><br /></span></div></div><div style="text-align: justify; "><span>...Grande y universal fue el sentimiento por su muerte. San Alberto Magno, que por divina revelación la conoció en el mismo instante de acaecer, prorrumpió en lágrimas y sollozos, diciendo: "Ha muerto mi hijo fray Tomas, flor del mundo y luz de la Iglesia".</span></div><div style="text-align: justify; "><span><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span>...Dolor incoercible, que expresa vivamente esta anotación final de un códice de Oxford del siglo XIII, de la <i>Suma Teológica</i>: <i>Hic moritur Thomas. O mors, quam sis maledicta.</i> Aquí muere Tomás. ¡Oh muerte, maldita seas!"</span></div><div style="text-align: justify; "><span><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span>Como todos los grandes santos, Santo Tomás no sólo vivió ejemplarmente, sino que murió también santamente, y todo cuanto rodea este acontecimiento, más allá de su gigantesca inteligencia, nos habla de su santidad y su gran virtud y amor de Dios. Este genio y luz de la Iglesia que murió, como él mismo anunció a fray Reginaldo, como un "simple fraile".</span></div><div style="font-size: 100%; font-family: Georgia, serif; text-align: justify; "><span><br /></span></div><div style="font-size: 100%; font-family: Georgia, serif; text-align: justify; "><span><br /></span></div><span style="font-size: 100%; "><span style="margin-right: auto; margin-left: auto;"><img src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirgvr8D71AR0gJIbR64myIqlNNkS6fWLwgPbQV8JhpD0qja3Q10U15f4fHaVeAANFaQqOAgEo5_cWcM_Twuze3iwmJmEGF8o48Y071rhyphenhyphen9W4cT0LAJs8nX1Gux7Jj97OGWS8B4DzWdy219/s400/thomas+aquinas3.JPG" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5717141014264488354" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 292px; " /></span></span></div>Non nisi te, Dominehttp://www.blogger.com/profile/16017245568144810674noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1824030658602418540.post-43631083712108912532012-03-03T02:13:00.004-08:002012-03-03T02:23:12.454-08:00Fe y mentalidad científica en santo Tomás de Aquino<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvXM98G-HnPi9dtcCflFu46KIrRDbo7nD7MIlQJT0O8w9pe0pRQH_55oBL3nqhNhIVEUcHW0cfOlfRR3VFZC98lt49W_bwcaxFx_LJijzJCCMa7mus6ZDinBWmWGb2mHl-tgCwRjVnIpGk/s1600/7348f2ba433b2c46933527e2f92309a9.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 312px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvXM98G-HnPi9dtcCflFu46KIrRDbo7nD7MIlQJT0O8w9pe0pRQH_55oBL3nqhNhIVEUcHW0cfOlfRR3VFZC98lt49W_bwcaxFx_LJijzJCCMa7mus6ZDinBWmWGb2mHl-tgCwRjVnIpGk/s400/7348f2ba433b2c46933527e2f92309a9.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5715613382008227042" /></a><br /><div style="text-align: justify;"><span>"No se debe afirmar nada que repugne a la fe. Pero tampoco se debe presentar, sin más ni más, todo lo que se considera verdadero y exacto como verdad de fe, si no es un dogma. Porque la verdad de nuestra fe se convierte en irrisión de los incrédulos si un católico desprovisto de los necesarios conocimientos científicos presenta como un dogma algo que en realidad no lo es y que acaso a la luz de un riguroso examen científico se manifieste como error" (Pot. 4, 1.)</span></div><div style="text-align: justify;"><span><br /></span></div>Non nisi te, Dominehttp://www.blogger.com/profile/16017245568144810674noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1824030658602418540.post-68677504263208414192012-02-03T08:48:00.000-08:002012-02-03T08:57:55.115-08:00Las consecuencias de la lujuría, por Melchor Cano<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1kFbIiGP9ZiwvjNXCtDzpmQDgpp4szRws1b2-Co2x94_j5AHeZK0aTx1GhyphenhyphenfAHJYqTuEPuktetfRhmdyEA9N-TtwoyvPWMSIjqXUHOc3ngIT9RQKV_Wm5AZaw7l_xgHh94Zg91nR_cbBT/s1600/Melchor_Cano.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 249px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1kFbIiGP9ZiwvjNXCtDzpmQDgpp4szRws1b2-Co2x94_j5AHeZK0aTx1GhyphenhyphenfAHJYqTuEPuktetfRhmdyEA9N-TtwoyvPWMSIjqXUHOc3ngIT9RQKV_Wm5AZaw7l_xgHh94Zg91nR_cbBT/s400/Melchor_Cano.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5704953385919974562" /></a><div style="text-align: justify;"><span><b><a href="http://books.google.es/books?id=O8PJs261HFAC&lpg=PP5&ots=0S3rTRKYP3&dq=melchor%20cano%20victoria&hl=es&pg=PP9#v=onepage&q=melchor%20cano%20victoria&f=false">TRATADO DE LA VICTORIA DE SÍ MISMO</a>, de Fr. Melchor Cano, O.P.</b></span></div><div style="text-align: justify;"><span><i>Del vicio de la lujuria</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span><span>"...Pues veamos ahora cuántos son los males que deste solo mal proceden. Primeramente hace a los hombres, hombres de noche, que como lechuzas u otros animales nocturnos, no pueden alzar los ojos a ningún resplandor ni hermosura celestial. Item, hácese el hombre inconsiderado, que ni teme daño ni vergüenza, ni tiene respeto al bien que pierde ni al mal en que incurre; porque el vicio a que está atado le trae en torno cubierta la vista como a bestia de noria, o como a Sansón los filisteos, sacados los ojos en la tahona.</span><span> Finalmente, de tal suerte se ciega la razón, que todo el afecto que se había de emplear en Dios, se revuelve al mundo, y todo el cuidado que se había de poner en el alma, se transpasa al cuerpo; ni se sabe ya imaginar otro paraíso, salvo revolcarse en el cieno del lujurioso deleite, é ya que alguna vez levanta el corazón a Dios, es para le demandar o gracias mundanas o bienes temporales; que otros ni los desea ni los estima, y aún a las veces este abominable vicio trae al hombre a un fastidio de Dios y de las cosas divinas, y sólo aquello le cae en gracia, que no desdice a sus torpes deseos. La lección de santos libros le aborrece, las buenas prácticas le enfadan, la oración le da en el rostro, de la santidad propia desespera, la ajena le amohina, los humanos consejos le importunan, las divinas inspiraciones le remuerden. En fin, toda buena consideración le es molesta; porque el miserable deleite le tiene tan captiva el alma, que le hace tener odio a todo lo que pone embargo en los placeres de la carne; y así le pesa que haya leyes en contrario, que haya infierno, que se le acuerden sus pecados, que haya inmortalidad del alma y eternidad de siglo advenidero, con breve término y conclusión de toda su felicidad presente. Donde viene que la fe no les es más que una hiel en la miel de sus carnalidades, y cuando le representa, o la eterna bienaventuranza de los buenos, o la perpétua mala ventura de los malos malditos, cae en una mortal accidia, y comienza a vacilar en la firmeza de la fe con una confusión de varios pensamientos, que es la Babilonia, la cual edificó el amor propio, cresciendo de día en día, hasta venir al desprecio de Dios y de sus divinos preceptos. Tal es la cola desta mostruosa serpiente, que luego tan halagüeño y blando rostro nos muestra. Tal es el remate del vicio de la lujuria, que su poco a poco vino a asolar la fábrica de la virtud hasta los fundamentos della."</span></span></div>Non nisi te, Dominehttp://www.blogger.com/profile/16017245568144810674noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1824030658602418540.post-61974427155367625382011-10-31T08:49:00.000-07:002011-10-31T09:15:00.771-07:00El camino de Roma, de Hilaire Belloc<div style="text-align: center;"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 268px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaW8kdgJW6ggWORyR3dJI7iIU7EMBadgsFidpMNrkfnJyfnJIg1EEvfghgJp93AhLK9Y-SX-dOPc-JFaavKdBa9NjEmTc8Mn9ZFlW_H-1B53YZVW4RqO97qVgekgctZx8dPwDbpSVSNg0R/s400/Belloc_side.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5669686346130385458" /></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Recientemente ha aparecido una joya editorial de la que teníamos necesidad en el mundo de lengua hispana; una magnífica obra de <b style="text-align: justify; ">Hilaire Belloc</b><span class="Apple-style-span" style="text-align: justify; ">, quizá la mejor y la más querida por el propio autor, hasta ahora sólo disponible en una más pobre y mutilada traducción.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span">Se trata de <b><i><a href="http://www.lalibreriacatolica.com/index.php?page=shop.product_details&category_id=1&flypage=flypage.tpl&product_id=447&option=com_virtuemart&Itemid=68&vmcchk=1&Itemid=68">El camino de Roma</a></i></b>, publicada por <b>Producciones Gaudete</b>, donde la prosa bellociana fluye como un torrente entre anécdotas personales, descri</span>pciones y reflexiones aparentemente sencillas pero enjundiosas. La declaración de <b>estilo</b> queda clara desde bien pronto: "¡Escribid como sopla el viento y comandad a todas las palabras como si fuera un ejército!". No es una historia intimista, ni tampoco se aprecia ningún tipo de sentimentalismo, aunque nos sumerge en un vivencia profunda y vigorosa de la Fe y de una vieja cristiandad que impregnaba toda la sociedad. Este peculiar estilo y carácter de Belloc es descrito de manera muy acertada por el editor en estas líneas:</span></div><div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span">"En <b>Belloc</b> llama la atención su estar a gusto en el <b>mundo</b>, al menos en el mundo tal como nos fue legado por la vieja <b>civilización cristiana</b>, pero </span></span><span class="Apple-style-span">también en su aspecto de <b>morada natural</b>. En él no se respira ese desprecio del mundo que, erróneamente, algunos toman automáticamente por un anhelo de las cosas celestes. En él hallamos algo más próximo, menos artificioso y más desnudo, más afín a nuestro ser: el hecho de que el mundo es un lugar hermoso y terrible que amamos y del que, sin embargo, no ignoramos sus flaquezas </span><span class="Apple-style-span">y sus peligros. A una relación como ésta le sobreviene la <b>fe</b> como un don, pero también como un <b>combate</b>, pues sabemos que debemos gozar de este mundo como pasajero y en función de las exigencias del siguiente, mas eso no nos hace repudiarlo ni rechazarlo, sino que da una ternura doliente a nuestro viejo amor por la <b>tierra</b>, mientras buscamos el <b>cielo</b>"</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span">Su forma de estar en el mundo nos transmite la alegría del cristiano que disfruta de los bienes legítimos que Dios nos ha dado, que se regocija en la paz espiritual que proporciona el <b>orden</b> de la vieja <b>cristiandad</b>, pues como expresa <b>San Ag</b></span><b>ustín</b><span class="Apple-style-span">, la paz no es otra cosa que la tranquilidad del orden, a diferencia del concepto negativo moderno, que supone que es únicamente la ausencia de violencia, fundamentalmente física, pues es la única que entiende el materialismo. Dicha paz espiritual no tiene nada de timorata y pusilánime, pues </span><b>Belloc</b><span class="Apple-style-span"> profesa una "devotio guerrera", en palabras otra vez del editor, que como refleja el fragmento que a continuación reproducimos, reivindica las viejas costumbres </span></span><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span">heredadas, como cazar, disfrutar de la buena bebida, cantar, bailar, navegar y trabajar con las propias manos. Y contra los absurdos y sinsabores de este mundo, el arma siempre eficaz de la <b>ironía</b> y el <b>humor</b>, que Belloc destila a raudales. De esta forma termina su hilarante prólogo: "Así que amémonos los unos a los otros y riámonos. El tiempo pasa y dentro de poco ya no reiremos. Entre tanto, la vida en común se hace difícil y gente muy seria nos está al acecho. Soportemos, pues, las cosas absurdas, pues tal cosa no es </span></span>sino soportarnos mutuamente".</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><img src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_X7IvFti6FpfujgmjZAVFxtm_fyp5nUwsvAhDyResTT0xSqhn-qHtvNUZH23_7hIB9tMd0O2XVcud9ao0at29XkDn_RkATmOef60_mPCE7-B6hBrBGcPWygDXzq13ki0-TyQ-UM6e808V/s400/EL_CAMINO_DE_ROM_4e8f1b9d5ade3.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5669689366587881106" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; cursor: pointer; width: 258px; height: 400px; " /><div style="text-align: left; "></div></div><div style="text-align: center;"><br /></div><div><br /></div><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span">***</span></div><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><i><b><span class="Apple-style-span">Fragmento de "El camino de Roma", de Hilaire Belloc</span></b></i></div><div style="text-align: center;"><i><b><span class="Apple-style-span"><br /></span></b></i></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span">En el siguiente pueblo descubrí que la misa ya había terminado, lo que con justicia me enojó, porque ¿qué es una peregrinación en la que un hombre no pued</span>e oir misa todas las mañanas? De cuantas cosas había leído de San Luis (y que me hacían lamentar no haberle conocido y hablado con él), la que más me complacía era su costumbre de oír misa diariamente cuando viajaba hacia el sur. Por qué eso me parece tan delicioso es cosa que no acierto a explicar. Una costumbre como ésa conlleva, desde luego, una gracia y una benigna influencia, pero no me refiero a eso, sino a la grata sensación de orden y de cosa bien hecha que acompaña al día que uno inicia asistiendo a misa. Es una sensación puramente humana y, hasta donde se me alcanza, del tipo de las que los frailes de la fundición hubieran calificado de "sentimiento carnal", pero que es fuente de continuo consuelo para mí. Que ellos sigan su camino y yo el mío.</span></div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Esa sensación de consuelo yo la atribuyo a cuatro causas (un poco más arriba acabo de decir que no acierto con una explicación, mas ¿qué importancia tiene?). Y esas causas son:</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">1) Que durante media hora, justo al inaugurarse el día, está uno silencioso y recogido, y tiene que poner a un lado cuidados, intereses y pasiones mientras repite un acto familiar. Esto es sin duda un gran beneficio para el cuerpo y sirve para darle tono.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">2) Que la misa es un ritual minucioso y rápido. La función de todo ritual (como vemos en los juegos, convenciones sociales y demás) es aliviar la mente de tanta responsabilidad e iniciativas, como si se replegara en sí misma, haciendo que durante el tiempo que dura la ceremonia nuestra vida se fije en sí misma. Así se experimenta un singular reposo tras el cual estoy seguro de que uno es más apto para la acción y para el juicio.</span></div><div style="text-align: justify; "></div><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">3) Que lo que nos rodea en la misa nos inclina a pensamientos buenos y razonables, amortiguando durante ese rato la aspereza e inquietud de esa atareada perversidad que nos trabaja por dentro y que recibimos del prójimo, la cual es la verdadera fuente de todas las miserias humanas. De manera que el tiempo pasado en misa es como un breve descanso en el seno de una profunda y bien provista biblioteca, protegida de todo sonido del exterior y en la que uno se siente seguro contra todo el mundo exterior.</span></div><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span">4) Y la causa más importante de ese sentimiento de satisfacción es que uno hace lo que el género humano ha hecho durante miles de años. Ésta es una cuestión de tanta trascendencia que me asombra que la gente apenas escuche hablar de ello. Para ser moderadamente felices (por supuesto, ningún hombre o mujer adultos puede realmente ser muy feliz durante demasiado tiempo, pero quiero decir razonablemente feliz) y, lo que es más importante, para la decencia y tranquilidad de nuestras almas, sabemos que habremos de</span>cumplir con cualquier cosa que haya sido sepultada en nuestra sangre por la costumbre inmemorial. Ésa es la razón por la que de vez en cuando deberíamos ir de caza, o al menos disparar sobre una diana; deberíamos tomar siempre algún tipo de bebida fermentada con nuestras comidas -con especial obligación en los días de fiesta-; deberíamos de tiempo en tiempo bañarnos en el mar o en el río y en ciertas ocasiones deberíamos danzar, lo mismo que deberíamos cantar a coro. Pues todas estas cosas el hombre las ha practicado desde que Dios lo puso en un jardín y por vez primera sus ojos se inquietaron por un alma. En este sentido, recientemente algún maestro o indignado o cualquier otra cosa -cuyo nombre he olvidado- dijo al menos algo muy inteligente: que todo hombre debería realizar algún trabajillo con sus propias manos.</span></div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Qué buena filosofía es ésta y cuánto más valdría que las personas ricas, en vez de gastar su influencia y dinero en ligas para promover tal o cual excepcional asunto, dedicasen su capital a la conversión de la clase media a la vida sencilla y a las tradiciones de la raza. Si yo tuviese poder me encargaría de que durante unos treinta años la gente pudiera seguir en todas las cosas sus instintos heredados cazando, bebiendo, cantando, bailando, navegando y cavando; y quienes se resistiesen serían obligados a ello por la fuerza.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Así que en la misa de la mañana uno hace todo lo que la raza necesita hacer y ha hecho durante todas las épocas en lo que a religión concierne. En la misa tenemos la zona separada y sacra, el altar, el sacerdote revestido, el ritual invariable, el idioma antiguo y jerárquico, y en fin todo cuanto la naturaleza humana pida a gritos en materia de adoración.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><div><span class="Apple-style-span"><img src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKs38DR3ph4A_Rpzp5bkwBGGbyyoF1VgKdSfJ79EMeLLSdtpNVb0colLYifFrquqtTJEm41tsmYVHUX6PUiN16uWN-wP6BvBRQkQUF90kdCoSUti3J4BHk0NvgqYlaZKSioQnEe8-dDSUp/s400/Bellocbygill.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5669686786788983666" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 223px; height: 320px; " /></span></div><div><br /></div></span></div><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span" ><b>(HILAIRE BELLOC, <i>El camino de Roma</i>, Ed. Gaudete, pp. 47-48)</b></span></div></div>Non nisi te, Dominehttp://www.blogger.com/profile/16017245568144810674noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1824030658602418540.post-2541985704042642262011-09-23T15:21:00.000-07:002011-09-23T16:00:43.156-07:00¿Qué es un tomista?<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOQLZ-UgjPxK864xIHeLTvaLKh97qHbKLkhrPWDr1VRx9kABsLJ1jBqlw9j-nmxDNrB9b9yrtYhBGH22HrqCHn85_ToyGG1E-sE-5_qgWEcwpLXvijEx-SLUqwbSLMUS_9UXlnXGUso0CZ/s1600/SantiagoRam%25C3%25ADrez.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img style="float: right; margin: 0pt 0pt 10px 10px; cursor: pointer; width: 257px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOQLZ-UgjPxK864xIHeLTvaLKh97qHbKLkhrPWDr1VRx9kABsLJ1jBqlw9j-nmxDNrB9b9yrtYhBGH22HrqCHn85_ToyGG1E-sE-5_qgWEcwpLXvijEx-SLUqwbSLMUS_9UXlnXGUso0CZ/s400/SantiagoRam%25C3%25ADrez.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5655683781352141314" border="0" /></a><div><span class="Apple-style-span">por <b>Santiago Ramírez, O. P.</b><br /><i>(fragmentos)</i></span></div><div><span class="Apple-style-span"><b><br /></b></span></div><div><span class="Apple-style-span"><b><br /></b></span><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">A las fiestas centenarias de la muerte de Santo Tomás se siguió una restauración y un rejuvenecimiento del tomismo, que todos participamos y aplaudimos, gracias al impulso gigantesco del gran León XIII, continuado por sus sucesores en el Trono Pontificio y secundado por la docilidad y por los esfuerzos de los católicos de buena voluntad.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">¿Será estéril el centenario de su canonización? Si esto fuese verdad, debería decirse que la vida y la gloria hay que buscarlas en el sepulcro y no en los altares. Deber es de los católicos, singularmente de los de nuestra España, hacer fecundo este centenario con una fecundidad mayor que la pasada, ya que, según dice hermosamente León XIII, son los españoles "<i>qui memoriam adamant Doctoris Angelici et in quibus Thomistica philosophandi ratio sectatores ingeniosos et doctos omni tempore invenit</i>"</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Y como la fecundidad es una propiedad de la vida perfecta y la vida no existe en abstracto, sino en algún sujeto vivo, necesario es concluír que la fecundidad del tomismo debe brotar de la vida tomista perfecta existente en los tomistas perfectos.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">...Por tomista no entendemos una palabra vacía, ni un hombre vestido de cierto color determinado, sea blanco, sea negro, ni mucho menos uno que toma de Santo Tomás lo que le viene en talante, según sus caprichos, sino más bien aquel que participa o tiene o aspira a tener el espíritu de Santo Tomás de Aquino y que procura, cuanto está de su parte, penetrarse más de él y obrar en conformidad con él.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><b><span class="Apple-style-span">I. ¿Cuál es el espíritu verdadero de Santo Tomás de Aquino?</span></b></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">...El Santo Doctor no se contentaba de buscar a Dios con la inteligencia, por medio del estudio; porque Santo Tomás no era un intelectualista seco y árido, ni tampoco un místico sentimental, sino un espíritu sumamente equilibrado en su entendimiento y en su voluntad.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">...En Santo Tomás no es posible separar su oración de su estudio, como no es posible separar su sabiduría de su santidad, pues santificándose se hizo sabio y estudiando se santificó; en él no se explica su ciencia sin su oración, ni tampoco su oración sin su ciencia.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">...Si nos es lícito expresarnos así, Santo Tomás es un caso típico y concreto de la unión y de la armonía entre la razón y la fe, entre la santidad y la ciencia, entre la Filosofía y la Teología; él mismo es la encarnación nata de su propio sistema, y por eso el primer tomista y el tipo del tomismo puro e íntegro es el mismo Santo Tomás en persona.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYikrBlh0ERk8lTPE7jS-kqMFU8mYjCfFbngV7EqM87cchjNtIXr_pdaBTwvNfCnUXFGrHpjFhyphenhyphenyTm-xBc5G0aV7BKmGFkmM2yWfllSmLNueY0BfnUUh7S2iUFKIAwYSAheA-G6AFZVmyO/s1600/IMG_6686.JPG" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><span class="Apple-style-span"><img style="text-align: justify;display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; cursor: pointer; width: 400px; height: 300px; " src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYikrBlh0ERk8lTPE7jS-kqMFU8mYjCfFbngV7EqM87cchjNtIXr_pdaBTwvNfCnUXFGrHpjFhyphenhyphenyTm-xBc5G0aV7BKmGFkmM2yWfllSmLNueY0BfnUUh7S2iUFKIAwYSAheA-G6AFZVmyO/s400/IMG_6686.JPG" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5655684247925579314" border="0" /></span></a><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><b>II. ¿Cuál debe ser el "espíritu" de un verdadero tomista?</b></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Visto el espíritu de Santo Tomás en sí mismo, no será difícil saber lo que es un tomista. Será, pues, un tomista <i>el que tiene o aspira a tener por entero el espíritu de Santo Tomás, no de un modo cualquiera, sino tal como lo entiende la Iglesia</i>.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">...La amplitud del espíritu tomista exige que el tomista lo estudie todo, a ser posible, en sus propias fuentes, a imitación del Santo Doctor. Debe, pues conocer a fondo la Sagrada Escritura y estar enterado de los adelantos exegéticos de los últimos tiempos; debe dominar los Padres todos de la Iglesia, en su aspecto doctrinal y crítico, no con la superficialidad de un simple historiador, sino con la profundidad de un teólogo; debe estar familiarizado con todos los teólogos antiguos y modernos, hostiles a Santo Tomás y defensores de él; debe poseer muy bien la Filosofía antigua y la de su tiempo, la sana y la falsa, para aprovecharse de aquélla e impugnar a ésta y saber deslindar con verdad y con acierto los límites de la fe y de la razón; en suma, debe trabajar por dominarlo todo desde el Verbo de Dios, como Santo Tomás dominó toda la ciencia de su tiempo y la hizo servir a Dios.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Claro está -y esto no necesita decirse- que el tomista debe empezar por estar familiarizado con todas las obras del Santo Doctor, no estudiándolas como a ratos perdidos y consultándolas únicamente en casos de aprieto, sino de una manera constante, per se.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">...Pero no basta encasillarse en Santo Tomás sólo y renegar como sistemáticamente de todos los demás. No nació el Angélico por generación espontánea, sino que fue incubado ya desde los tiempos antiguos, especialmente por San Agustín y por Aristóteles, en cuanto a su forma sistemática; pero de todos depende, aun de sus mismos contemporáneos; por eso es imposible conocer a Santo Tomás en sí mismo, ignorando la tradición filosófica y teológica desde los primeros tiempos. ¿No construyó él su grandiosa síntesis teniendo presente todo el pensamiento humano? Los sillares de esa gran fábrica han sido recogidos y pulimentados en gran parte por la humanidad entera, si bien el arquitecto fue Santo Tomás de Aquino.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">...El tomismo no vive en el papel, sino en las inteligencias; y en las inteligencias vive como alimento que debe asimilarse y como germen que debe desarrollarse y fructificar... El tomista no debe transcribir sino ampliar a Santo Tomás, depurando y completando sus fuentes, tanteando y consolidando sus principios, asimilando y aumentando sus doctrinas con los nuevos elementos asimilables aportados por sus sucesores hasta nuestros días; y, una vez hecho todo esto, aplicar el tomismo a los problemas de hoy, con seguridad de éxito.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjr669k3ivylPxEvsOvTJhMHGPJyjA8nSJHbAOQlaHwBLZa5oBhsvnM5iFfoaCaLgn8Vgeb82LlqC013HcCxeTiDe_HVGYwxLK8-tBgw-dfSIAY6JnIVfUlt1ajh5YtKAI3DUTcOb76lPAz/s1600/0128San+Tommaso+d+Aquino+8.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><span class="Apple-style-span"><img style="text-align: justify;float: left; margin-top: 0pt; margin-right: 10px; margin-bottom: 10px; margin-left: 0pt; cursor: pointer; width: 303px; height: 400px; " src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjr669k3ivylPxEvsOvTJhMHGPJyjA8nSJHbAOQlaHwBLZa5oBhsvnM5iFfoaCaLgn8Vgeb82LlqC013HcCxeTiDe_HVGYwxLK8-tBgw-dfSIAY6JnIVfUlt1ajh5YtKAI3DUTcOb76lPAz/s400/0128San+Tommaso+d+Aquino+8.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5655685645552142962" border="0" /></span></a><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">...Hace falta, pues, que el tomista verdadero amplíe con todas sus fuerzas el tomismo y le haga crecer; pero con un crecimiento homogéneo y por intususcepción, no heterogéneo ni por yuxtaposición. Por eso es necesario digerir todo lo que viene de afuera, no con medicinas y artificialmente, sino con los jugos segregados del propio tomismo, que son de suyo bastante poderosos para hacer fermentar y producir la digestión de cualquier alimento, por fuerte que sea, si es objetivamente asimilable. Pero aquí, como en todas las cosas, hace falta discreción, para no empeñarse en tomar alientos malsanos que, en lugar de dar fuerzas, producen vértigos, hasta que se arrojan de sí mediante una reacción violenta: tal sucedió a los tomistas que quisieron devorar los platos preparados por Descartes, por los [revelacionistas], por los ontologistas y por los modernistas. No han tenido más que dos caminos: o reventar, si eran de estómago débil o comieron demasiado; o vomitarlos, teniendo que estar a dieta una temporada, con el agravante de deber purgarse repetidas veces, y luego fortificarse con inyecciones de tomismo puro, hasta reanudar la vida normal.</span></div></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Pero hay que guardarse también del vicio opuesto, y no encerrarse en sí, sin querer tomar alimento alguno, por temor de que nos van a envenenar. Tomemos, sí, las debidas precauciones -y la Santa Sede ha señalado varias-; pero después hay que nutrirse bien, para tener vida abundante y perfecta, advirtiendo siempre que el provecho no está en proporción con lo que se come, sino con lo que se digiere, según dice hermosamente Balmes.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">...El tomista verdadero debe reconocer ese campo tan trillado de la especulación tomista de siete siglos, y tomar un bieldo y aventar esa preciosa mies, para separar el grano de la paja y dejar que el viento de la crítica se lleve el polvo. Debe, pues, comenzar por hacer un trabajo de limpieza y de depuración.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">...Alguien nos dirá, al acabar de leer cuanto llevamos dicho, que hacemos imposible un tomista perfecto, porque nadie puede, él solo, con tanto... Es verdad: una cosa es el ideal y otra cosa es la realidad. Un solo hombre no puede por sí mismo abarcarlo todo, pero debe trabajar lo posible por acercarse a ese ideal.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Después de un estudio de conjunto, que todos podemos hacer, es preciso especializarse y hacer monografías completas sobre puntos determinados, según todas las exigencias del ideal tomista. Esto es posible realizarlo, y del conjunto de esas monografías bien hechas saldrá un tomismo completo, verdaderamente <i>ampliado</i>.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Lo malo es que muchos, viendo esa dificultad, y queriendo, sin embargo, aparentar ser tomistas perfectos, se contentan con <i>tomar</i> unas cuantas nociones de Santo Tomás, sin haberlas meditado y profundizado bien, y luego recoger de aquí y de allí unos cuantos datos históricos, con alguna que otra observación crítica, y así lanzan a la publicidad con grande aparato y al son de trompetas y de tambores los frutos de sus lucubraciones, artículos sobre artículos y volúmenes tras volúmenes. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">...Algo semejante ocurre en su género con muchos sabios y con no pocos filósofos de nuestros días. No tienen paciencia o capacidad bastante para hacer profundas especulaciones, o desdeñan rebajarse al estudio concienzudo y detallado de laboratorio, y con ese espíritu -que es la antítesis del espíritu de Santo Tomás, según lo hemos visto más arriba- echan a perder la causa de la Filosofía y de la Ciencia... No estaría mal tener un poco más de humildad y confesar la propia ignorancia...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">...Aspiremos, pues, según los deseos de la Iglesia, a ser tomistas integrales y perfectos, en la vida y en la doctrina: si en Santo Tomás no pueden separarse el Santo y el Sabio, tampoco deben separarse en los tomistas. Teniendo estos deseos y aspiraciones es como rezaremos con espíritu y con verdad la oración de la Iglesia en la fiesta de su Doctor, que contiene la síntesis de todo el presente artículo:</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMqNiMsPnAhVdv23dIKXqzdziMWWIaJnF8FaNUeCRETv8E1KXMC-sP-VqE_yKgsoi0GHfqXkqJrCGy1aKUQ4bm8CaRSmGyttvgEzVDAiN40srXVyYqrVwc3lhtiMneuze1rfqh6CMUqsjw/s1600/Abraham+van+Diepenbeeck+-+Santo+Tom%25C3%25A1s+de+Aquino.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><span class="Apple-style-span"><img style="text-align: justify;display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; cursor: pointer; width: 360px; height: 400px; " src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMqNiMsPnAhVdv23dIKXqzdziMWWIaJnF8FaNUeCRETv8E1KXMC-sP-VqE_yKgsoi0GHfqXkqJrCGy1aKUQ4bm8CaRSmGyttvgEzVDAiN40srXVyYqrVwc3lhtiMneuze1rfqh6CMUqsjw/s400/Abraham+van+Diepenbeeck+-+Santo+Tom%25C3%25A1s+de+Aquino.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5655688999105003410" border="0" /></span></a><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">- Deus, qui Ecclesiam tuam BEATI THOMAE <i>Confessoris</i> tui atque <i>Doctoris</i>.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"> a) <i>mira eruditione</i> clarificas</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"> b) <i>et sancta operatione</i> fecundas:</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">- DA NOBIS, quaesumus,</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"> a) et <i>quae docuit</i> intellectu <i>conspicere</i>,</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"> b) et <i>quae egit</i> imitatione <i>complere</i>.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">- PER CHRISTUM Dominum nostrum. Amen. ASÍ SEA.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: right;"><span class="Apple-style-span"> FR. SANTIAGO Mª RAMÍREZ, O.P.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><i>Salamanca, 5 de febrero de 1923.</i></span></div></div></div>Non nisi te, Dominehttp://www.blogger.com/profile/16017245568144810674noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-1824030658602418540.post-49880806442593451632011-06-15T06:35:00.000-07:002011-06-15T07:56:08.131-07:00Flannery O'Connor y Santo Tomás<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2kznErt-gbb0MBU1L21HWFpEH7MkM81CnKghR-NIJUMdPHej-7r5teQMpDM8P7-tdBD2wg0ZzJtZfOufamLHRpNk1vw-NWXrtLp7IDJHv6NAfM3nIAtxSo0-mrvGyt_pstg2pSIToz4IN/s1600/Flannery+O%2527Connor+color.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 302px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2kznErt-gbb0MBU1L21HWFpEH7MkM81CnKghR-NIJUMdPHej-7r5teQMpDM8P7-tdBD2wg0ZzJtZfOufamLHRpNk1vw-NWXrtLp7IDJHv6NAfM3nIAtxSo0-mrvGyt_pstg2pSIToz4IN/s400/Flannery+O%2527Connor+color.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5618444093280422226" /></a><br /><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span"><div align="justify"><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="line-height: 22px;">Del magnífico </span></span><a href="http://flanneryoc.blogspot.com/" style="line-height: 22px; ">blog de <b>Flannery O'Connor</b></a><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="line-height: 22px;"> en español recojo la siguiente anécdota de la genial escritora estadounidense. Una gran escritora que supo combinar en su literatura el estilo sureño de <b>Faulkner</b> con su fe católica. Su estilo es de un gran realismo, un realismo crudo y a veces de extrema dureza, pero que frente al moderno realismo literario carente de moralidad y de sentido, encierra una demoledora crítica del nihilismo. <b>Flannery O'Connor</b>, al igual que otro gran escritor de lengua inglesa, <b>Evelyn Waugh</b>, reconoce la gran importancia de la actuación de la gracia en sus personajes, incluso cuando estos parecen resistirse.</span></span></span></div><div align="justify"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="line-height: 22px;" >Su obra tiene un profundo trasfondo filosófico y teológico, ya que como muestran los siguientes fragmentos, era una gran lectora de <b>Santo Tomás de Aquino</b>; pero también de otros autores tomistas modernos, como <b>Etienne Gilson</b>. El realismo literario de sus libros se nutre siempre de ese realismo filosófico; una mezcla del estilo sureño tradicional estadounidense con la metafísica tomista por la cual esta <i>novelista católica en el sur protestante</i> se autodenominó a sí misma como <b><i><a href="http://www.amazon.com/Hillbilly-Thomist-Flannery-OConnor-Volumes/dp/0786422831">Hillbilly Thomist</a></i></b>.</span></span></div><div align="justify" style="font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 22px; "><br /></div><div align="justify" style="font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 22px; "><b><span class="Apple-style-span"><a href="http://flanneryoc.blogspot.com/2004/11/flannery-otra-vez.html">Flannery sobre santo Tomás</a>:</span></b></div><div align="justify" style="font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 22px; "><br /></div><div align="justify" style="font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 22px; ">De las Cartas (p. 92):<br /></div><blockquote style="font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 22px; margin-top: 7px; margin-right: 16px; margin-bottom: 4px; margin-left: 16px; padding-top: 6px; padding-right: 12px; padding-bottom: 8px; padding-left: 12px; color: rgb(85, 34, 0); background-image: initial; background-attachment: initial; background-origin: initial; background-clip: initial; background-color: rgb(238, 238, 238); "><p align="justify" style="margin-top: 0.5em; margin-right: 0px; margin-bottom: 0.5em; margin-left: 0px; text-indent: 12px; ">No podría enjuiciar la <em>Summa</em> [de Santo Tomás de Aquino]; lo que podría decir es que todas las noches leo unos veinte minutos antes de acostarme. (…) En cualquier caso, me parece que puedo garantizar que santo Tomás amaba a Dios porque, por más que lo intento, no puedo dejar de amar a santo Tomás. Sus hermanos no querían que malgastara su vida siendo dominico, por lo que lo encerraron en una torre y metieron una prostituta en su dormitorio; la sacó con un atizador al rojo vivo. Hoy en día estaría de moda sentir simpatía hacia la mujer, pero yo tengo simpatía por Santo Tomás.<br /></p></blockquote><div align="justify" style="font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 22px; ">A Betty Hester le parecía que con eso que decía Flannery mostraba una actitud 'fascista', por defender el uso de la fuerza. Y Flannery responde (p. 95):<br /></div><blockquote style="font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 22px; margin-top: 7px; margin-right: 16px; margin-bottom: 4px; margin-left: 16px; padding-top: 6px; padding-right: 12px; padding-bottom: 8px; padding-left: 12px; color: rgb(85, 34, 0); background-image: initial; background-attachment: initial; background-origin: initial; background-clip: initial; background-color: rgb(238, 238, 238); "><p align="justify" style="margin-top: 0.5em; margin-right: 0px; margin-bottom: 0.5em; margin-left: 0px; text-indent: 12px; ">Pero busque otra palabra que no sea fascista para describirme tanto a mí como a Santo Tomás. Tampoco serviría totalitario. Santo Tomás y san Juan de la Cruz, aun siendo tan diferentes, estaban completamente unidos por la misma fe. Cuanto más leo a santo Tomás más flexible me parece. A propósito, san Juan hubiera sido capaz de sentarse con la prostituta y decir: "Hija, pensemos en esto", pero sin duda santo Tomás se conocía a sí mismo y sabía que debía librarse de ella con un atizador o ella le vencería. No sólo estoy de parte de santo Tomás, sino también de acuerdo en que usase el atizador. A esto lo llamo ser un realista tolerante, no un fascista.</p></blockquote></span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><img src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9SYlpmkP-8BjjnofYGTRxeEdaDNovIL8UJZDG_MFY1B6n4eVbzs4D_kRP_DhwUuT9tAbZV5WmoYp6Xx3V3U0-CS8Y0GxIb95suahXabBRxEDY1tVaJ4pJSTWBxI5xQ49zOzVfeclUoFbY/s400/EffegiesThomas11.jpg" style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 340px; height: 400px;" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5618443455613001762" /><div><div><br /></div></div>Non nisi te, Dominehttp://www.blogger.com/profile/16017245568144810674noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1824030658602418540.post-86939225042778024692011-03-07T05:10:00.000-08:002012-01-28T06:45:42.192-08:007 de marzo, Santo Tomás de Aquino<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7R3glQkbU5il6ribPs-SHtnk5eH_XVGZSHXBhZvnA1hJ7hkn2UCAKzl4QIsHB9B4-mAuk_9alsKq9z2AtPRurrYZYcCo2PEHiMN8cduhY77yYWW8bQu5xEgZMppoefYg_CG5gONGg7jAj/s1600/Santo+Tom%25C3%25A1s+de+Aquino+-+Museo+nacional+de+arte%252C+M%25C3%25A9xico+DF.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 348px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7R3glQkbU5il6ribPs-SHtnk5eH_XVGZSHXBhZvnA1hJ7hkn2UCAKzl4QIsHB9B4-mAuk_9alsKq9z2AtPRurrYZYcCo2PEHiMN8cduhY77yYWW8bQu5xEgZMppoefYg_CG5gONGg7jAj/s400/Santo+Tom%25C3%25A1s+de+Aquino+-+Museo+nacional+de+arte%252C+M%25C3%25A9xico+DF.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5702694042536401410" /></a><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 100%;"><b><a href="http://nonnisite.blogspot.com/2010/03/sobre-la-fiesta-de-santo-tomas-de.html">7 de MARZO, FIESTA DE SANTO TOMÁS DE AQUINO</a></b></span></div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(51, 51, 51); line-height: 20px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: arial; font-size: 100%;"><b><i><br /></i></b></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(51, 51, 51); line-height: 20px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: arial; font-size: 100%;"><b><i>SEMBLANZA ESPIRITUAL</i></b> de <b>Santo Tomás de Aquino</b> </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(51, 51, 51); line-height: 20px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: arial; font-size: 100%;">por <b>Santiago Ramírez, O.P.</b></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(51, 51, 51); line-height: 20px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: arial; font-size: 100%;"><br /><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(51, 51, 51); line-height: 20px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: arial; font-size: 100%;"><b>Santo Tomás</b> era de alta estatura —de 1,90 metros—, recto, grueso, de cabeza voluminosa y calva en la región frontal, bien proporcionada, de color trigueño, de porte distinguido y de una sensibilidad extraordinaria. Cualquier cambio atmosférico o de clima le afectaba, y era sumamente sensible al frío. Su figura prócer se destacaba grandemente entre todos los miembros de la comunidad.<br /><br /></span></span></div><div style="text-align: justify; color: rgb(51, 51, 51); line-height: 20px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: arial; font-size: 100%;">Su <b>inteligencia</b> era rápida, profunda, equilibrada; prodigiosa su memoria; insaciable su curiosidad, y su laboriosidad no conocía descanso. Comprendía con facilidad cuanto leía u oía, y lo retenía fielmente en su memoria como en el mejor fichero. Se procuraba todas las novedades de librería. Sin olvidarse de las mejores ediciones o traducciones; y con ser tanto lo que leía, era muchísimo más lo que pensaba y meditaba.</span></div><div style="text-align: justify; color: rgb(51, 51, 51); line-height: 20px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: arial; font-size: 100%;">Evitaba toda palabra y <b>conversación inútil</b>. A imitación de su padre <b>Santo Domingo</b>, no hablaba más que con <b>Dios</b> o de <b>Dios</b>. En el momento en que la conversación salía de esos temas, discreta y amablemente se retiraba. Su único recreo era pasear solo por el claustro o por la huerta del convento, derecho y con la cabeza levantada, elevados los ojos al cielo en profunda contemplación. Pero era al mismo tiempo sumamente afable y cortés en su trato; siempre sonriente y servicial para con todos.<br /><br /></span></div><div style="text-align: justify; color: rgb(51, 51, 51); line-height: 20px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: arial; font-size: 100%;">Estaba adornado de las más excelsas <b>virtudes</b>. De una pureza angelical consigo mismo y con los demás —quoad se et quoad alios—, era sumamente recatado y recogido. Evitaba con sumo cuidado el trato y conversación con mujeres, y rarísima vez se lo veía fuera del convento. Bartolomé de Capua, que lo conoció durante largos años, no lo vio fuera del convento de <b>Nápoles</b> más que una sola vez, a la hora de vísperas, y otra vez en Capua; solamente la caridad o la obediencia le hacían dejar su amable retiro claustral.<br /><br /></span></div><div style="text-align: justify; color: rgb(51, 51, 51); line-height: 20px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: arial; font-size: 100%;">Su <b>sobriedad </b>era extrema. No comía y bebía más que una sola vez al día —a mediodía—, y siempre en el refectorio común. No se preocupaba de lo que le ponían delante, y tenían que cuidar de que tomase algo, porque se distraía continuando las altas especulaciones de su celda. <b>Fray Reginaldo de Priverno</b>, su habitual y fiel compañero, tenía que hacer con él oficio de nodriza.</span></div><div style="text-align: justify; color: rgb(51, 51, 51); line-height: 20px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: arial; font-size: 100%;">Fue muy amante de la <b>pobreza</b>. Cuando escribía la <i><b>Suma contra Gentiles</b></i> usaba unos cuadernillos de papel mediocre, aprovechándolos hasta la última línea y el último ángulo. Se contentaba con el hábito y el calzado más pobres. En su celda no se hallaba nada selecto superfluo ni selecto.<br /><br /></span></div><div style="text-align: justify; color: rgb(51, 51, 51); line-height: 20px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: arial; font-size: 100%;">Su <b>humildad</b> fue verdaderamente extraordinaria. Jamás hablaba de sí mismo ni de la nobleza de su familia. Cuando se trató de hacerlo maestro y profesor de París, alegó humildemente su corta edad y sus pocas luces, siendo así que su talento y capacidad habían sobresalido sobre todos los demás durante su cargo de bachiller bíblico y sentenciario. En los ejercicios y disputas escolares, en que es tan fácil excederse, máxime en aquellos tiempos y en aquellas circunstancias críticas por que atravesaba la Universidad parisiense, jamás se le escapó un gesto arrogante ni una palabra despectiva o molesta para nadie, a pesar de habérsele molestado y atacado duramente en ciertas ocasiones, como en el altercado de Juan Peckham, o cuando los partidarios de <b>Guillermo de Saint-Amour</b>, capitaneados por el bedel de la facultad, irrumpieron en su clase vociferando como energúmenos y maltratando a sus estudiantes. Rehusó con energía y tenacidad toda clase de altos puestos y dignidades eclesiásticas, contento con ser siempre un pobre y humilde fraile, y despreciando todas las pompas y vanidades del mundo. Con ser un hombre tan célebre y admirado de muchos, jamás sintió el menor movimiento de vanidad ni de soberbia.</span></div><div style="text-align: justify; color: rgb(51, 51, 51); line-height: 20px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: arial; font-size: 100%;">Grande fue también su <b>paciencia</b> en los trabajos y enfermedades. Nunca se quejaba de nada que le faltase ni de sus dolores. Los enfermeros estaban maravillados, sobre todo en su última, larga y penosa enfermedad. Lejos de quejarse o molestarles con impertinencias, les mostraba humildemente su profundo agradecimiento por los más pequeños servicios que le hacían. Y durante las luchas y reyertas de París, en que le atacaban a él por una y otra parte como a principal adversario, y a veces como si fuera un hereje, jamás salió de su boca la menor queja en público ni en privado. Era la misma calma y placidez en medio de la tormenta como lo fue literalmente durante una travesía por el golfo de Lyon.<br /><br /></span></div><div style="text-align: justify; color: rgb(51, 51, 51); line-height: 20px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: arial; font-size: 100%;">Pero al mismo tiempo era intrépido y enérgico en <b>defensa de la verdad</b>, dando siempre la cara con ejemplar nobleza. Cuando los <b>gerardinos</b>, por un lado, y los <b>averroístas</b>, por otro, emplearon procedimientos demagógicos, llevando la discusión de difíciles y complejos teológicos y filosóficos ante el tribunal del pueblo ignorante o de petulantes jovenzuelos, <b>Santo Tomás</b> se encara con ellos, y los emplaza a discutir noblemente por escrito y ante los sabios, con armas legítimas y cara descubierta. Y ante la insolencia y arrogancia de ciertos teólogos que afirmaban a boca llena y sentenciaban quasi ex tripode que una creación ab eterno era intrínsecamente imposible, sin tolerar ni reconocer el menor derecho a la opinión contraria, el santo les advierte que el talento y la sabiduría no han comenzado ni terminado con ellos, sino que también otros son capaces de saber lo que traen entre manos.</span></div><div style="text-align: justify; color: rgb(51, 51, 51); line-height: 20px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: arial; font-size: 100%;">La ejecución rápida, detallada, conforme a todas sus cláusulas y encomiendas, del testamento de su cuñado el conde Roger de Aquila, son una obra maestra de justicia; lo mismo que la respuesta pronta y equilibrada a la consulta del general Juan de Vercelli sobre ciento ocho proposiciones denunciadas de Pedro de Taransia.<br /><br /></span></div><div style="text-align: justify; color: rgb(51, 51, 51); line-height: 20px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: arial; font-size: 100%;">Su <b>prudencia</b> era proverbial. Se le llamaba el <b>prudentísimo fray Tomás</b>, prudentissimus frater Thomas. La acreditó plenamente en las respuestas que daba a <b>san Luis de Francia</b> y las varias consultas que le hicieron los capítulos generales y el general Juan de Vercelli.</span></div><div style="text-align: justify; color: rgb(51, 51, 51); line-height: 20px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: arial; font-size: 100%;">Para con los pobres y desvalidos tenía entrañas de madre. Los compadecía sinceramente y les ayudaba cuanto podía con limosnas y consejos.</span></div><div style="text-align: justify; color: rgb(51, 51, 51); line-height: 20px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: arial; font-size: 100%;">A pesar de su continua abstracción y taciturnidad, era <b>profundamente humano</b> para con todos, especialmente para con sus hermanos y sobrinos, que tierna y sobrenaturalmente amaba. A su sobrina Francisca, condesa de Ceccano, le consiguió del rey <b>Carlos I de Anjou</b> un salvoconducto para que pudiera ir a tomar baños a Nápoles. Pero era un cariño viril y sin sensiblerías. Cuando ocurrió la muerte de su madre y de sus hermanos, nadie podía notar en su rostro y modo de conducirse la menor mudanza o conmoción: únicamente se limitaba a encomendarlos a Dios en sus oraciones y sacrificios, invitando a sus discípulos y hermanos en religión a que hiciesen otro tanto.<br /><br /></span></div><div style="text-align: justify; color: rgb(51, 51, 51); line-height: 20px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: arial; font-size: 100%;">Su <b>amistad</b> era fiel, sincera, sacrificada, tierna. De ella dan testimonio el rector y los profesores de la Facultad de Artes de París en su célebre carta al capítulo general de Lyon. Y la que tuvo con su ayudante y compañero fray Reginaldo es de las más puras y conmovedoras que registra la historia. Sin quererlo, se viene a las mientes la que tuvo el divino Maestro con su discípulo amado.</span></div><div style="text-align: justify; color: rgb(51, 51, 51); line-height: 20px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: arial; font-size: 100%;">Pero sobre todo era <b>hombre de gran oración y contemplación</b>. Los testigos del proceso de canonización repiten hasta la saciedad que fue «hombre de gran oración», «de gran contemplación y oración», «de gran contemplación», «de contemplación ejemplar», llamándole «hombre contemplativo y totalmente abstraído de las cosas terrestres hacia las celestes», «contemplativo de Dios..., desprendido de las cosas terrenas y atraído por las celestes o divinas, con los ojos casi continuamente elevados al cielo».</span></div><div style="text-align: justify; color: rgb(51, 51, 51); line-height: 20px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: arial; font-size: 100%;">Era el primero en levantarse por la noche, e iba a postrarse ante el <b>Santísimo Sacramento</b>. Y cuando tocaban a maitines, antes de que formasen fila los religiosos para ir a coro, se volvía sigilosamente a su celda para que nadie lo notase. El Santísimo sacramento era su devoción favorita. Celebraba todos los días, a primera hora de la mañana, <i>summo diluculo</i>, luego oía otra misa o dos, a las que servía con frecuencia. El oficio que compuso para la festividad del <b>Corpus Christi</b> y el sermón que predicó ente el consistorio con motivo de su inauguración son de los más tierno, devoto y profundamente teológico que se conoce en la sagrada liturgia: <i>quo devotius in Ecclesia Dei non dicitur nec cantatur</i>.<br /><br /></span></div><div style="text-align: justify; color: rgb(51, 51, 51); line-height: 20px;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuN9_T6yJcBb6PvnhYvmUkm3me9jFUHro1zwfojoMjCiyxTVQrAjaqitCj4-Xvtld2N2s9Mf8Dm5nFr-W8ps_0u88d3LpNeVCvnD2pVXXPw-5jPYDt5JmMlVBX3VgByQ7eGta8LjPGCPMx/s1600/Rubens.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img style="float: right; margin: 0pt 0pt 10px 10px; cursor: pointer; width: 310px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuN9_T6yJcBb6PvnhYvmUkm3me9jFUHro1zwfojoMjCiyxTVQrAjaqitCj4-Xvtld2N2s9Mf8Dm5nFr-W8ps_0u88d3LpNeVCvnD2pVXXPw-5jPYDt5JmMlVBX3VgByQ7eGta8LjPGCPMx/s400/Rubens.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5581345884897031330" border="0" /></a><span class="Apple-style-span" style="font-family: arial; font-size: 100%;">El arte ha inmortalizado este aspecto de la vida de Santo Tomás. En el museo del Prado existe un cuadro de <b>Rubens</b> en el que se presenta una procesión del Santísimo Sacramento. Van delante <b>San Gregorio Papa</b>, <b>San Agustín</b> y <b>San Ambrosio</b>. Siguen detrás <b>San Jerónimo</b> y <b>San Buenaventura</b>. En el centro avanzan <b>Santo Tomás y Santa Clara</b>. Ella va a la derecha y lleva la custodia; él camina a su izquierda, explicando con rostro inflamado el gran misterio. Lleva un gran libro debajo de su brazo derecho y acciona con la mano izquierda. San Gregorio, San Agustín y San Ambrosio detienen su marcha para escucharle; San Jerónimo, meditabundo, consulta la Sagrada Escritura; y San Buenaventura eleva, extático, sus ojos al cielo.</span></div><div style="text-align: justify; color: rgb(51, 51, 51); line-height: 20px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: arial; font-size: 100%;">Sobre la tumba del santo, en la iglesia de San Sernin, de <b>Toulouse</b>, se levanta una magnífica estatua suya. En la mano derecha tiene el Santísimo Sacramento; en la izquierda, una espada de fuego. Debajo está grabada esta inscripción: “<i>Ex Evangelii solio Cherubinus Aquinas Vitalem ignito protegit ense cibum</i>”.</span></div><div style="text-align: justify; color: rgb(51, 51, 51); line-height: 20px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: arial; font-size: 100%;">Igualmente tenía una devoción tiernísima a la <b>Santísima Virgen</b>. En el autógrafo de la <b><i>Suma contra Gentiles</i></b> se encuentran las palabras Ave, María, diseminadas por los espacios marginales, como otras tantas jaculatorias que brotaban de su corazón. Y cuando quería probar una pluma, no se le ocurría otra cosa.<br /><br /></span></div><div style="text-align: justify; color: rgb(51, 51, 51); line-height: 20px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: arial; font-size: 100%;">Estas dos devociones predilectas suyas a <b>Jesús</b> y a <b>María</b> han sido bellamente expresadas por Andrés Orcagna en un hermoso políptico que se conserva en la iglesia dominicana de Santa María Novella, de Florencia. La Virgen Santísima, con gesto maternal, presenta ante su divino Hijo a Santo Tomás, que, arrodillado, recibe del Redentor un libro abierto, en donde se lee: «Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos. Te di un corazón sabio e inteligente (Ap 5, 9; Re 3, 12)». Y al pie del cuadro, en una figura más pequeña se representa al santo arrobado en éxtasis celebrando la santa misa.</span></div><div style="text-align: justify; color: rgb(51, 51, 51); line-height: 20px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: arial; font-size: 100%;">Se encomendaba también con frecuencia a los <b>ángeles</b> y a los <b>santos</b>. Todos los días, por muy ocupado que estuviese con sus lecciones o sus obras, leía un capítulo de las Colaciones, de Casiano, para mantener vivo en su corazón, como él decía, el fuego de la devoción y amor de Dios.<br /><br /></span></div><div style="text-align: justify; color: rgb(51, 51, 51); line-height: 20px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: arial; font-size: 100%;">A todo esto se unía el <b>don de lágrimas</b>, que poseyó en grado eminente. Durante la misa, sobre todo al acercarse la comunión, sus ojos eran dos fuentes de lágrimas. Lo mismo ocurría cuando contemplaba la pasión y muerte de Jesucristo, que lo hacía con mucha frecuencia. Y al cantar en Completas, durante la Cuaresma, de 1273, la antífona No nos deseches en el tiempo de la vejez, cuando nos falte la fuerza no nos abandones, Señor, llamó la atención de los religiosos el mar de lágrimas en que estaba sumergido.</span></div><div style="text-align: justify; color: rgb(51, 51, 51); line-height: 20px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: arial; font-size: 100%;">Y con ser tantas las virtudes que adornaban su alma desde su niñez, pues conservó intacta su inocencia bautismal, creció siempre sin interrupción en todas ellas hasta el fin de su vida. Como atestigua el dominico Conrado de Suessa, que lo conoció durante largos años en Nápoles, Roma y Orvieto, «progresaba siempre de bien en mejor, y crecía de virtud en virtud». Hermosa y exactamente dice el cardenal Pedro Roger, que después fue papa con el nombre de <b>Clemente VI</b>: «como resulta claro a quien contempla su vida, es como si todos sus miembros fuesen ejemplos de virtud: se leía su simplicidad en la vista; su benignidad en la cara; su humildad en el oído; su sobriedad en el gusto; en la lengua su verdad; en el olor su suavidad; en su tacto la integridad; en su andar la gravedad; en su gesto la honestidad; en su entendimiento la claridad; en su afecto la bondad; en su mente la santidad; en su corazón la caridad: en él la belleza de su cuerpo fue imagen de su mente y figura de su bondad».<br /><br /></span></div><div style="text-align: justify; color: rgb(51, 51, 51); line-height: 20px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: arial; font-size: 100%;">Espíritu eminentemente contemplativo —miro modo contemplativus según frase de <b>Tocco</b>—, para él no había dualidad ni oposición entre la oración y el estudio, como no la había la acción y la contemplación: su estudio era oración, y su oración era estudio. Por eso estudiaba y oraba siempre, salvo un tiempo brevísimo que sacrificaba al sueño. Como dice bellamente A. Touron: «oraba como si nada tuviera que esperar de su trabajo, y trabajaba con la misma aplicación que si la oración no pudiera bastarle para llegar a la ciencia más perfecta». En los últimos años de su vida sobre todo, el estudio quedó absorbido por la oración, y ésta por su forma más alta y elevada, que es la pura contemplación. Sabiduría, caridad, paz: he ahí las tres notas dominantes y características de la vida espiritual de Santo Tomás, que <b>monseñor Grabmann</b> ha expuesto deliciosamente en su <i>Das Seelenleben des hl. Thomas von Aquin</i>. No faltaba más que quitar las amarras del cuerpo mortal para que su espíritu volase hasta la presencia inmediata de Dios, traduciendo la contemplación en visión facial y beatífica. Fue canonizado solemnemente en <b>Aviñon</b> por <b>Juan XXII</b> el 18 de julio de 1323.<br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: arial; font-size: 100%; color: rgb(51, 51, 51);"><span class="Apple-style-span" style="line-height: 20px;"><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: arial; font-size: 100%;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBvFf9n7VuErZA7qCemoPHE1So3Mk568TFTwoVH45B3E6vIBMMu5Z_1ZAgDbGhrXQrl8jMAqERtdiHAAg79Ero3EPVUgC-D17dGOzfziCiEUpY-jVIPJtgxo5UTtDUsncgn70CMnQHoiEj/s1600/115_santo_tomas_de_aquino_misal.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 253px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBvFf9n7VuErZA7qCemoPHE1So3Mk568TFTwoVH45B3E6vIBMMu5Z_1ZAgDbGhrXQrl8jMAqERtdiHAAg79Ero3EPVUgC-D17dGOzfziCiEUpY-jVIPJtgxo5UTtDUsncgn70CMnQHoiEj/s400/115_santo_tomas_de_aquino_misal.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5581341606327915586" border="0" /></a></span></div><span class="Apple-style-span" style="font-family: arial; font-size: 100%;"><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(51, 51, 51);"><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="line-height: 20px;"><br />Santiago M. Ramírez, O.P.,</span><span class="Apple-style-span" style="line-height: 20px;"> Introducción a Tomás de Aquino,</span><span class="Apple-style-span" style="line-height: 20px;"> BAC, Madrid, 1975, pp. 74-88</span><span class="Apple-style-span" style="line-height: 20px;"><br />*Reproducido del blog <a href="http://tomismo.blogspot.com/"><b>TOMISMO</b></a></span></div></span></span>Non nisi te, Dominehttp://www.blogger.com/profile/16017245568144810674noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1824030658602418540.post-88958754221494755362011-02-25T08:31:00.000-08:002011-03-02T17:46:05.933-08:00"Semblanza espiritual" de Santiago Ramírez, O.P.<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKmwnaDQ7tE8WFRiK0jrrcwUfxS-9RiP-lwBiJ2q06h5JuvjqJD7cNTFGpWXBv1rDB0QwrMlNHAiXnZk93kSGd_8x6PiN-O69TfQMacNmu5yXBtwKMhB0wYWugALF_oYWKVoJ5G7Xq4nop/s1600/SantiagoRam%25C3%25ADrez2.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 273px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKmwnaDQ7tE8WFRiK0jrrcwUfxS-9RiP-lwBiJ2q06h5JuvjqJD7cNTFGpWXBv1rDB0QwrMlNHAiXnZk93kSGd_8x6PiN-O69TfQMacNmu5yXBtwKMhB0wYWugALF_oYWKVoJ5G7Xq4nop/s400/SantiagoRam%25C3%25ADrez2.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5577682383224794130" /></a><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Mi primer contacto con el P. Ramírez fue en la clase. Escuché sus lecciones sobre la fe, la caridad, la prudencia.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Su clase era distinta. A primera hora de la mañana, nuestra mente fresca entraba con gozo en lo profundo y luminoso de sus </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">ideas. Ponía todo su fervor y su fuego en la cátedra como el predicador más enardecido lo podía hacer en el púlpito.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Con los alumnos amable y exigente. Sabía escuchar. Y sabía distinguir lo que era "disculpa de estudiante" y lo que era razonable y justo. Comprensivo con el de voluntad recta, intransigente con el haragán.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Una clase nos impresionó: <i>"La prudencia gubernativa requiere dos virtudes complementarias: la magnanimidad y la magnificencia.</i></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">El magnánimo es un espíritu amplio, generoso. Mira de cara los problemas. Acomete su resolución, a pecho descubierto, y con energia indomable, mirando siempre al bien común.</span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">No se deja arrastrar por el aplauso, ni por las intrigas.</span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">Conduce la nave a su puerto con pu</span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">lso firme, siempre sereno y dueño de sí mismo.</span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">No es interesado, sino dadivoso,</span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">no vengativo, clemente,</span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">no envidioso, caritativo,</span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">no hablador, mas bien taciturno y siempre afable;</span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">no precipitado, calmoso y ordenador.</span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">Y sobre todo -notadlo- es humilde. No se oponen magnanimidad y humildad. Antes, la humildad es la base.</span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">El magnánimo ha de empezar por ser humilde. Lo primero vaciarse de sí mismo en todas las direcciones del ser. Sin dejar nada movedizo e </span></i><i><span class="Apple-style-span">inestable. "Magnus esse vis, a minimo incipe". S. Agustín.</span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">A más humildad, más magnanimidad.</span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">El magnánimo aspira a una humildad gigantesca. No se contenta con una humildad cualquiera.</span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">La fortaleza -heroica- del magnánimo le viene de Dios.</span></i></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><i>Dios da su gracia a los humildes. A más humildad, más gracia de Dios. A más gracia de Dios, más energías sobrenaturales. A más energías mayor magnanimidad. Todo lo puedo en Aquel que me conforta"</i>.</span></div><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Terminada la clase el comentario brotó espontáneo y unánime: <i>Se ha retratado a sí mismo</i>.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">No podíamos calar entonces hasta qué punto la vida de este hombre era fruto natural de la humildad y la confianza en Dios.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Entonces sólo veíamos los efectos: Entregado a su trabajo en la celda día y noche. Impasible a los halagos y a los vaivenes de cada día. Apasionado en la búsqueda de la verdad. Exacto en la expresión. Sin permitirse jamás en la clase hablar de temas ajenos. Parecía vivir aparte. Y sin embargo siempre estaba dispuesto a escuchar, a dar la orientación y el consejo oportuno en orden intelectual y espiritual. Nunca olv</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">idé esta reflexión suya en una conversación particular. <i>La profesión solemne es una entrega de toda la persona. Por tanto, también de la inteligencia. Estamos obligados a estudiar con todas nuestras fuerzas. Y a estudiar precisamente lo mandado por la obediencia, que expresa la voluntad de Dios. </i></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">Sin distraer nada para otras cosas, que no sean el servicio de Dios.</span></i></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Ha sido en la última etapa de su vida, cuando Dios nos concedió conocer la riqueza de su vida interior. Antes, nunca hablaba de sí mismo. Ahora, esperando la muerte durante tres meses, movido por la gratitud hacia quienes le atendían, y sobre todo, impulsado por la gracia de Dios, dejó traslucir algo de la grandeza de su alma.</span></div><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><b><span class="Apple-style-span">HOMBRE DE HUMILDAD PROFUNDA</span></b></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">A pesar de su talla intelectual se mantuvo siempre humilde. Evitaba con escrupulosidad todo lo que pudiera ser molesto a otros. Jamás se quejaba de nada ni de nadie. Siempre sencillo y servicial. Sumamente agradecido, aún al menor servicio.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">La compañía de mis hermanos es un</span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">o de los más grandes consuelos humanos. Toda la Comunidad me mima con inmerecida atención. Del superior al último hermano, y de modo especial el médico, Dr. Villalobos, todos, todos rebosan de caridad hacia mí. Nadie en el mundo está mejor atendido que yo.</span></i></div><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Y cuando ya no podía valerse por sí mismo, y unos religiosos le atendían en todos los servicios, decía: <i>Dios nos doma. Algunas veces uno cree que vale algo y Dios le humilla. Le pone en condiciones de conocer que todo es gracia y don suyo</i>.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><img src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8AaWYkotlf5uHjbrmT_YKa6vKypw1UDC0B-0WjIITQ_mBUtuArD1FL28bAcHnl4uNebBadB4aEj8W-ZbJRftlLVIiv9sqQZ9g8z5Txike5W60BBrBg8zLtsrs-YCcbFIXb9Eem7Pgr49h/s400/Doctor+Ang%25C3%25A9lico.jpg" style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 266px;" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5577679291632314066" /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><b><span class="Apple-style-span">HOMBRE DE FE</span></b></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">Sólo viviendo en la fe se puede alcanzar la plenitud de la vida. Pobres los que no tienen fe. ¡Pobres! Hay que rezar por ellos. Y compadecerlos. Les falta la alegría. La fe es un anticipo del cielo.</span></i></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><i>Frente a las dudas. Frente a las crisis espirituales hay una palabra que trae la luz y la paz: Creo, creo, creo.</i> Y lo repetía con una fuerza y una convicción que impresionaba.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><b><span class="Apple-style-span">Fe en las virtudes de la vida religiosa.</span></b></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">¡Qué vida más penosa la de aquellos que no encuentran a Dios en su camino! En la vida religiosa nos sentimos en las manos de Dios. Conserven siempre la presencia de Dios. Y para ello, silencio. Guarden el silencio en las horas y lugares establecidos. Sean exigentes con ustedes mismos. Hay tiempo de recreación, de descanso. Queda uno compensado.</span></i></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><b><span class="Apple-style-span">Fe en la oración.</span></b></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">He aprendido más rezando que estudiando. Las dos cosas... pero más rezando que sudando.</span></i></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Piedad sólida centrada en la Santa Misa y en el Breviario. A veces, arrastrándose materialmente, acudía a primera hora de la mañana al Oratorio de la enfermería para celebrar. Aceptó, no sin sacrificio, celebrar en su celda. Al sentirse mejor volvió otra vez a la capilla. Y sufrió mucho los primeros días en que ya le era imposible decir la Santa Misa. Entonces con devoción y lágrimas escuchaba la Misa radiada.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">En los últimos meses ayudado de una lupa rezaba el Breviario. Al insistirle que no lo rezase, lloraba y suplicaba se le dejase rezar <i>aunque fuera con esfuerzo, ¡le hacía tanto bien!</i> Y se emocionaba evocando los comentarios de los SS. Padres al Evangelio y las vidas heroicas de los santos. Se encomendaba al santo de cada día y notó que le iba bien.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Devotísimo de S. Pío X: ¡Nunca vi un hombre como aquel!, de S. Juan Bosco, de S. Antonio M. Claret, del Cura de Ars, Beato Valentín Berrio-Ochoa, San Martín de Porres.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Antes del estudio -cada vez que se ponía a estudiar- invocaba a S. Agustín y a Santo Tomás. Y a diario tenía su memento para el P. Arintero y el P. Colunga.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Muchas veces estando con él rezábamos el Rosario. Permanecía -durante la última enfermedad- largos ratos con los ojos cerrados. Luego le preguntábamos si había dormido. Respondía con sencillez: <i>No, he rezado el rosario. Es lo que puedo hacer: rezar y sufrir.</i> Después de una noche de insomnio: <i>No he dormido. Pero también así me encuentro bien. Una noche en vela no es nada. Lo que verdaderamente es terrible son los afanes del corazón. Antes estos tengo miedo, porque me dejan la impresión de estar aniquilado. Lo acepto todo, y si Dios quiere más, más. Tengo necesidad de reparar mis culpas. Y más sufren otros. Y más sufrió Jesucristo. Ahora comprendo mejor que nunca, que debemos sufrir en nuestra carne aquello que falta a la Pasión de Cristo. Dios me ayude.</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Amaba tiernamente a Santo Domingo. <i>Nuestro Padre, los santos de la Orden son ejemplares para nosotros. Tenemos que hacer vida en nosotros sus grandes virtudes: humildad, obediencia, pobreza, observancias religiosas. Cuando se ejercitan estas virtudes con amor una comunidad marcha.</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Durante toda la vida encontraba su gozo en la vida conventual. Cuando estaba en el extranjero, venía a este convento todos los años a pasar por lo menos una semana. <i>Qué fortuna transcurrir la vida en un convento entre las observancias, la Misa..., las completas</i>. Vivía con emoción los oficios solemnes. A veces se le veía llorar. Comentaba: <i>Ahora la Liturgia se encuentra en un grado de perfección muy alto. Cantan bien. Preparan bien las ceremonias. Da gusto. Liturgia de Adviento, de Cuaresma, ¡con ese deje de penitencia y añoranza de la vida eterna...!</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><b><span class="Apple-style-span">Fe en los Superiores.</span></b></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Siempre sinceramente respetuoso con el Superior. Si se le consultaba respondía con sencillez, aclarando, aconsejando, dando luz, jamas imponiendo. Mantener firme el criterio recto pero con caridad: <i>firmiter in re, suaviter in modo</i>. Comprensión inmensa para las debilidades. Sabía esperar y confiar en que la reflexión y el buen criterio renaciesen.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Si el Superior ordenaba algo, era el primero en obedecer, sin jamás quejarse o murmurar. Aunque su criterio fuese otro. <i>No murmuren de los Superiores. Nos tienen que soportar a todos. Y tienen motivos que no conocemos para obrar. Y tienen la gracia de Dios. Dice S. Agustín: Tener al Superior más amor que temor.</i></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">No murmuren de nadie. Hacer la misericordia de rogar por los que lo necesiten. No olvidar que cada uno de nosotros necesitamos de esa compasión de los demás.</span></i></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><b><span class="Apple-style-span">Fe en el ministerio de la clase.</span></b></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Sus alumnos pueden dar testimonio de su dedicación total y entusiasta y sacrificada a la clase. Este es su pensamiento: <i>La clase es una cátedra sagrada, como lo es el púlpito. El profesor, que no se imponga por el cargo, sino por su competencia, por su bondad. La cátedra es un apostolado. A la clase no lleven chismes ni cosas del mundo. Sólo el tema de la clase. Y prepararlas bien en el fondo y en la forma. Hay que renovarse continuamente. Que sean dignas, interesantes. Y sean exigentes intelectualmente. Y ejemplares en su vida.</i></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">Lo alumnos reflexionen: que están en tiempo de formarse. No lo saben todo. Respeten al profesor, que está sacrificando su vida por ellos. Sean respetuosos, agradecidos, dóciles. Virtud fundamental: la docilidad, no borreguil, sí consciente y operativa. Impetu dirigido, que no vaya cada cual según su antojo. Discretos y modestos..., sin pedantismo. Con la oración y el esfuerzo todo se consigue.</span></i></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><b><span class="Apple-style-span">Fe en la Iglesia.</span></b></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Amaba a la Iglesia. Por eso sufrió por la Iglesia. Pero nunca fue derrotista: <i>Esta crisis pasará, como otras muchas, que han sucedido a través de la Historia. Después la Iglesia saldrá más purificada, más rejuvenecida y más vigorosa. Es necesario trabajar todos juntos. Todos unidos al Papa. ¡Qué Papas más santos hemos tenido los últimos tiempos! La única cosa que importa es darse, con confianza en Dios que siempre triunfa.</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><b>Fe en la Orden</b>.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">No fue el P. Ramírez hombre que vino a vivir de la Orden sino para la Orden. Lo entregó todo en una generosidad y fidelidad sin tacha. Y tenía fe en la vocación sobrenatural de la Orden. <i>La crisis actual afectará a todo. Pero hay motivos muy grandes para confiar. La Orden tiene una doctrina y una tradición muy sólidas. Y entre nosotros hay caridad. Lo estoy palpando a diario. Estos jóvenes que me atienden son impetuosos, como todos los jóvenes, ...les puede faltar la prudencia, pero tienen un criterio muy sano y mucha caridad. Hay que ser comprensivo con ellos y a la vez cultivar más y más el espíritu sobrenatural. Exigencia en la formación. Prepararlos a fondo en sentido cristiano y dominicano para trabajar indefectiblemente, incansablemente, donde lo disponga la obediencia, y lo exija el bien de las almas. Ser santamente optimista. Esta juventud tiene materia para responder plenamente a su vocación.</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><img src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-f3eFsMBznmMypJZw64hgTemIOsJp4dxbxazFKBI0jVo_7UbNPOxGf6KI4FfkG8FFiMQb8HjLA8Q52XzXD4KtFVfQo_RlxwRdc5D_lfUhEkm1CLcNFehXmOVxHOEw9bucdEDup163jnD7/s400/229_sansistopalaaltare2ma8.jpg" style="float: right; margin: 0pt 0pt 10px 10px; cursor: pointer; width: 287px; height: 400px;" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5577674510778980418" border="0" /><div style="text-align: justify;"><b><span class="Apple-style-span">CONFIANZA EN LA MISERICORDIA DE DIOS</span></b></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Su última lección fue de esperanza. Varias veces en nuestras conversaciones había surgido el tema. Siempre tenía la palabra oportuna, la frase exacta que aclaraba un problema, y siempre, la emoción que certificaba su gozo. Su libro De la Esperanza no es sólo ciencia, es un exponente de su vida.</span></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">"La esperanza dilata el corazón. QUASI TRISTES, SEMPER AUTEM GAUDENTES".</span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">Dice S. Agustín "quasi..." como en un sueño.</span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">La realidad es otra... gaudentes.</span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">Un poco de tristeza es necesario tener en este destierro. Es propio del desterrado tener añoranza de la patria. Pero es una añoranza que no agobia. Te</span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">nemos la certeza de llegar. Se debe a que "se dilata" el tiempo de abrazar al Señor.</span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">Gaudentes: Alegres, en la realidad, porque la esperanza da certeza absoluta, apoyada en la ayuda de Dios, que no falla. Da inclinación, como una flecha que marcha al cielo... Sin arredrarse ante ningún peligro, ni retroceder ante ningún obstáculo.</span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">Es virtud de viadores. Es la vida de la vida presente.</span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">Es propia de los jóvenes. Y todos tenemos que ser jóvenes en el Señor. Vigorosos, llenos de vida...</span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">¡Es triste haber ofendido a Dios! ¡Tanta bondad por un lado, tanta maldad por otro!...</span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">Todas las virtudes teologales son grandes. La esperanza, ¡oh, la esperanza!</span></i></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Y terminó, llorando de emoción:</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">"Yo espero salvarme.</span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">Espero ir a la vida eterna.</span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">Espero en la misericordia de Dios".</span></i></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Luego añadió: <i>La Virgen, ¡qué madre tenemos..., qué madre!</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Y se refugió en el rezo de los misterios gloriosos del Rosario en la gozosa certeza de que muy pronto serían plenamente <i>la vida de su vida.</i></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span"><br /></span></i></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><b><span class="Apple-style-span">Fr. Andrés Hernández, O. P.</span></b></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span">Prior de San Esteban</span></i></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">(En<i> Santiago Ramírez, O. P., In memoriam</i>. Convento de S. Esteban. Salamanca. 1968)</span></div>Non nisi te, Dominehttp://www.blogger.com/profile/16017245568144810674noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1824030658602418540.post-85792421712624208702011-01-31T12:17:00.000-08:002011-01-31T13:39:43.397-08:00Fray Zeferino González y la filosofía de santo Tomás<div style="text-align: justify;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjV8bggsPApPpFzWrvor9JBvwzszvKdkoZ0149jGizTNrt8tP0lrpfmLug6L_EdhuJcH31ddFGv4movweT0kDZSI8RZqX-dw76R2CDGDttzdpkQSareUnMRTztBxIdsh6M5kePiHylaA4M9/s1600/fray-ceferino-gonzalez.jpg"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 232px; height: 344px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjV8bggsPApPpFzWrvor9JBvwzszvKdkoZ0149jGizTNrt8tP0lrpfmLug6L_EdhuJcH31ddFGv4movweT0kDZSI8RZqX-dw76R2CDGDttzdpkQSareUnMRTztBxIdsh6M5kePiHylaA4M9/s400/fray-ceferino-gonzalez.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5568467559538052002" border="0" /></a><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span">Hace un tiempo publicá</span><span class="Apple-style-span">bamos un texto de <b><a href="http://nonnisite.blogspot.com/2010/03/la-doctrina-cientifica-de-santo-tomas.html">Alejandro Pidal y Mon</a></b> sobre la doctrina científica de santo Tomás, una figura de gran importancia en el tomismo español contemporáneo. Hoy nos remontamos al <a href="http://www.filosofia.org/ave/001/a135.htm"><b>Cardenal Zeferino González O. P.</b> </a>(1831-1895), su maestro y el de tantos otros, pues fue el impulsor de un gran movimiento tomista a nivel mundial, influyendo decisivamente en el documento pontificio de <b>León XIII </b>(<i><b>Aeterni Patris</b></i>) destinado a reavivar el pensamiento de santo Tomás del olvido y la incomprensión en que había caído durante el s. XVIII. Quince años antes de dicha </span><span class="Apple-style-span">encíclica papal, Zeferino González publicaba sus <b><i>Estudios sobre la filosofía de santo Tomás</i></b> (1864), por la cual se le puede considerar el primer tomis</span><span class="Apple-style-span">ta español contemporáneo, pues aunque se considera discípulo de <b>Balmes</b>, a quien dice incluso deber su vocación filosófica, la doctrina de este predecesor suyo era un mero espiritualismo ecléctico con ciertas influencias del santo Doctor, al que no obstante estudió a fondo en el seminario.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span">En los <i><b>Estudios sobre la filosofía de santo Tomás</b></i>, Zeferino González se propone exponer de una manera más o menos general el pensamiento del Doctor angélico, demostrando que no es una mera copia de <b>Aristóteles </b>sin mérito alguno, como comúnmente piensan muchos que no conocen su obra, así como probar su vigencia para los tiempos modernos, gracias a sus fundamentos eternos. Aunque algunos lo hayan considerado “rancio” e “integrista”, tenía razón <b>Ortí y Lara</b> en su crítica a Zeferino González por haber sido en ocasiones excesivamente condescendiente con algunas filosofía</span><span class="Apple-style-span">s modernas; entre sus afirmaciones exageradas, estuvo decir que <b>Fénelon</b>, <b>Bossuet</b> o <b>Leibniz</b> fueron representantes de la vigencia del pensamiento de santo Tomás en su época.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span">Sin embargo, sí fue certera su crítica a los dos extremos vicioso de la filosofía de su tiempo, en la que pone hincapié en su obra sobre santo Tomás, de la que está extraído el texto de más abajo. Esos dos extremos opuestos eran el <b>racionalismo</b> y el <b>tradicionalismo</b>. Antes de leer el texto, conviene especialmente aclarar el segundo término. <b>Tradicionalismo</b> no tiene aquí un significado político referido a los movimientos contrarrevolucionarios, en oposición a la <b>Revolución Francesa</b>, y menos aún se refiere al calificativo innecesario que los católicos fieles a la fe de siempre hemos adoptado generalmente después del <b>Concilio Vaticano II</b>, en contraposición al “catolicismo” modernista imperante. Tra</span><span class="Apple-style-span">dicionalismo, tal como lo usa Zeferino González, se refiere a una tendencia filosófica que trata de desautorizar completamente la razón humana independientemente de la fe revelada, con lo cual, por sí misma estaría siempre condenada a fracasar, cegada también para las verdades naturales que no atañen a la fe. Por este motivo, y especialmente en español, a esta tendencia se la ha llamado más propiamente <b>revelacionismo</b>, cuyos exponentes principales han sido <b>Bonald</b> y <b>Maistre</b>, a cuyas posturas se acercó peligrosamente en España <b>Donoso Cortés</b>, aunque <b>Menéndez Pelayo</b> lo atribuyó más a s</span><span class="Apple-style-span">us exageraciones retóricas que a una idea que realmente sostuviese conscientemente. Esta tendencia, es por tanto, lo contrario del racionalismo, que afirma la omnipotencia de la razón humana, la cual no tendría ninguna necesidad de la fe y sería capaz de desvelar absolutamente todos los misterios del universo de manera progresiva. Como dijimos, ambos extremos son viciosos y falsos, y la filosofía de <b>santo To</b></span><span class="Apple-style-span"><b>más de Aquino</b> es un modelo ejemplar donde se rechazan tanto uno como otro, guardando un perfecto equilibrio entre fe y razón y delimitando con claridad los objetos que le son propios a cada una; es por ello <b>Zeferino González</b> acude a él siglos después, cuando la filosofía naufraga en esa confusión, que por otra parte, no es nueva.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><img src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBdavznO0CGvUDrjYPdgAfOgSajye5hiaWvE7dAlpAQSEGwUQO5K4xANq5kxzAJEHtPnK6Qh1hFxOjkbUHoV7fBVYzGP0nP7LtCFT2RTAXyX7S1UvmMcc6C_BtV02BGZAzWyEYS3qb2kFd/s400/cardenal-gonz%25C3%25A1lez.jpg" style="text-align: justify; display: block; margin: 0px auto 10px; cursor: pointer; width: 400px; height: 226px;" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5568461585057064562" border="0" /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">"Después de haber reinado en las universidades de la Europa cristiana con gloria creciente de día en día; después de haber producido discípulos como Durando, el agustiniano Egidio Romano, Brawardin, Dante y Savonarola; después de haber adquirido inmortal renombre al hablar por boca de Torquemada y del cardenal Ragusa en los concilios de Basilea y Constanza, de Juan de Montenegro en el concilio de Florencia, y del cardenal Cayetano en Roma; santo Tomás aparece en el siglo XVI rodeado de nuevo de inmenso brillo al lado de la Iglesia católica.<br /><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Sabido es de todos el triunfo alcanzado por la Iglesia en el siglo XVI y su gloriosa regeneración. Desfigurada en parte y envilecida por las tristes y lamentables consecuencias del gran cisma de Occidente, minada sordamente por las pretensiones exageradas del Renacimiento, atacada de frente por el Protestantismo, la Iglesia católica hizo un esfuerzo vigoroso y supremo, concentró sus fuerzas para dar calor y vida a las semillas de reforma que habían sido depositadas en su seno y venían desarrollándose lentamente desde mediados del siglo anterior, y salio del concilio de Trento purificada y radiante de gloria y de esplendor. Pues bien; al lado y a la sombra de la Iglesia católica y radiante de gloria y de esplendor como ella, se presenta también en aquel siglo el nombre de santo Tomás. Lejos de palidecer el brillo de su nombre en aquel gran movimiento religioso, moral y científico que se realizó entonces, despide por el contrario más vivos fulgores: el gran siglo de la Iglesia y de la restauración de las ciencias eclesiásticas, es también el gran siglo de santo Tomás. Basta recordar los nombres de Vitoria y Melchor Cano reformando y dando acertada dirección a los estudios teológicos en España; basta recordar los nombres de aquellos grandes teólogos y canonistas españoles, que tan brillante papel hicieron en Trento y en la Europa toda, Domingo Soto, Lainez, Salmeron, Pedro Soto, Antonio Agustin, Covarrubias, Carranza y Arias Montano salidos en su mayor parte de la escuela de santo Tomás e inspirados todos en sus doctrinas; basta en fin recordar que el concilio de Trento, una de las asambleas mas augustas que jamás vieran los siglos, y en que se reunieron, por decirlo así, todas las eminencias de la ciencia y de la virtud de todas las naciones cristianas, colocó la Suma Teológica de santo Tomás al lado de la Biblia, para que sirviera como de base y norma en sus discusiones y decretos. Este es sin duda alguna el mayor honor que se ha dispensado y que puede dispensarse a un libro escrito por la mano del hombre. Este suceso trae involuntariamente a la memoria la bella expresión del P. Raulica cuando dice, que la “Suma es el libro más sorprendente, más profundo, más maravilloso que ha salido de la mano del hombre; porque la santa Escritura ha salido de la mano de Dios”.<br /><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">A pesar de las tendencias racionalistas impresas a la filosofía por el protestantismo y después por el movimiento cartesiano, el nombre de santo Tomás brilla todavía en el mundo literario y científico y recibe los homenajes de los sabios durante el siglo XVII y parte del XVIII. Y no es solo en el campo de las ciencias eclesiásticas donde tiene lugar esto; observase lo mismo en las filosóficas, porque Fenelon, Bossuet y Leibnitz, los tres mas grandes filósofos de esta época, aunque parecen cartesianos a primera vista por parte del método y formas de exposición, son en realidad discípulos de santo Tomás en cuanto a la doctrina: los escritos filosóficos de los dos últimos especialmente, no son otra cosa en el fondo que la filosofía de santo Tomás.<br /><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Solo en el siglo XVIII; solo en el siglo de la impiedad, del sensualismo especulativo y práctico, y de los ataques contra la Iglesia de Cristo; solo en el siglo de Voltaire y de los enciclopedistas, es cuando se obscurece el brillo de su gloria. Pero apenas la escuela escocesa comienza el movimiento de reacción contra la filosofía de Locke y Condillac; apenas la filosofía espiritualista y cristiana comienza a recobrar sus derechos, cuando comienza a rehabilitarse también el nombre de santo Tomás. A medida que el espíritu humano avanza en este movimiento, crece en proporción el prestigio de su nombre.<br /><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Hoy que han visto la luz pública tantas publicaciones de indisputable mérito, relativas a la edad media; hoy que vemos publicarse en Francia, Alemania e Italia multitud de trabajos concienzudos sobre diversas fases e instituciones de aquel periodo, y especialmente sobre sus monumentos científicos y literarios, vemos a todos los sabios de alguna nota así de la Iglesia como de fuera de ella, rendir homenaje a porfía al genio de santo Tomás. ¿Quién ignora los brillantes y repetidos elogios, que le han tributado todos los grandes escritores católicos de nuestro siglo? Rosmini, Gioberti, Raulica, Alzog, Balmes, Donoso Cortés, Augusto Nicolás, Montalembert, Ozanan, Maret y el mismo Cousin a pesar de sus tendencias heterodoxas y sus doctrinas panteístas, todos a porfía han prodigado elogios a su saber y grandes trabajos científicos, reconociendo especialmente en él, uno de los mas grandes filósofos, que han honrado la humanidad.<br /><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">De aquí es que vemos a la filosofía de santo Tomaas ejercer marcada influencia en las obras de los citados escritores, y con especialidad de aquellos, que se han ocupado mas de filosofía. Gioberti, Maret y aun Mr. Cousin traen con frecuencia a la memoria sus doctrinas filosóficas; pero sobre todo los escritos filosóficos de Rosmini, de Balmes y de Raulica no son otra cosa en el fondo que la filosofía de santo Tomás.<br /><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Preciso es confesar sin embargo, que la inmensa mayoría de los hombres de letras, y el vulgo por decirlo así de los escritores, (porque también las letras y las ciencias tienen su vulgo) no se hallan en estado de juzgar por si mismos con acierto esta filosofía, debiendo sin duda achacarse a esto el que no falten escritores superficiales a quienes vemos hablar todavía de la edad media, de la Escolástica y de la filosofía de santo Tomás, como pudieran hacerlo los enciclopedistas del siglo pasado. Esto no es extraño: aparte de la dificultad que ofrece para muchos la lengua latina en que se hallan escritas las obras del santo Doctor, lengua cuya ignorancia se va generalizando de día en día bajo el pretexto especioso de su inutilidad, que no es mas que un paliativo de la pereza y aborrecimiento al trabajo; aparte también de la dificultad que ofrece para muchos la terminología propia de aquella época, no todos se sienten inclinados a los estudios serios de la alta filosofía, ni disponen del tiempo necesario, ni se hallan adornados del talento y cualidades conducentes a este efecto. Añádese a esto, que las doctrinas filosóficas de santo Tomás no se hallan reunidas en un cuerpo de doctrina o curso regular y seguido: es preciso entresacarlas de sus numerosas obras, y por consiguiente consultar muchos volúmenes, reunir y clasificar sus pasajes, comparar en fin sus ideas y pensamientos, para poder formar juicio exacto y cabal sobre el verdadero espíritu de su filosofía.<br /><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihmydepamvl9eXsbtXZQYlUbI3h-RjolBvJdVH8ndWF4RieKDk-a7dvES-AIrRBnO_n3_I_imGAzs0j117ndxyybKA4DDW6vlrM-npwCmBksF8wWzA_OPxQl-ySXJfqkMpzunOOg8J5dSR/s1600/l18222531862_4207.jpg"><img style="float: right; margin: 0pt 0pt 10px 10px; cursor: pointer; width: 241px; height: 308px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihmydepamvl9eXsbtXZQYlUbI3h-RjolBvJdVH8ndWF4RieKDk-a7dvES-AIrRBnO_n3_I_imGAzs0j117ndxyybKA4DDW6vlrM-npwCmBksF8wWzA_OPxQl-ySXJfqkMpzunOOg8J5dSR/s400/l18222531862_4207.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5568466492222331186" border="0" /></a><span class="Apple-style-span">Estas reflexiones por una parte, y por otra el haber notado con demasiada frecuencia, que no sólo escritores medianos, sino también algunos de los más notables de nuestro siglo han incurrido en muy graves inexactitudes al exponer y juzgar algunos puntos de la filosofía de santo Tomás, y puntos de inmensa trascendencia, es lo que ha hecho surgir en nosotros el pensamiento de escribir esta obra. Exponer el espíritu y las tendencias generales de la filosofía del santo Doctor; dar a conocer la verdad y la elevación de sus ideas en la solución de todos los grandes problemas de la ciencia; comparar esta solución con la solución dada por la filosofía racionalista y anticristiana, y sobre todo y con particularidad, fijar y comprobar el verdadero sentido de sus doctrinas; tal es el pensamiento dominante y el objeto que nos hemos propuesto al escribir estos Estudios sobre la Filosofía de santo Tomás.<br /><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">No se crea sin embargo que vamos a escribir un curso completo y regular de filosofía; tratamos de exponer solamente el pensamiento del santo Doctor sobre las cuestiones fundamentales y más importantes de la alta filosofía, sin descender a cuestiones de menor importancia y secundarias, por decirlo así, las cuales si bien se hallan también tratadas en los escritos del santo Doctor, las consideramos como fuera del objeto de esta obra y más propias para un curso elemental. Aún respecto de estas cuestiones fundamentales, prescindimos de aquellas que se refieren a aquellas partes de la filosofía cuya perfección y superioridad en santo Tomás se hallan universalmente reconocidas. Por eso decimos pocas palabras sobre la moral y política, y omitimos por completo la teodicea. Nadie pone en duda la superioridad del santo Doctor en cuanto a las ciencias morales, y por lo que hace a la teodicea, además de ser generalmente conocidas sus ideas, es fácil a cualquiera conocerlas por sí mismo, consultando las primeras cuestiones de la Suma Teológica, y el primer libro de la Suma contra los Gentiles. Así es que hemos limitado nuestro trabajo a la ontología, la cosmología, la psicología y la ideología, que son las partes más importantes, y al propio tiempo, las menos conocidas de la filosofía de santo Tomás; contentándonos por lo que respecta a la moral y política, con tratar y examinar solamente aquellos puntos de su doctrina, que o son poco conocidos, o no han sido juzgados y apreciados con exactitud y verdad por los que de ellos se han ocupado.<br /><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Los que conocen la historia de la filosofía, saben bien que en oposición a las tendencias racionalistas, que la invadieran y aun hoy la dominan en gran parte, se ha declarado entre algunos filósofos católicos de nuestro siglo un movimiento diametralmente contrario. En frente, o mejor dicho, en el extremo opuesto a la escuela racionalista, que afirma que la razón sola se basta completamente a sí misma, que lo puede conocer todo y dar satisfactoria solución a todos los grandes problemas de la ciencia, sin contar para nada con la tradición y con la idea religiosa; que afirma en una palabra, que la religión con sus dogmas incomprensibles y superiores al hombre debe abandonarse a los espíritus crédulos, pero que nada de significar en un siglo de ilustración para los espíritus elevados y que saben pensar y reflexionar; hemos visto alzarse en nuestros días una escuela que, a no haber cejado en sus exageradas pretensiones, se hubiera convertido en un peligro permanente para la Iglesia y para la razón humana. Tal es la escuela tradicionalista sostenida por Beautain, Bonald, Maistre y otros escritores bastante notables que, a fuerza de exagerar la necesidad del elemento religioso y tradicional en la filosofía, tienden a la negación de toda verdadera ciencia, y que no contentos con subordinar la razón a la fe, pretenden negar la existencia y hasta la posibilidad de la evidencia natural, llegando en último resultado a la negación de la filosofía y al aniquilamiento de la razón humana.<br /><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwfysEJVD-zvLVzQ1Xz-fNQqmgfhHqcwU-eFGbiF_QMbs7WuXFI7GkfSu1JU-QsnMcc0fMK9H7b_VcItoo8nBQ9irxeyCkkkhkOG1jCrAXjLfrgYLUUsPHVSRXD0_vpU7jTLzgfrwH2DYl/s1600/FrZeferino.gif"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 188px; height: 236px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwfysEJVD-zvLVzQ1Xz-fNQqmgfhHqcwU-eFGbiF_QMbs7WuXFI7GkfSu1JU-QsnMcc0fMK9H7b_VcItoo8nBQ9irxeyCkkkhkOG1jCrAXjLfrgYLUUsPHVSRXD0_vpU7jTLzgfrwH2DYl/s400/FrZeferino.gif" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5568462221636751954" border="0" /></a><span class="Apple-style-span">Pues bien; aunque según queda indicado, el objeto principal y preferente de esta obra, es exponer, fijar y comprobar el pensamiento filosófico de santo Tomás y el verdadero sentido de sus doctrinas; el lector encontrará también en ella la refutación de estas dos escuelas; porque toda la filosofía del santo Doctor puede mirarse como la demostración práctica de esta gran verdad que jamás debiera olvidar el espíritu humano, a saber; que el elemento religioso eleva y perfecciona la ciencia, y que esta no puede desenvolverse ni progresar con seguridad sino a la sombra de la fe como expresión de la razón divina; pero que a su vez la razón humana, débil e imperfecta como es con relación a la razón divina, tiene, sin embargo, sus derechos y su dominio especial, puede constituir la ciencia de una manera más o menos completa, y sobre todo puede llegar por sí sola al conocimiento y posesión de no pocas verdades naturales: en una palabra; la filosofía de santo Tomás es la alianza de la filosofía y de la religión: en ella la razón marcha al lado de la fe; pero sin ser sacrificada ni destruida por ella."</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><br /><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:85%;">(Fragmento de la Introducción a los<i style="font-weight: bold;"> Estudios sobre la filosofía de santo Tomás</i>, por el M. R. P. Fr. <b>Zeferino González</b>, del sagrado orden de predicadores, catedrático de sagrada teología en la Real y Pontificia Universidad de Manila. Tomo I. Manila, 1864.)</span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div>Non nisi te, Dominehttp://www.blogger.com/profile/16017245568144810674noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1824030658602418540.post-4561561420503127622010-12-22T07:40:00.000-08:002010-12-22T07:54:10.240-08:00Meditaciones de Santo Tomás de Aquino para el tiempo de Navidad<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1E7p1g0_8FaJ2O9L4jie0FAj6ZL5mBmNKl19pX7-EHPC0ck3vuajGSu4Cb5PgEu6HP3mdAFU_-JQlpxRWowA3VTkR7j3ak8snmt2Zmpp1WUH7AnBwUcxoyBlz6rNV5rOu963WLeaw3fAF/s1600/Angelico%252C_maria_tra_i_santi_domenico_e_tommaso_d%2527aquino.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 384px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1E7p1g0_8FaJ2O9L4jie0FAj6ZL5mBmNKl19pX7-EHPC0ck3vuajGSu4Cb5PgEu6HP3mdAFU_-JQlpxRWowA3VTkR7j3ak8snmt2Zmpp1WUH7AnBwUcxoyBlz6rNV5rOu963WLeaw3fAF/s400/Angelico%252C_maria_tra_i_santi_domenico_e_tommaso_d%2527aquino.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5553535121492962082" border="0" /></a><br /><br /><div style="text-align: justify;font-family:arial;"><span style="font-style: italic; font-weight: bold;">23 de diciembre</span><br /><br /><span style="font-weight: bold;">CUATRO UTILIDADES DE LA ENCARNACIÓN</span><br /><br />Las utilidades de la Encarnación del Señor son cuatro.<br />1ª) Exaltación de la naturaleza humana. ¿<span style="font-style: italic;">Quién me dará</span>, se lee en el Cantar de los Cantares, <span style="font-style: italic;">que te halle fuera</span>? (VIII, 1.) La Glosa comenta así: dentro estaba el amado, cuando <span style="font-style: italic;">en el principio era el Verbo</span>; fuera, cuando <span style="font-style: italic;">el Verbo se hizo carne</span>. <span style="font-style: italic;">Para que te bese</span>, es decir, para que te vea cara a cara, y te hable de boca a boca; <span style="font-style: italic;">y ya nadie me desprecie</span>, la Glosa añade: después que vino Cristo infundiendo a los suyos el espíritu de libertad; entonces la Iglesia es honrada por los Ángeles. Por lo cual dijo el ángel a Juan que quería adorarlo: <span style="font-style: italic;">Guárdate, no lo hagas, porque yo siervo soy contigo</span> (<span style="font-style: italic;">Apoc</span>., XXII, 9). Y el Papa San León dice: Reconoce, oh cristiano, tu dignidad, y hecho partícipe de la naturaleza divina, no vuelvas a la antigua vileza con una vida degenerada.<br />2ª) Adopción de los hijos. <span style="font-style: italic;">Envió Dios a su Hijo para que recibiésemos la adopción de hijos</span> (<span style="font-style: italic;">Gal</span>., IV, 4, 5.) San Agustín dice: "El Hijo de Dios se hizo hijo del hombre para hacer a los hombres hijos de Dios." Y en otro lugar: "El hijo único hizo muchos hijos de Dios. Pues compró para sí a los hermanos con su propia sangre; reprobado, rehabilitó; vendido, redimió; injuriado, honró; ajusticiado, vivificó; sin duda alguna te dará sus bins el que no desdeñó recibir de ti males."<br />Debe advertirse que la filiación adoptiva es una especie de semejanza de la filiación natural. El Hijo de Dios procede naturalmente del Padre como Verbo intelectual, siendo uno con el Padre.<br />Ahora bien, la criatura es asimilada al Verbo eterno según la unidad que él tiene con el Padre, la cual se verifica por la gracia y la caridad. Por lo cual el Señor pide al Padre: <span style="font-style: italic;">Ruego que también sean ellos una cosa en nosotros, así como tú, Padre, en mí, y yo en tí </span>(<span style="font-style: italic;">Joan</span>., XVII, 21). Esta semejanza perfecciona la adopción porque de ese modo se debe la herencia a los asimilados.<br />3ª) Refección interna al alma. Dice San Agustín: "Para que el hombre comiese el pan de los Ángeles, se hizo hombre el creador de los Ángeles." Y San Bernardo: "El maná descendió del cielo, alégrense los hambrientos." Sobre las palabras del Evangelio: <span style="font-style: italic;">Echado en un pesebre</span> (<span style="font-style: italic;">Luc</span>., II, 12) dice la Glosa: para saciarnos con el trigo de su carne.<br />4ª) Acrecentamiento de la bienaventuranza. <span style="font-style: italic;">Quien por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos</span> (<span style="font-style: italic;">Joan</span>., X, 9). Y San Agustín añade: "Dios se hizo hombre, para hacer bienaventurado al hombre, para que el hombre se entregase totalmente a Él, para que el hombre le diése todo su amor, y al verle en carne con los sentidos corporales, los sentidos del alma le vieran por la contemplación de la divinidad. Y aquí está todo el bien del hombre, ya entre, ya salga (que nazca o muera), encontrará pastos en su Creador; fuera, en la carne del Salvador; dentro, en la divinidad del Creador."<br /><br />(<span style="font-style: italic;">De humanitate Christi.</span>)<br /><br /><br /><span style="font-weight: bold; font-style: italic;">24 de diciembre</span><br /><br /><span style="font-weight: bold;">LA ENCARNACIÓN ES UN AUXILIO PARA EL HOMBRE QUE TIENDE A LA BIENAVENTURANZA</span><br /><br />Si alguien considera diligente y piadosamente los misterios de la Encarnación, encontrará tanta profundidad de sabiduría, que sobrepasa todo conocimiento humano. Y ocurre que cuanto más medita en ellos con piedad, más razones admirables se descubren en este misterio.<br />Consideremos, pues, cómo la Encarnación de Dios es un auxilio eficacísimo para el hombre que tiende a la bienaventuranza.<br />1º) La perfecta bienaventuranza del hombre consiste en la visión inmediata de Dios. Pero esta visión podía parecer imposible a causa de la infinita distancia de las naturalezas. Mas por el hecho de que Dios ha querido unir a sí mismo la naturaleza humana, se demuestra evidentísimamente a los hombres que el hombre puede unirse a Dios por su inteligencia en una visión inmediata. Fue por lo tanto muy conveniente que Dios tomase la naturaleza humana para acrecentar la esperanza del hombre en la bienaventuranza. Por ello, después de la Encarnación, comenzaron los hombres a aspirar más intensamente a la bienaventuranza. Con razón se lee en San Juan: <span style="font-style: italic;">Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en más abundancia</span> (<span style="font-style: italic;">Joan</span>., X, 10.)<br />2º) Como la perfecta bienaventuranza consiste en un conocimiento tal de Dios que excede la capacidad de todo entendimiento creado, fue necesario que existiese en el hombre cierta anticipación de aquel conocimiento bienaventurado, lo cual tiene lugar ciertamente por la fe; mas es necesario que sea ciertísimo el conocimiento por el cual el hombre se dirige al último fin, porque es principio de todas las cosas que a ese último fin se enderezan.<br />Fue por consiguiente necesario que el hombre, para conseguir la certeza de la verdad de la fe, fuese instruído por el mismo Dios hecho hombre, a fin de que percibiese a la manera humana la instrucción divina. Y así vemos, después de la Encarnación de Cristo, que los hombres se instruyen con más claridad y certeza en el conocimiento divino, conforme a aquello de la Escritura: <span style="font-style: italic;">La tierra está llena de la ciencia del Señor</span>. (Is., XI, 9.)<br />3º) Supuesto que la perfecta bienaventuranza consiste en el goce de Dios, fue necesario que el afecto del hombre se dispusiese al deseo de ese goce divino; así como vemos que en el hombre reside el deseo natural de la felicidad, y que el deseo del goce de alguna cosa es producido por el amor a dicha cosa, del mismo modo fue necesario llevar hacia el amor divino al hombre que se dirige a la bienaventuranza perfecta. Nada nos lleva tan intensamente a amar a alguno como la experiencia del amor que aquél nos profesa. Mas el amor de Dios al hombre no pudo mostrarse de modo más eficaz que habiendo querido unirse en persona al hombre. Porque es propio del amor unir al amante con el amado, en cuanto es posible. Fue por consiguiente necesario, al hombre que se dirige la bienaventuranza perfecta, que Dios se hiciese hombre.<br />Además, como la amistad consiste en cierta igualdad, no parece que puedan unirse en amistad seres que son muy desiguales. Pero para que fuese más familiar la amistad entre el hombre y Dios, fue conveniente que Dios se hiciese hombre, porque también el hombre es naturalmente amigo del hombre; y así, conociendo visiblemente a Dios, somos arrastrados al amor de lo invisible.<br />4º) Es evidente que la bienaventuranza es premio de la virtud; luego es conveniente se dispongan con las virtudes los que se dirigen a la bienaventuranza. A la virtud se nos incita con las palabras y los ejemplos; los ejemplos y las palabras de alguno tanto más eficazmente llevan a la virtud, cuanto se tiene una opinión más firme de la bondad de él; pero de la bondad de ningún puro hombre puede tenerse una opinión infalible, pues sabemos que aun varones santísimos han faltado en algunas cosas.<br />Luego fue necesario al hombre, para confirmarse en la virtud, que recibiese del Dios humanizado doctrina y ejemplos de virtud.<br /><br />(<span style="font-style: italic;">Contra Gentiles</span>, lib. 4, cap. 54.)<br /><br /><br /><span style="font-weight: bold; font-style: italic;">25 de diciembre</span><br /><br /><span style="font-weight: bold;">BENIGNIDAD Y UTILIDAD DE CRISTO AL NACER</span><br /><br />I. <span style="font-style: italic;">Apareció la bondad del Salvador nuestro Dios, y su amor para con los hombres</span>. (<span style="font-style: italic;">Tit</span>., III, 4.)<br />Debe advertirse que Cristo nos mostró su benignidad por la comunicación de su divinidad, y su misericordia, tomando nuestra humanidad.<br />1º) <span style="font-style: italic;">Apareció la bondad</span>. Comentando estas palabras, dice San Bernardo: "Apareció el poder de Dios en la creación de las cosas, su sabiduría en el gobierno de las mismas, pero su bondad se manifiesta principalmente en la humanidad. Porque es una gran prueba de bondad añadir a la humanidad el nombre de Dios."<br />2º) <span style="font-style: italic;">No por obras de justicia hubiésemos hecho nosotros, mas según su misericordia</span> (<span style="font-style: italic;">Tit</span>., III, 5). Por lo cual dice San Bernardo: "¿Qué prueba más clara de su misericordia que haber tomado la misma miseria? ¿Qué prueba más llena de piedad, que haberse hecho heno por nosotros el Verbo de Dios?" Por eso canta la Iglesia: Cristo redentor de todos, Hijo único del Padre.<br /><br />II. De la utilidad de Cristo se dice en Isaías (IX, 6): <span style="font-style: italic;">Ha nacido un niño para nosotros</span>, esto es, para utilidad nuestra. Cuatro son las utilidades del nacimiento de Cristo que podemos considerar en las cuatro cualidades de los niños: pureza, humidad, amabilidad y mansedumbre, la cuales se dan de modo excelentísimo en Jesús niño.<br />1º) Encontramos en él suma pureza, porque <span style="font-style: italic;">es candor de la luz eterna y espejo sin mancilla</span> (Sap., VII, 26.)<br />Esa pureza se manifiesta en la concepción y en el parto virginal. Pues la incorrupción no pudo engendrar a la corrupción. Por lo cual dice Alcuino: "El creador de los hombres, para hacerse hombre y nacer del hombre, debió elegir una madre tal que supiera convenirle y serle agradable. Quiso, pues, que fuese virgen, para nacer sin mancha de una madre inmaculada y purificar la mancha de todos."<br />2º) Encontramos también en este niño suma humildad: <span style="font-style: italic;">Se anonadó a sí mismo</span> (<span style="font-style: italic;">Phil</span>., II, 7). Esta humildad, como dice San Bernardo, aparece en el establo, en los pañales que le envuelven y en el pesebre donde descansa.<br />3º) Hallámos en el niño la soberana amabilidad, porque es más hermoso que los hijos de los hombres, y aún que las milicias angélicas. Esta amabilidad es resultado de la unión de la divinidad con la humanidad. Por lo cual dice San Bernardo: "Es un espectáculo lleno de suavidad contemplar al hombre creador del hombre."<br />4º) Finalmente vemos en este niño la suprema mansedumbre, porque: <span style="font-style: italic;">es benigno y clemente, paciente y de mucha misericordia, y que se deja doblar sobre el mal </span>(<span style="font-style: italic;">Joel</span>., II, 13). Y San Bernardo dice: "Cristo es párvulo, y puede ser aplacado suavemente. ¿Quién ignora que el niño perdona fácilmente? Y si no tenemos pecado grave, podemos ser reconciliados con poco. He dicho con poco, pero no sin penitencia." Y así como se manifestó su bondad sobre toda esperanza, así podemos esperar también, más de lo que pensamos, parecida benevolencia de juicio.<br /> <br />(<span style="font-style: italic;">De Humanitate Christi.</span>)<br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhs5cJroLV7lSZkx_Ge_FtUPPY45ov3XLTkqq1_qpYDmCtUz1mTsf7xj4f1S9fvj1D41pRITgvTcGjuzsCU3YZu5g8UTY1ifQU53_0ysFbTDfZdMzmYOZL-I7TyGwpLHFXexGL1z17ATg7s/s1600/cgfa_mengs4.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 284px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhs5cJroLV7lSZkx_Ge_FtUPPY45ov3XLTkqq1_qpYDmCtUz1mTsf7xj4f1S9fvj1D41pRITgvTcGjuzsCU3YZu5g8UTY1ifQU53_0ysFbTDfZdMzmYOZL-I7TyGwpLHFXexGL1z17ATg7s/s400/cgfa_mengs4.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5553535129093572962" border="0" /></a><br /></div>Non nisi te, Dominehttp://www.blogger.com/profile/16017245568144810674noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1824030658602418540.post-64634814359332855262010-12-09T10:41:00.000-08:002011-01-31T11:00:26.292-08:00Reflexiones sobre la filosofía española, por Vicente Marrero<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhv9TbncQOGPz3HpXSZvW7BKmAQ2VQzYtYsRaCa9cZ22FcWUb3cJV9EHa-AQZuBBh3frBmkm__pB8atJv8LS9WM5VHZ4OzA2ITF556iRH4Rah09JozBz-2ODMTwpWCyOUemgnoFvcbiCYu3/s1600/medallon-catolicos-1.jpg"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 321px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhv9TbncQOGPz3HpXSZvW7BKmAQ2VQzYtYsRaCa9cZ22FcWUb3cJV9EHa-AQZuBBh3frBmkm__pB8atJv8LS9WM5VHZ4OzA2ITF556iRH4Rah09JozBz-2ODMTwpWCyOUemgnoFvcbiCYu3/s400/medallon-catolicos-1.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5548758147916072834" border="0" /></a><div style="text-align: justify;"><span style="font-family:arial;">El fragmento que reproduzco a continuación p</span><span style="font-family:arial;">ertenece a una especie de interludio de una obra dedicada al gran tomista <a href="http://www.filosofia.org/ave/001/a272.htm"><span style="font-weight: bold;">Santiago Ramírez O. P.</span></a>, en donde se dan algunas notas claves sobre la filosofía española en general y algunos de sus representantes, sobre todo de tiempos recientes. El autor es <a href="http://www.filosofia.org/ave/001/a150.htm"><span style="font-weight: bold;">Vicente Marrero</span></a> (1922-2000), escritor de tendencia tradicionalista, nacido en Gran Canaria, director de la revista <a href="http://www.filosofia.org/hem/med/m019.htm">Punta Europa</a> y también autor de obras como <span style="font-style: italic;">Picasso y el toro</span>, <span style="font-style: italic;">El Cristo de Unamuno</span>, <span style="font-style: italic;">Ortega, filósofo "mondain"</span>, <span style="font-style: italic;">El padre Arintero y Ramiro de Maeztu</span>.<br />Dicho fragmento pone de manifiesto la pervivencia de la polémica sobre la filosofía española, que se remonta a finales del siglo XVIII, en la cual defendieron nuestra ciencia autores como <span style="font-weight: bold;">Juan Pablo Forner</span>, <span style="font-weight: bold;">Gumersindo Laverde</span> y especialmente <span style="font-weight: bold;">Menéndez Pelayo</span>. Fue el prejuicio ilustrado el que hizo pensar a muchos en la inferioridad de nuestra filosofía, precisamente por su desprecio a la escolástica, que consideraron a priori como carente de valor. De esa manera, despreciando lo esencial del pensamiento español, lo que les quedaba no era sino algo insignificante, de lo cual deducían que España había carecido de verdaderos filósofos. Por supuesto, usando en su crítica un falso rasero de filosofía. Ciertamente, no ha habido en España un Kant, un Descartes, un Hegel o un Hume, pero eso no quiere decir que no haya habido verdadera filosofía, sino incluso más bien lo contrario. Ese carácter escolástico es el que ha dado a España las mayores glorias del pensamiento, con abundantes frutos y proyección en todos los saberes; una filosofía apegada a la realidad y con el mayor rigor sin caer en bizantinismos. Existe filosofía española, y de la mejor, pese a que los prejuicios de la Ilustración, originados por el protestantismo y perpetuados por el liberalismo moderno hayan querido ignorarlos. Como pequeña muestra de su carácter y su relevancia, vaya este fragmento de muestra.<br /><br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiqAg7s6ATaS3nTB85bYLyYbFZLGADV68iCRe4_lCon4OpT0ceshJVO0Gpiv2HAaNxKdzrPEAnIyLAOtOIxHpgCXuOx5gMZLEMBpQ42Cc5fbvg5iqk2wlEUMrf77VhldYOwSpAEo5WPn6gw/s1600/stac1.gif"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 208px; height: 277px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiqAg7s6ATaS3nTB85bYLyYbFZLGADV68iCRe4_lCon4OpT0ceshJVO0Gpiv2HAaNxKdzrPEAnIyLAOtOIxHpgCXuOx5gMZLEMBpQ42Cc5fbvg5iqk2wlEUMrf77VhldYOwSpAEo5WPn6gw/s400/stac1.gif" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5548842375656993298" border="0" /></a><br />"Sostiene </span><span style="font-weight: bold;font-family:arial;">D. Adolfo Bonilla y San Martín</span><span style="font-family:arial;">, discípulo de </span><span style="font-weight: bold;font-family:arial;">Menéndez Pelayo</span><span style="font-family:arial;">, que "la única nota saliente que puede señalarse como distintiva de la dirección filosófica española es el realismo". Acepta esta tesis </span><span style="font-weight: bold;font-family:arial;">Martin Grabmann</span><span style="font-family:arial;"> en su trabajo sobre El carácter y la importancia de la filosofía española a la luz de su desarrollo histórico. Tras una visión panorámica de nuestra filosofía, concluye:</span> </div><div style="text-align: justify;font-family:arial;"><br /><span style="font-size:100%;">"Esta visión sintética a través de la evolución histórica de la filosofía española confirma la tesis de <span style="font-weight: bold;">A. Bonilla y San Martín</span> de que la característica de esta filosofía es el realismo. Lo que se patentiza en el hecho de que la escolástica verdaderamente sana, y no la escolástica que se pierde en sutilezas, ha alcanzado en España, a través de los siglos, un puesto preponderante, y se ha puesto en contacto muy íntimo con la Literatura y el Arte. Como la escolástica medieval de San <span style="font-weight: bold;">Alberto Magno</span> y de <span style="font-weight: bold;">Santo Tomás de Aquino</span> llegó a obtener en el poema de <span style="font-weight: bold;">Dante</span> su expresión y forma poética, así también <span style="font-weight: bold;">Calderón de la Barca</span> es el mejor literato y poeta inmortal de la escolástica española en los tiempos del barroco. Precisamente en la escolástica española medieval y moderna tiene expresión clara la independencia y originalidad de la filosofía española, así como su carácter tradicional. Propiamente en España sólo la escolástica ha echado raíces firmes y hondas, mientras que otros sistemas filosóficos venidos de fuera --recuérdese simplemente el krausismo del siglo XIX-- se han extinguido".</span><br /><br /><span style="font-size:100%;">En España nunca ha prosperado una corriente filosófica idealista. Cualquier otra caracterización filosófica al margen de lo que la escolástica significa para nosotros supone, la mayoría de las veces, un desenfoque de su verdadero espíritu.</span><br /><span style="font-size:100%;">En figuras, inclusive, que no tienen nada de escolásticas; es más, que son refractarias a este tipo de formación, se advierte una actitud que resulta difícil de explicar en otras latitudes. ¿Qué le hacía decir, por ejemplo, a <span style="font-weight: bold;">Valera</span>?:</span><br /><br /><span style="font-size:100%;">"Soy harto inhábil para crearme un sistema; harto descreído y soberbio para adoptar el de otro; y tengo sobra de buena fe, si es que la buena puede ser nunca sobrada, para fingir un sistema del que no tenga entera certidumbre".</span><br /><br /><span style="font-size:100%;">¿Qué secreta veta impulsaba a <span style="font-style: italic; font-weight: bold;">Clarín</span>, nada sospechoso por sus vinculaciones ideológicas, a satirizar del modo que lo hizo en muchos de sus cuentos, entre otros en su célebre <span style="font-style: italic;">Zurita</span>, cuando, después de investigar la Esencia del ser en uno mismo y concluir que no hay más que hechos, una vez consumida su juventud tras un vacío fantasma y de convertirse en un ser estrafalario, encuentra su único consuelo en haber terminado haciéndose famoso en toda la comarca por su manera magistral de guisar el pescado, lo que no deja de ser a sus ojos una norma de ética krausista...? Estos casos, por supuesto, no puden generalizarse. Pero son sintomáticos de algo que se halla muy dentro del alma española, independientemente de lo que nuestros "progresistas" denuncian como endeble actitud ante el Progreso. Algo que constantemente nos está diciendo, con soberana sensatez, que el mundo es mucho más misterioso de lo que puede parecer a ciertos boticarios. Ese algo no acertamos a explicárnoslo al margen de lo que explícita o implícitamente ha significado entre nosotros una muy arraigada y, las más de las veces, soterraña formación tan escolástica como realista, muy distinta de la caricatura con que, con tanta ignorancia como torcida intención, algunos la han querido ridiculizar.</span><br /><span style="font-size:100%;">No queremos decir con ello que en España constituya una mayoría consciente y aplastante los partidarios del <span style="font-style: italic; font-weight: bold;">Filósofo Rancio [P. Francisco Alvarado]</span>, uno de los primeros en plantar cara a las extrañas situaciones intelectuales desde que comenzaron a sembrarse entre nosotros. El que dejó clavada la célebre décima en la puerta de su celda al ser expulsado del Convento de San Pablo, de Sevilla:</span><br /><br /><span style="font-size:100%;">Atar la pluma y la boca,</span><br /><span style="font-size:100%;">remachar más nuestros grillos,</span><br /><span style="font-size:100%;">gobernar sólo los pillos,</span><br /><span style="font-size:100%;">robarnos lo que nos toca,</span><br /><span style="font-size:100%;">barrenar la fuerte roca</span><br /><span style="font-size:100%;">de la fe y la religión,</span><br /><span style="font-size:100%;">doblar la contribución,</span><br /><span style="font-size:100%;">quitar la Iglesia y el Rey,</span><br /><span style="font-size:100%;">desbaratar nuestra ley:</span><br /><span style="font-size:100%;">esto es la Constitución.</span><br /><br /><span style="font-size:100%;">No queremos decir tanto, aunque la tradición de quienes entre nosotros, desde los tiempos de las Cortes de Cádiz, se aproximan al modo de pensar del <span style="font-style: italic; font-weight: bold;">Filósofo Rancio</span> --"el último de los escolásticos puros y al modo antiguo" (<span style="font-weight: bold;">M. Pelayo</span>)-- es mucho más rica de lo que se acostumbra a leer en una historiografía de impronta liberal, que es la que en España ha imperado durante mucho tiempo. Pero se equivocan quienes a estas alturas, a juzgar por lo que ahora se publica y se lee, verdadera invasión que repentinamente nos ha inundado desde todos los lados y en todos los terrenos, consideran que los españoles vivimos sólo de anticuerpos. Aunque sólo se le suponga valor, existe algo tan distinto como es el mismo cuerpo. Algo más sustancial y menos tornadizo.</span><br /><span style="font-size:100%;">Pensar así, no hay duda, es pensar ya en tradicionalista. Pero no se es tradicionalista por mera inclinación, sino porque no podemos sin más modificar nuestra propia personalidad. Y ésta, por muchos que se empeñen en negarlo, tiene sus fundamentos en nuestro pasado. Así, debemos ser tradicionalistas si es que de manera general se quiere ser algo, lo cual, entre quienes comparten este modo de pensar, constituye un lugar común.</span><br /><span style="font-size:100%;">Pero, acaso, ¿conocen su verdadera identidad quienes con tanta ligereza tienen fáciles tragaderas para todo lo que suene a crítica despectiva, cuando no demoledora de nuestro pasado? ¿Quién duda de que se han perfilado nuevas formas de lucha, junta a una corriente de crítica radical? Tantos denostadores con la repulsa global a flor de labios, constituidos en ombligos del mundo, creen, en el fondo, que nuestros antepasados fueron incapaces de acertar alguna vez con algo verdaderamente importante, y si, por casualidad, acertaron, ya hoy, carece de valor. Logros, adquisiciones de que se ufana el pensamiento humano, que si bien a veces ha costado largos siglos burilarlos, pueden, sin embargo, desmoronarse en muy breve tiempo. En realidad, ¿no se nutren estos denostadores, con frecuencia, de malas traducciones? ¿Se caracterizan por sus vivencias de una realidad inconfundible? ¿No están condenados a sembrar tempestades y a no echar raíces? Tanta indiscriminada, y a veces institucionalizada complacencia ante las negaciones más suicidas y mortificantes; tantas autoflagelaciones despiadadas que hoy se leen en algunos de nuestros diarios y publicaciones, obra singularmente de nuestra gente más jóven, sin duda, no se explican sin una anterior y muy considerable dosis de mentalización --término marxistoide--, de innegable procedencia intelectual. El remedio, para que lo sea de raíz, ha de ser también eminentemente intelectual, aunque el problema en sí no se agote en este campo, ni muchísimo menos.</span><br /><span style="font-size:100%;">A propósito de lo que nos es sustancial, podemos añadir que no ha sido España precisamente la última en el movimiento de restauración de la sabiduría escolástica en el mundo moderno. A ello se refería en 1896 <span style="font-weight: bold;">D. Juan Manuel Ortí y Lara</span> en su prólogo a la <span style="font-style: italic;">Filosofía cristiana</span>, de Torre Isunza. Entre los principales precursores y propulsores españoles de este renacer en el pasado siglo, citaba a <span style="font-weight: bold;">Balmes</span>, al <span style="font-weight: bold;">cardenal González</span> y al <span style="font-weight: bold;">P. Urráburu</span>. Cada uno de ellos con su fisonomía peculiar. Influjo del cartesianismo y del sensismo inglés en el primero; pureza tomista, lograda entonces con más dificultad que ahora, en el segundo (la traducción al alemán de sus <span style="font-style: italic; font-weight: bold;">Estudios sobre la Filosofía de Santo Tomás</span> aparecieron en 1864, quince años antes de la encíclica<span style="font-style: italic; font-weight: bold;"> Aeterni Patris</span>); Urráburu, por su parte, suele seguir las huellas de Lossada y de Suárez. Pero si estas figuras tienen cada cual una fisonomía muy diferente en el ámbito de la filosofía española, como ironiza <span style="font-weight: bold;">Leopoldo Eulogio Palacios</span> en su breve artículo <span style="font-style: italic; font-weight: bold;">España en la restauración del tomismo</span>, "la repulsa o el silencio que les tributan los enemigos del catolicismo es buena muestra de la afinidad que les liga".</span><br /><span style="font-size:100%;">Ya en el siglo XX, entre otras muchas figuras que no citamos para no resultar prolijos, hay una que ha ejercido un influjo excepcional sobre los pensadores católicos de otros países: el dominico español, <span style="font-weight: bold;">P. Norberto del Prado</span>, profesor de la Universidad de Friburgo. La crítica empieza a fijarse en el mérito que supuso traer al primer plano de la discusión doctrinal temas entre los más fundamentales, que volvieron a retoñar pujantes con el calor de la vida nueva que él les dio en el terreno de la más elevada especulación filosófica y teológica. Inspiradas en su obra o al menos en estrecha vinculación con ella han aparecido otras muchas en los últimos treinta años: <span style="font-style: italic; font-weight: bold;">Le rôle de l'analogie en théologie dogmatique</span> (1931), de <span style="font-weight: bold;">Pinido</span>; <span style="font-style: italic; font-weight: bold;">Das Wesen des Thomismus</span> (1932), de <span style="font-weight: bold;">Manser</span>; <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">La synthèse thomiste</span> (1947), de <span style="font-weight: bold;">Garrigou-Lagrange</span>... Para vergüenza de los españoles quedan todavía algunos manuscritos del P. Norberto del Prado pendientes de publicación. De ello se lamentaba con frecuencia el <span style="font-weight: bold;">P. Ramírez</span>.</span><br /><span style="font-size:100%;">En la más científica de las publicaciones bibliográficas dedicadas al tomismo, la del Prof. de la Universidad suiza de Friburgo, <span style="font-weight: bold;">P. Paul Wyser, O.P.</span>, aparecida en 1950 dentro de la colección <span style="font-style: italic;">Bibliographische Einführungen in das studium der Philosophie</span>, dirigida por el P. Bochenski, O.P., las obras del <span style="font-weight: bold;">P. Norberto del Prado</span> y del <span style="font-weight: bold;">P. Ramírez</span> están señaladas con las máximas recomendaciones. Así, <span style="font-style: italic; font-weight: bold;">De veritate fundamentali philosophiae christianae</span> (<span style="font-style: italic;">Friburgi. Helv.</span> 1911) es calificada como <span style="font-style: italic;">Das grundlegende Werk</span>, y los artículos que el P. Ramírez publicó en <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">La Ciencia Tomista</span>, en 1921 y 1922, como <span style="font-style: italic;">Die klassische neure Darstellung der thomischen Analogielehre</span>. Con frecuencia encontramos la palabra <span style="font-style: italic;">hervorragend</span> cuando se mencionan en tan prestigiosa publicación los trabajos de estos tomistas españoles. Mas es la Escolástica todavía --a diferencia de lo que ha sucedido y sucede con los restantes de nuestros movimientos intelectuales que se han desentendido de ella --la que explica lo que de dimensión universal y de actualísima vigencia existe en nuestro pensamiento. Nada similar se advierte, bien sea en el krausismo o en el orteguismo, en nuestros liberales o en nuestros marxistas...</span><br /><span style="font-size:100%;">(...) Los intentos realizados hasta ahora al margen de la <span style="font-weight: bold;">Escolástica</span>, para entender los grandes logros de nuestra vida cultural, han resultado más bien fallidos, precisamente por haber marginado tan formidable movimiento intelectual, insertado en lo más hondo de nuestra vida colectiva. Así, pese a las indicaciones unamunianas para entender nuestra mística, no hay, por ejemplo, ningún estudio serio sobre <span style="font-weight: bold;">San Juan de la Cruz</span> que no insista sobre su base escolástica. ¿Es necesario reproducir lo que <span style="font-weight: bold;">Santa Teresa</span> nos dice de su confesor <span style="font-weight: bold;">Báñez</span>, uno de nuestros tomistas más puros? Por otra parte, ¿no ha sido un fallo de nuestra crítica más cotizada, que <span style="font-weight: bold;">Maeztu</span> trató de subsanar, su actitud ante el pensamiento escolástico?...</span><br /><span style="font-size:100%;">Nos llevaría muy lejos, y ello exigiría una gruesa monografía, extendernos sobre el particular. Pues desde los confesores de los reyes, moralistas y tratadistas políticos, pasando por los <span style="font-weight: bold;">Autos Sacramentales</span> y el realismo y personalismo de nuestra vida literaria más cotizada, raro es el fenómeno saliente de nuestra vida cultural y espiritual que no guarde alguna relación importante con la formación escolástica. El esplendor de su cultivo coincide con nuestras más grandes efemérides históricas; su decadencia, con la nuestra".<br /><br /><span style="font-size:85%;"><span style="font-weight: bold;">(Marrero, V.: <span style="font-style: italic;">Santiago Ramírez, O. P. Su vida y su obra</span>. Madrid, CSIC, 1971, pp. 155-161)</span></span><br /></span></div>Non nisi te, Dominehttp://www.blogger.com/profile/16017245568144810674noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-1824030658602418540.post-66217427028057799792010-11-07T08:13:00.000-08:002010-12-10T08:09:28.669-08:00El reflejo cristalino de la Verdad<div style="text-align: justify;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdr1FDebaYsET3tSPaMQDrJ2yq8zQsIJFk2tlSpsuAbdlF-XFCuAMEtJZKW0A1RqNkGbmBp5LHQZ68FBUA7ZUyvwkzAnH94a1G76Fpz4oO0an88qGqVqaxWH0cAlDA_0wph6LJ1HGku-JW/s1600/saint-thomas-aquinas-10.jpg"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 295px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdr1FDebaYsET3tSPaMQDrJ2yq8zQsIJFk2tlSpsuAbdlF-XFCuAMEtJZKW0A1RqNkGbmBp5LHQZ68FBUA7ZUyvwkzAnH94a1G76Fpz4oO0an88qGqVqaxWH0cAlDA_0wph6LJ1HGku-JW/s400/saint-thomas-aquinas-10.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5536844151302196626" border="0" /></a><span style=";font-family:arial;font-size:100%;" >Hay una característica típica de la </span><span style="font-weight: bold;font-family:arial;font-size:100%;" >personalidad científica</span><span style=";font-family:arial;font-size:100%;" > de </span><span style="font-weight: bold;font-family:arial;font-size:100%;" >Santo Tomás de Aquino</span><span style=";font-family:arial;font-size:100%;" > que han destacado siempre los estudiosos de su obra, y es la ausencia de su personalidad en sus escritos teológico-filosóficos. Esto puede parecer una contradicción, o un reproche contra el santo, pero nada más lejos de la realidad.</span><br /></div><div style="text-align: justify;"><span style=";font-family:arial;font-size:100%;" ><br /></span><span style=";font-family:arial;font-size:100%;" >En una época como la nuestra, obsesionada con el ego, con la subjetividad, con expresar a toda costa los sentimientos o las opiniones personales, el <span style="font-weight: bold;">Doctor Angélico</span> se muestra como el perfecto ejemplo de honradez científica, que anonadándose a sí mismo busca por encima de todo el <span style="font-weight: bold;">triunfo de la verdad</span>. En el ámbito del pensamiento es como los héroes de guerra que se sacrifican en defensa de su familia, de su patria y de una causa justa; hay también un heroísmo intelectual, que vence sobre las embestidas de las pasiones, de la envidia, de la soberbia y de la vanidad, para hacer resplandecer la verdad por el puro amor a ella. Este triunfo es como todos los esfuerzos para vencerse a uno mismo, más difícil que los triunfos exteriores, y es por ello que vemos tantas veces la ciencia contaminada de ideologías, de intereses o de un simple afán de protagonismo. Por eso es tan necesario volver también en esto a Santo Tomás de Aquino.<br /><br /></span><span style=";font-family:arial;font-size:100%;" >Dice <span style="font-weight: bold;">G. Manser</span> en su gran obra <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">La esencia del tomismo</span>: "Tomás, en sus obras rigurosamente científicas, se muestra siempre seco, escueto, preciso, sin adornos, casi frío, como las más altas cumbres nevadas, que, ajenas al cambio de las estaciones, permanecen siempre inmutables. La tendencia eminentemente polémica de <span style="font-weight: bold;">Duns Escoto</span> llevaba consigo el que también lo personal se destacara en sus obras de una manera mucho más vigorosa. Todavía dista más del Aquinate el espíritu insatisfecho, malhumorado y pesimista con que <span style="font-weight: bold;">Rogerio Bacon</span> critica a casi todos sus contemporáneos -sin exceptuar a sus hermanos de Religión- para destacarse más a sí mismo. Rara vez se encuentra en las obras de Tomás la expresión de sentimientos personales y disposiciones de ánimo, a no ser en las cartas, en que con gran amabilidad contesta a las preguntas científicas que se le hacen. (...) Desde este punto de vista, su manera de trabajar y su sistema son los más impersonales de todo el siglo XIII, y su peculiaridad consiste precisamente en evitar todo lo individual y personal, para sacrificarlo todo al conocimiento de la verdad y a la concentración sobre ella y sobre el saber. En esto es Tomás el tipo del investigador rigurosamente científico".<br /><br /></span><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWR-BMgyhuzgjL_vHSbUZESfsPOKyTc5WP6N5V_6eQkLTC1Z8fq31_w6y8QL3FPH5jWXjgHNsCOA0A2nBm1B-Rq4xeQM1fNfQYpyFga3j_MczrR8pwGFwDjH7E3x55nzDBLmXf09XRaANi/s1600/0128San+Tommaso+d+Aquino+20.jpg"><img style="float: right; margin: 0pt 0pt 10px 10px; cursor: pointer; width: 252px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWR-BMgyhuzgjL_vHSbUZESfsPOKyTc5WP6N5V_6eQkLTC1Z8fq31_w6y8QL3FPH5jWXjgHNsCOA0A2nBm1B-Rq4xeQM1fNfQYpyFga3j_MczrR8pwGFwDjH7E3x55nzDBLmXf09XRaANi/s400/0128San+Tommaso+d+Aquino+20.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5536846127986080882" border="0" /></a><span style=";font-family:arial;font-size:100%;" >Igual que en la vida práctica, el alma humilde de <span style="font-weight: bold;">Santo Tomás</span> estaba a entera disposición de la voluntad de Dios, en su vida intelectual era capaz de despojarse de todas las trabas que enturbian el verdadero conocimiento para reflejar de manera clara y cristalina la Verdad que en última instancia es Dios. Por ese motivo se representa al santo con un sol luminoso y radiante en el pecho. También <span style="font-weight: bold;">Martin Grabmann</span> destaca este carácter científico del Aquinatense como Manser, y dice: "Su método científico está guiado por puntos de vista rigurosamente objetivos y dominado únicamente por el ideal de la verdad. "En la aceptación lo mismo que en el repudio de las opiniones, no debe el hombre dejarse guiar por el amor o por el odio hacia aquel que las representa, sino antes bien por la certidumbre de la verdad" (<span style="font-style: italic; font-weight: bold;">In XII. Metaph. lect. 9.</span>) En toda ocasión sigue nuestro pensador el camino recto de la verdad y procura aportar toda la luz y claridad posibles sobre los problemas que trata. (...) Su estilo es sencillo, práctico, positivo, sin vuelo retórico, sin colorido poético. Su objeto no es trazar brillantes cuadros, ni construir frases impresionantes y de rico colorido, sino construir ideas claras y límpidas. Fantasía y sentimiento parece que se retiran".<br /><br /><br /></span><span style=";font-family:arial;font-size:100%;" >Por desgracia, en nuestro tiempo lo que vemos abundantemente es lo contrario, pues las ideologías y múltiples intereses llenan de nubes esa luz, dejando oculta la verdad para ponerse por delante uno mismo y ensalzarse sobre ella. Hay verdades filosóficas, morales o de ciencia natural, que no interesan, y que independientemente de su veracidad se rechazan o se cierran los ojos ante ellas por ser incómodas. Ya no parece importar la verdad, sino que lo que uno opina tiene valor por sí mismo por ser <span style="font-weight: bold;">suyo</span>, por ser <span style="font-weight: bold;">su</span> opinión, <span style="font-weight: bold;">sus</span> ideas; es ésta una de las consecuencias de la <span style="font-weight: bold;">religión del hombre</span>, que como humo de Satanás se ha infiltrado también en la Iglesia (según las propias palabras de <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Pablo VI</span>).<br /><br /></span><span style=";font-family:arial;font-size:100%;" >Así, el propio <span style="font-weight: bold;">Joseph Ratzinger</span>, en su autobiografía <span style="font-style: italic; font-weight: bold;">Mi vida</span>, llega a afirmar: “El descubrimiento del personalismo, que hallábamos haber sido hecho con una nueva fuerza de convicción en el pensador judío <span style="font-weight: bold;">Martin Buber</span>, constituyó para mí una importante experiencia intelectual (…) En cambio, me costaba entender a <span style="font-weight: bold;">Santo Tomás de Aquino</span>, cuya lógica cristalina me parecía demasiado encerrada en sí misma, muy impersonal y muy estereotipada”. </span><span style=";font-family:arial;font-size:100%;" >Es el personalismo, la filosofía del hombre como medida de todas las cosas lo que se impone a la verdadera filosofía cristiana, así como cualquier tipo de subjetivismo desde <span style="font-weight: bold;">Descartes</span> y <span style="font-weight: bold;">Kant</span> hasta el sentimentalismo modernista. Lo mismo que en todas las manifestaciones artísticas, con esa histérica herencia romántica, se exaltan las obras más "personales" y se fomenta a los artistas más excéntricos con disfraz de genio incomprendido encerrado en su propio mundo personal.<br /><br /></span><span style=";font-family:arial;font-size:100%;" >Por ese motivo, incluso en las jerarquías vaticanas, a menudo no se comprenden temas verdaderamente fundamentales, porque contaminados de ese subjetivismo moderno de las filosofías idealistas, fenomenologístas o personalistas, no alcanzan a ver de manera clara y serena la realidad. Como dijo sabiamente en una de sus cartas el <span style="font-weight: bold;">P. Francisco Alvarado</span>, "la abundancia de la claridad suele a veces ser un estorbo para los ojos legañosos".<br /><br /></span><span style=";font-family:arial;font-size:100%;" >Urge por tanto volver a las fuentes claras y cristalinas del saber científico de <span style="font-weight: bold;">Santo Tomás</span> y a su espíritu y actitud ante la realidad para no quedarnos enlodados en el fango de las opiniones, del interés personal, de las ideologías y de la propia vanidad, pues lo que sobre todo debe buscarse es la <span style="font-weight: bold;">Verdad</span>, porque sabemos que sin ella no puede agradarse a Dios y que en ella nada encontraremos que vaya contra Él, pues <span style="font-weight: bold;">Cristo </span>nos dijo que Él es <span style="font-weight: bold;">el Camino, la Verdad y la Vida.<br /><br /><span style=";font-family:arial;font-size:100%;" ><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjN-PckSAnmV-zQTojasA1Kn2fjP-duzrqNsRa20PEW7jV-DW5fBKLpyibJJmeETvl_1u2aS6luOvDOn2K0oLIcOtxsxPJPNrQxyXe7gZg9dKwyWxTeVU15wO3_w1JKTo0_eN5Wq4xcrJnD/s1600/ta01.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 376px; height: 232px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjN-PckSAnmV-zQTojasA1Kn2fjP-duzrqNsRa20PEW7jV-DW5fBKLpyibJJmeETvl_1u2aS6luOvDOn2K0oLIcOtxsxPJPNrQxyXe7gZg9dKwyWxTeVU15wO3_w1JKTo0_eN5Wq4xcrJnD/s400/ta01.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5536845456680911602" border="0" /></a></span></span></span></div>Non nisi te, Dominehttp://www.blogger.com/profile/16017245568144810674noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1824030658602418540.post-63630681518556949812010-09-11T04:45:00.000-07:002010-09-11T06:33:49.414-07:00Ascetismo y herejía - Josef Pieper<div style="text-align: justify;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjX80YCWTiecZUxkQXxDdUJ2OhOfVAUZWFpO3WeMIo2jNGix7gg9lnL-nzToik3teGE3VqrMxk51quYixZUYQu-kcEp-8xxdH_aJ0MMtI1PUskYkaNbOD-5O8WW_DP37kkuwIFumOnUbU-4/s1600/fakir.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 305px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjX80YCWTiecZUxkQXxDdUJ2OhOfVAUZWFpO3WeMIo2jNGix7gg9lnL-nzToik3teGE3VqrMxk51quYixZUYQu-kcEp-8xxdH_aJ0MMtI1PUskYkaNbOD-5O8WW_DP37kkuwIFumOnUbU-4/s400/fakir.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5515648162190971682" border="0" /></a><span style="font-family: arial;font-size:100%;" >Un escritor tan moderno como <span style="font-weight: bold;">James Joyce</span> tuvo durante toda su vida el acto carnal por vergonzoso, según se desprende de la bien documentada biografía de Richard Ellmann. A ninguno de los grandes doctores de la cristiandad se le ocurrió jamás tal cosa. Para <span style="font-weight: bold;">Tomás de Aquino</span>, por ejemplo, resulta evidentísimo (tanto que apenas hace falta recalcárselo todavía a algunos supuestos entendidos, aunque de todas maneras creemos oportuno recordarlo aquí) que el impulso sexual no es un mal necesario, sino un bien. Siguiendo en esto las huellas de <span style="font-weight: bold;">Aristóteles</span>, llega incluso a decir que en el semen humano hay algo divino. Igualmente obvio le parece a Tomás que, como el comer y el beber, la satisfacción del instinto natural de la sexualidad y el deseo carnal que de ella se deriva nada tienen de pecaminoso (<em>absque omni peccato</em>), con tal que se preserven la moderación y el orden. En efecto, el sentido intrínseco del apetito sexual, procrear hijos que sigan poblando la tierra y el reino de Dios, no es ni siquiera un bien como cualquier otro, sino, al decir del propio Tomás, "un bien eminente". Por si esto fuera poco, la indiferencia apática (<em>insensibilitas</em>) frente a todo deseo carnal, que más de uno podría verse tentado a considerar como ideal de perfección cristiana, se califica en la <span style="font-style: italic; font-weight: bold;">Suma Teológica</span> no sólo de defecto, sino de positiva imperfección moral (<em>vitium</em>).</span></div><div style="border: medium none; text-align: justify; font-family: arial;font-family:arial;"><span style="font-size:100%;"><br /></span> </div><div style="border: medium none; text-align: justify; font-family: arial;font-family:arial;"><span style="font-size:100%;">Aquí mismo debemos hacer notar que la procreación no es el único y exclusivo sentido del apetito sexual, así como tampoco los hijos son la única y exclusiva razón de existir del matrimonio. Éste, en cambio, es la plenitud o consumación propia del instinto carnal. De los tres "bienes" del matrimonio (<em>fides, proles, sacramentum</em>: comunidad de vida, hijos, sacramentalidad), la <em>fides</em>, o sea la comunidad íntima e inviolable de vida, constituye, según Tomás, el "bien" ordenado al hombre "en cuanto hombre".</span></div><div style="border: medium none; text-align: justify; font-family: arial;font-family:arial;"><span style="font-size:100%;"><br /></span> </div><div style="border: medium none; text-align: justify;font-family:arial;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;font-size:100%;" >Si Tomás se muestra tan claro en este punto y lo afirma sin la menor sombra de duda, es porque, más que ningún otro doctor cristiano, ha tomado en serio y calado a fondo el pensamiento original de la revelación: <em>Omnis creatura Dei bona est</em>, "todo cuanto Dios ha creado es bueno". Estas palabras proceden del apóstol Pablo, quien con el mismo argumento, es decir, la misma referencia a la creación, fustiga "la hipocresía de algunos embaucadores que tienen marcada a fuego su propia conciencia" y "prohíben el matrimonio y el uso de ciertos manjares..." (1 Tim 4, 2s). <span style="font-weight: bold;">Herejía</span> e <span style="font-weight: bold;">hiperascetismo</span> son y fueron siempre parientes próximos. El Padre de la Iglesia <span style="font-weight: bold;">Juan Crisóstomo</span> lo proclamó ya enérgicamente hace siglos; interpretando en uno de sus sermones la frase bíblica "dos en una sola carne" como unión corporal de los esposos, añade: "¿Por qué has de sonrojarte ante lo que es puro? ¡Tal es lo propio de los herejes!".</span><br /></div><span style="font-size:100%;"><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbHGpU5dL6X3iM10A7S3u3olXmLhgR0LmsiuUaYcwtk9py_aYW3FXKVBSi5XUR_WxvA8AqOEmqIVZVo1SVyJua3qz74wOEsijcSGe1zaHg2BY2AM0vaX6o0VazN6fl1L-IhTvckCO8NlLU/s1600/josef-pieper.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 263px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbHGpU5dL6X3iM10A7S3u3olXmLhgR0LmsiuUaYcwtk9py_aYW3FXKVBSi5XUR_WxvA8AqOEmqIVZVo1SVyJua3qz74wOEsijcSGe1zaHg2BY2AM0vaX6o0VazN6fl1L-IhTvckCO8NlLU/s400/josef-pieper.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5515648150302623426" border="0" /></a></span></div><br /><div style="border: medium none; text-align: center;font-family:arial;"><span style="font-size:100%;">Fuente: <span style="font-weight: bold;">Josef Pieper, </span><em style="font-weight: bold;">Antología</em>, </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:arial;">Editorial Herder, Barcelona 1984, pp. 87-88.</span></span><br /><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:arial;">Tomado del <a style="font-weight: bold;" href="http://centropieper.blogspot.com/">Centro de Humanidades Josef Pieper</a></span></span><br /></div><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:arial;"><br /></span></span>Non nisi te, Dominehttp://www.blogger.com/profile/16017245568144810674noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1824030658602418540.post-8722030903659974982010-09-03T11:06:00.000-07:002010-09-03T11:57:21.476-07:00San Pío X: contra el modernismo, tomismo<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjy8fbKX4MlHTVFVStyBIfOGIvjQNbXWziqc0tXaRGbslyuUZk5lRBN9pgvXAb38QFt6oymquW0toanQ1ZTvoWVxAX6H0TYM9WYJMcmWZKYltHcVSgGVY-bMT0s7IrAp0CDCIMXSTGawRvc/s1600/SARTO.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 329px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjy8fbKX4MlHTVFVStyBIfOGIvjQNbXWziqc0tXaRGbslyuUZk5lRBN9pgvXAb38QFt6oymquW0toanQ1ZTvoWVxAX6H0TYM9WYJMcmWZKYltHcVSgGVY-bMT0s7IrAp0CDCIMXSTGawRvc/s400/SARTO.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5512758706112770898" border="0" /></a><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-size:100%;">Recordamos hoy, tres de septiembre, al único papa santo del s. XX, <span style="font-weight: bold;">San Pío X</span>, que nos dejó la gran <a href="http://www.multimedios.org/docs/d000330/"><span style="font-weight: bold;">Encíclica Pascendi</span></a>, de absoluta actualidad, que además de exponer perfectamente y <a style="font-weight: bold;" href="http://www.statveritas.com.ar/Varios/Conferencia_Pascendi_%28JM_Gambra%29.html">condenar el modernismo</a> (que es la suma de todas las herejías), supo encontrar con total precisión la causa y el remedio de esta enfermedad que corroe la Iglesia cada vez más:</span><br /><br /><span style="font-size:100%;">“<span style="font-weight: bold;">CAUSAS Y REMEDIOS</span></span><br /><br /><span style="font-size:100%;">La causa próxima e inmediata es, sin duda, la <span style="font-weight: bold;">perversión de la inteligencia</span>. Se le añaden, como remotas, estas dos: la <span style="font-weight: bold;">curiosidad</span> y el <span style="font-weight: bold;">orgullo</span>. La curiosidad, si no se modera prudentemente, basta por sí sola para explicar cualesquier errores…</span><br /><br /><span style="font-size:100%;">Y si de las causas morales pasamos a las que proceden de la inteligencia, se nos ofrece primero y principalmente la <span style="font-weight: bold;">ignorancia</span>. -En verdad que todos los modernistas sin excepción, quieren ser y pasar por doctores en la Iglesia, y aunque con palabras grandilocuentes subliman la filosofía moderna y desprecian la escolástica, no abrazaron la primera deslumbrados por sus aparatosos artificios, sino porque su completa ignorancia de la segunda les privó del instrumento necesario para suprimir la confusión en las ideas y para refutar los sofismas. Y del consorcio de la falsa filosofía con la fe ha nacido el sistema de ellos, inficionado por tantos y tan grandes errores…</span><br /><br /><span style="font-size:100%;">Tres son principalmente las cosas que tienen por contrarias a sus conatos: el método escolástico de filosofar, la autoridad de los Padres y la tradición, el magisterio eclesiástico. Contra ellas dirigen sus más violentos ataques. Por esto ridiculizan generalmente y desprecian la filosofía y teología escolástica, y ya hagan esto por ignorancia o por miedo, o, lo que es más cierto, por ambas razones, es cosa averiguada que el deseo de novedades va siempre unido con el odio del método escolástico y <span style="font-size:100%;"><span style="font-weight: bold;">no hay otro más claro indicio de que uno empiece a inclinarse a la doctrina del modernismo que el comenzar a aborrecer el método escolástico</span></span>. Recuerden los modernistas y sus partidarios la condenación con que Pío IX estimó que debía reprobarse la opinión de los que dicen: El método y los principios, con los cuales los antiguos Doctores escolásticos cultivaron la Teología, no corresponden a las necesidades de nuestro tiempo ni al progreso de la ciencia. Por lo que toca a la tradición, se esfuerzan astutamente en pervertir su naturaleza y su importancia, a fin de destruir su peso y autoridad.</span><br /><br /><span style="font-size:100%;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwEoOMMHVoKrWegbL9M3GKrns0PxS-6cnpDkqx46gsA1Pme1gBJIb66EHQs-m1YI3xWU3eEJxdvGaVGdMFXgn6chWG3_WnrF-oWA4VerwTTpq9f3SVqxkBxpQ7XsSoKv4Y1G_FGzXDdkR4/s1600/Vetrata.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 317px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwEoOMMHVoKrWegbL9M3GKrns0PxS-6cnpDkqx46gsA1Pme1gBJIb66EHQs-m1YI3xWU3eEJxdvGaVGdMFXgn6chWG3_WnrF-oWA4VerwTTpq9f3SVqxkBxpQ7XsSoKv4Y1G_FGzXDdkR4/s400/Vetrata.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5512758714367287602" border="0" /></a></span><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-weight: bold;">REMEDIOS EFICACES</span></span><br /><br /><span style="font-size:100%;">En primer lugar, pues, por lo que toca a los estudios, <span style="font-weight: bold;">queremos, y definitivamente mandamos, que la Filosofía escolástica se ponga por fundamento de los estudios sagrados</span>.</span><br /><br /><span style="font-size:100%;">Lo principal que es preciso notar es que, <span style="font-weight: bold;">cuando prescribimos que se siga la Filosofía escolástica, entendemos principalmente la que enseñó Santo Tomás de Aquino</span>, acerca de la cual, cuanto decretó Nuestro Predecesor queremos que siga vigente y, en cuanto fuere menester, lo restablecemos y confirmamos mandando que por todos sea exactamente observado. A los Obispos pertenecerá estimular y exigir, si en alguna parte se hubiese descuidado en los Seminarios, que se observe en adelante, y lo mismo mandamos a los superiores de las Ordenes religiosas. Y a los maestros les exhortamos a que tengan fijamente presente que el <span style="font-weight: bold;">apartarse del Doctor de Aquino, en especial en las cuestiones metafísicas, nunca dejará de ser de gran perjuicio</span>…”</span><br /></div><br /><div style="text-align: center;"><h3 style="text-align: center;" class="UIIntentionalStory_Message" ft="{"type":"msg"}"><span class="UIIntentionalStory_Names" ft="{"type":"name"}"> </span><span style="font-weight: bold; font-family: arial;" class="UIStory_Message">Sancte Pie Decime, gloriose patrone, ora pro nobis.</span></h3><br /><br /><object width="640" height="385"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/BjkrTIstptI?fs=1&hl=es_ES"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/BjkrTIstptI?fs=1&hl=es_ES" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="640" height="385"></embed></object><br /><br /><object width="480" height="385"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/hTzhPUSZIa4?fs=1&hl=es_ES"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/hTzhPUSZIa4?fs=1&hl=es_ES" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="480" height="385"></embed></object><br /><br /></div><div style="text-align: center;"><object width="480" height="385"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/ifRGxz9GrkA?fs=1&hl=es_ES"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/ifRGxz9GrkA?fs=1&hl=es_ES" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="480" height="385"></embed></object></div>Non nisi te, Dominehttp://www.blogger.com/profile/16017245568144810674noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1824030658602418540.post-16105709409106855862010-08-20T07:23:00.000-07:002010-08-21T13:54:35.522-07:00La vigencia del tradicionalismo político español<div style="text-align: justify;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcjuvo0YNwrwVhnosWRdc992RAPOyyEMXayafgewfGBjHQu7MmE5oYM_TGst7iRkwoRt3XYDrSHVesSSAeTq3GEoBzo92ei3Y1GychSHJd96QataIqanRPt0n_k08iNfNlCLH5FNii0_7U/s1600/abandelacar.jpg"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 311px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcjuvo0YNwrwVhnosWRdc992RAPOyyEMXayafgewfGBjHQu7MmE5oYM_TGst7iRkwoRt3XYDrSHVesSSAeTq3GEoBzo92ei3Y1GychSHJd96QataIqanRPt0n_k08iNfNlCLH5FNii0_7U/s400/abandelacar.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5507508635057854226" border="0" /></a><span style="font-family:arial;">Ante la reciente noticia de la muerte de </span><a href="http://www.carlismo.es/modules.php?name=News&file=article&sid=256"><span style="font-weight: bold;font-family:arial;" >Carlos Hugo (q.e.p.d.)</span></a><span style="font-family:arial;">, los medios de comunicación, incluso algunos </span><span style="font-weight: bold;font-family:arial;" >católicos tradicionalistas</span><span style="font-family:arial;">, han mostrado una enorme incomprensión y desconocimiento de la realidad actual del tradicionalismo político español, sin el cual no existe la verdadera España, que no es sino la </span><span style="font-style: italic;font-family:arial;" >Christianitas minor</span><span style="font-family:arial;">, el resto de la vieja </span><span style="font-weight: bold;font-family:arial;" >Cristiandad </span><span style="font-family:arial;">destrozada por la corrosión del protestantismo y la Europa moderna, masónica y liberal.</span><br /></div><div style="text-align: right;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family:arial;"><br />Es necesario recordar que <a href="http://montejurralealtad.blogspot.com/2010/08/carlos-hugo-ante-el-reto-de-la-historia.html">Carlos Hugo perdió tristemente la legitimidad</a> por sus desviaciones ideológicas y religiosas, por lo que <a href="http://www.carlismo.es/modules.php?name=News&new_topic=2"><span style="font-weight: bold;">Don Sixto Enrique de Borbón-Parma</span></a> pasó a ser el sucesor legítimo a la Corona. Como en tantas cosas, el <span style="font-weight: bold;">Concilio Vaticano II</span> fue decisivo, ya que siendo el <a href="http://www.carlismo.es/index.php"><span style="font-weight: bold;">Carlismo</span></a> el estandarte político del tradicionalismo católico español y por ello íntimamente ligado a la Iglesia, fue casi inevitable que no hubiera disensiones y rupturas internas ante la gran crisis conciliar.<br /><br />Igual que la Iglesia iba a ser autodemolida (según la famosa expresión de <span style="font-weight: bold;">Pablo VI</span>) y ocupada por la nueva secta modernista “conciliar”, el que por legitimidad de origen era abanderado de la Tradición política de las Españas iba a deformar completamente el carlismo hasta convertirlo en su caricatura. Sin embargo, la Iglesia no puede ser dividida por ninguna voluntad humana, ya que el que traiciona la verdadera fe no hace más que ponerse a sí mismo fuera de su seno, quedando ésta siempre Una, Santa, Católica y Apostólica. De igual manera, el Príncipe que traiciona los fundamentos sagrados de la Monarquía tradicional no daña dicha institución, cuyos mecanismos han sido perfectamente pensados por los grandes filósofos y pensadores de la Cristiandad, sino que se daña a sí mismo privándose de la legitimidad heredada. No hay que olvidar que el carlismo en España no es una ideología, ni un partido, sino una comunión.<br /><br />Así pues, alejado de los principios inmutables de tan noble y antigua institución, Carlos Hugo perdió dicha legitimidad, que vino a recaer en su hermano <span style="font-weight: bold;">Don Sixto Enrique</span>, que en primera fila de la lucha por la Tradición, fue e<span style="font-size:100%;">l primero en dar su enhorabuena a </span><span style="font-weight: bold;font-size:100%;" >Mons. Lefebvre</span><span style="font-size:100%;"> tras las famosas <a href="http://www.youtube.com/watch?v=gAr0psfJGeg">consagraciones episcopales de 1988 en</a></span></span><a href="http://www.youtube.com/watch?v=gAr0psfJGeg"><span style="font-size:100%;"><span id="eow-title" class="long-title" dir="ltr" title="Traditional Catholic bishops consecrated at Ecône in 1988"> <span style="font-family:arial;">Ecône</span></span></span></a><span style="font-family:arial;"><span style="font-size:100%;">. Es pues </span>deber de todo el mundo hispano y todavía católico, rendirle lealtad a su legítimo Rey y luchar por que pueda llegar a reinar; el resto de “alternativas” imaginadas por los católicos tradicionalistas no son más que parches liberales heredados de la triste practica política implantada de forma fatal desde <span style="font-weight: bold;">León XIII</span> y su llamado <a href="http://hispanismo.org/religion/5699-leon-xiii-y-su-calamitoso-ralliement-politico.html"><span style="font-style: italic; font-weight: bold;">ralliement</span></a>, la cual ha llevado a la rendición del catolicismo en el ámbito social ante los poderes revolucionarios establecidos. Siendo León XIII y sus sucesores hasta el <span style="font-weight: bold;">Vaticano II</span>, papas de feliz y gloriosa memoria, no supieron en la práctica lidiar con un enemigo tan sutil y perverso como el mundo liberal nacido de la <span style="font-weight: bold;">Revolución Francesa</span>, y lo que en ellos fue desafortunada práctica política, con los papas conciliares fue absoluta entrega y abrazo fraterno con los poderes anticristianos actuales.<br /><br />Es hora de dejar las excusas y luchar por la integridad del orden cristiano, porque no es posible elegir primero unos imperativos de nuestra fe y después otros, según parezca favorable o conveniente dependiendo de la situación; ni tampoco son posibles medias tintas o excusas de cualquier tipo, porque ya hemos visto a dónde nos ha llevado esa actitud socialmente a los católicos. Y es preciso recordar especialmente una <span style="font-weight: bold;">sentencia condenada por</span> <span style="font-weight: bold;">Pio IX</span> en el <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Syllabus</span> y que muchos parecen no recordar o tratan de evitar cuidadosamente: <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">"</span></span><span style=";font-family:arial;font-size:100%;" ><span style="font-weight: bold; font-style: italic;">LXIII. Negar la obediencia a los Príncipes legítimos, y lo que es más, rebelarse contra ellos, es cosa lícita"</span>. Es evidente que esta doctrina es inmutable y no progresa, aunque algunos que se llaman tradicionalistas piensen, a la manera progresista, que no es propio de estos tiempos…<br /><br />No pueden olvidarse nunca nuestros deberes respecto a la sociedad y a la <span style="font-weight: bold;">Patria</span>, y al calor de la Iglesia ha nacido un orden social y unas sagradas instituciones que deben restaurarse si no queremos seguir en la tela de araña del liberalismo. La monarquía tradicional es la responsable de ese orden y la aglutinante de esas instituciones, y <a href="http://www.facebook.com/pages/SAR-Don-Sixto-Enrique-de-Borbon/19500671771"><span style="font-weight: bold;">Don Sixto Enrique de Borbón</span></a> es nuestro Rey.<br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHkJ28AxY3Y_AH3DoWmfolXPs5zvHxXd3_giwMU3kvWRgyWw09jVCuKDK7NtwIu17rAeZ9oVnK8s16OgEdmEyrkmGrj5QvhrMNgi4hWq22Vw3E7AXraYXbwq08DKsXkTXKqAg4ahY4JRt8/s1600/Don+Sixto.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 332px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHkJ28AxY3Y_AH3DoWmfolXPs5zvHxXd3_giwMU3kvWRgyWw09jVCuKDK7NtwIu17rAeZ9oVnK8s16OgEdmEyrkmGrj5QvhrMNgi4hWq22Vw3E7AXraYXbwq08DKsXkTXKqAg4ahY4JRt8/s400/Don+Sixto.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5507532952287861314" border="0" /></a><br /><span style="font-weight: bold;">El hombre y la institución (Lo que España necesita)</span><br /><br /></span></div><span style="font-family:arial;">De <a href="http://www.carlismo.es/modules.php?name=News&file=article&sid=40">CARLISMO.ES</a></span><br /></div><span class="content"><span style=";font-family:Times New Roman;font-size:100%;" ><br /></span></span><div style="text-align: justify;font-family:arial;"><span class="content" style="font-size:100%;"><br />No es cosa fácil comprender la monarquía. Ni ahora que el nihilismo avanza como una marea que por momentos parece incontenible y nada digno de respeto encuentra a su paso. Ni antes cuando el racionalismo, por cierto nunca del todo arrumbado, podía talar enteros estratos de la naturaleza, también de la humana. Ni siquiera en tiempos en que sin desdoro de la razón podía fundarse el orden en armonía con lo divino y aun con lo mágico. Ernest Renan, en su libro sobre la reforma intelectual y moral en Francia, pudo escribir, así, que la monarquía hereditaria es una concepción política tan profunda que no está al alcance de todas las inteligencias. </span><span style="font-size:100%;"><br /><br /></span><span class="content" style="font-size:100%;"> Porque la monarquía es, sobre todo, una institución, arraigada en la tradición y que garantiza la continuidad por encima de los cambios de la voluntad de una generación. Una institución que conjuga unidad y pluralidad, unidad en la persona del rey y pluralidad en la ordenación de los cuerpos sociales que convergen en la Corona. Una institución que tiene por nota esencial la legitimidad, de origen, sí, asegurando la continuidad, de que acabamos de hablar, a través de la eliminación de la incertidumbre en la sucesión, pero también de ejercicio, dando cumplimiento al recto ejercicio de un poder que es respetuoso de las libertades, que por tanto no es puro arbitrio, sino ordenación prudente de lo que de suyo tiende para su perfección a un fin. Cuando la legitimidad de origen se desprende, como si de un fardo se tratase, de la de ejercicio, comienza a desangrarse la monarquía. Al igual que el recto gobierno se sublima cuando se inserta en la venerable sucesión de la monarquía legítima. Pero la monarquía, aun la ilegítima, aun su simple apariencia, como si de un disfraz se tratase, tiene tal virtud unitiva, cordial y moderadora que no deja de atraer con fuerza a los pueblos. Por eso, el profesor Frederick D. Wilhelmsen, a quien tanto marcó el conocimiento del carlismo, decía irónicamente de los ingleses que no merecían tener siquiera ese espectro de monarquía que mantienen. Algo similar podríamos aplicar a nuestro predio hispano. </span><span style="font-size:100%;"><br /></span><span class="content" style="font-size:100%;"> <p align="justify"> El legitimismo nace para combatir la usurpación, que suele conducir al desgobierno. O para frenar el desgobierno que termina por minar las bases de la legítima continuidad tradicional. El carlismo nació de una protesta contra la suplantación de la legitimidad de origen, pero también contra la voluntad claramente manifestada por la usurpación de desmedular la constitución natural de unos pueblos. De modo que una y otra se alimentaron en su imbricación, como hicieron causa común la traición y la revolución. Y pese a las personas de sus reyes, mejores o peores, más o menos capaces y entregados, pero entre oscuridades o refulgentemente leales a su misión, el devenir de los acontecimientos, bélicos o políticos, fue cuajando en una doctrina que enlaza con lo mejor de nuestra tradición política, moral y religiosa, saltando las impurezas arrastradas en el curso histórico. Por eso, el carlismo, legitimismo borbónico, doctrinalmente se va haciendo habsbúrgico y de “español” enteco se desparrama en “hispánico”. Esa apertura a la hispanidad y esa rectificación de las coyunturas históricas dieciochescas e incluso decimonónicas, hace que progresivamente se haya ido depurando y purificando. En días cercanos a los nuestros, para muchos los nuestros, en la segunda mitad del siglo XX, se ha dado así la mejor teorización del pensamiento tradicional hispano –también algunas de sus más groseras deformaciones–, aun con la contrapartida de haberse perdido tanto la vivencia popular e institucional carlista. Pero en tal trayecto no sólo ha tenido culpa, por sus desaciertos o fallas, nuestra Comunión. Son los acontecimientos que han marcado una época de la historia de España y de la historia del mundo: desde el franquismo y su menesterosidad hasta el inaudito giro consolidado en el II Concilio Vaticano.</p></span><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjui-XpKc_vuwNiap3svkazRZVtOGT9CQMF5pjJR3AO5lFFQMIfbdZP328h6UmS9nWKt24QkZW9sRJjWMfMwk6JGuhkuICWqDdAQoR68U2pUS9Khyphenhyphen_Ym3UcF3MWJTzTzSrpSfyYxXbgN_IU/s1600/Carlos+VII.jpg"><img style="float: right; margin: 0pt 0pt 10px 10px; cursor: pointer; width: 291px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjui-XpKc_vuwNiap3svkazRZVtOGT9CQMF5pjJR3AO5lFFQMIfbdZP328h6UmS9nWKt24QkZW9sRJjWMfMwk6JGuhkuICWqDdAQoR68U2pUS9Khyphenhyphen_Ym3UcF3MWJTzTzSrpSfyYxXbgN_IU/s400/Carlos+VII.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5507533875946663218" border="0" /></a>Pero la institución encarna en una persona. Y la monarquía requiere de un rey. Y el legitimismo precisa de un rey legítimo opuesto al usurpador. El carlismo sin rey es un absurdo que sólo cabe en quienes en su fondo último han abjurado del legitimismo, para quedarse en tradicionalismos abstractos que no pueden –y por eso, salvadas las loables inconsecuencias, suelen– sino desembocar a la postre en obediencias democristianas. La prolongación de un legitimismo que no logra acceder al poder y restaurar la legitimidad, tiende al folclorismo. Y pese a ello, entre nosotros, hasta las trágicas consecuencias del II Concilio Vaticano, coincidente en el tiempo con la traición de Don Carlos-Hugo, puede afirmarse la continuidad política eficaz de la adhesión a unos príncipes. Aun con cientos de grupos y grupúsculos, de escisiones y divisiones, y mediando incluso el agotamiento del tronco de la dinastía, con la necesidad de podar varias ramas. Y el Rey Don Javier de Borbón Parma reunió en su torno la lealtad secular. Como hoy debiera el carlismo seguir con afán a su hijo Don Sixto Enrique. Su reciente manifiesto, última cuenta de un rosario de actividad discreta pero sostenida al tiempo, lo prueba. Por su fidelidad a los principios de la tradición española tal y como los codificó el Rey Don Alfonso Carlos. Por su acertada visión de la coyuntura presente del mundo. Por su trayectoria al servicio de la causa de la Cristiandad y de la Hispanidad en particular. Don Sixto Enrique, hombre inteligente y culto, inquieto y viajero, firme en la tradición de la Iglesia de siempre y en la del legitimismo carlista. He ahí al hombre. El hombre que España necesita para que se prolongue la continuidad venerable de la monarquía tradicional. Legítima de origen y de ejercicio. Lo demás son discursos republicanos bajo protesta de monarquía. Paradoja semejante a la que en otros órdenes acompaña en bien conocidos ambientes a las cada vez más frecuentes prédicas conformistas de inconformismo y a alocuciones liberales de catolicismo “en la vida pública”. El carlismo tiene un signo bien neto: íntegramente legitimista y tradicionalista. El debilitamiento de sus notas constitutivas, consciente o involuntario, puede aparecer exigido por respetables opciones personales o simular que obedece a razonables exigencias del tiempo, pero en todo caso significa un nuevo camino. Buen viaje. Que lo siga quien lo desee. Pero que no se encubran los nuevos puertos cuyo abrigo se pretende. El carlismo no sólo cree que ante Dios no hay héroe anónimo; también ha sido siempre una milicia de soldados conocidos. Con un capitán que sabe quién es.<span style="font-size:100%;"><br /></span><span class="content" style="font-size:100%;"> </span></div><span class="content"><h2 align="right"><span style=";font-family:Times New Roman;font-size:100%;" >M. Anaut</span></h2></span>Non nisi te, Dominehttp://www.blogger.com/profile/16017245568144810674noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1824030658602418540.post-24809696790992448192010-07-13T09:07:00.000-07:002010-07-13T12:05:16.784-07:00Justicia de la guerra, por Juan de la Peña, O.P.<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhmX9Vb62MdUoBy-HXR2kT5aowLkkhyuFZHjWppQqVyl8sPqqmjGEeaPyyKdaOon6VCileywcDWPZP3RPTfVxKqLqqt0PHGYZnOgnQaUCTYMHMtTnXUnHgqVT3q8OW0qeWczXS5aZHkPB6/s1600/papst.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 347px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhmX9Vb62MdUoBy-HXR2kT5aowLkkhyuFZHjWppQqVyl8sPqqmjGEeaPyyKdaOon6VCileywcDWPZP3RPTfVxKqLqqt0PHGYZnOgnQaUCTYMHMtTnXUnHgqVT3q8OW0qeWczXS5aZHkPB6/s400/papst.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5493466083637703698" border="0" /></a><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family:arial;">Transcribo a continuación un fragmento del comentario de <span style="font-weight: bold;">Juan de la Peña</span>, dominico de la <span style="font-weight: bold;">Escuela de Salamanca</span> y discípulo de <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Bartolom%C3%A9_de_Carranza"><span style="font-weight: bold;">Bartolomé de Carranza</span></a>, sobre la <span style="font-weight: bold;"><a href="http://hjg.com.ar/sumat/c/c40.html#a1">Quaestio 40 De Bello</a> </span>de <span style="font-weight: bold;">Santo Tomás de Aquino</span>. Dicho autor tuvo en el s. XVI una considerable importancia, especialmente por su disputa contra </span><a style="font-family: arial; font-weight: bold;" href="http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Gin%C3%A9s_de_Sep%C3%BAlveda">Ginés de Sepúlveda</a><span style="font-family:arial;"> a propósito de la conquista de las <span style="font-weight: bold;">Indias</span>, así como por su participación en el famoso proceso contra su maestro Bartolomé de Carranza y por ser uno de los protagonistas de la pugna entre agustinos y dominicos por las cátedras salmanticenses, que en su caso fue la oposición con el maestro agustino <span style="font-weight: bold;">Juan de Guevara</span>. He aquí un interesante fragmento de su obra<span style="font-weight: bold;"> <span style="font-style: italic;">De Bello contra insulanos</span></span> sobre la <span style="font-weight: bold;">guerra justa</span>, donde sigue al Doctor Angélico frente a las exageraciones de paganos y herejes acerca de esta cuestión</span>:<br /><br /><span style="font-family:arial;">"Para la solución del problema tened presente el error que existió entre <span style="font-weight: bold;">gentiles y paganos</span>, de que el derecho estaba en las armas; de ahí su afirmación de que todas las guerras eran lícitas. En el extremo opuesto se situaba el error de los <span style="font-weight: bold;">maniqueos</span>, quienes afirmaban que todas las guerras eran ilícitas y malas, provenientes de un dios malo; de ahí su afirmación de que todas las guerras que se hicieron en el Antiguo Testamento provenían de un dios malo. Por eso condenaban el Antiguo Testamento y sostenían que uno es el Dios del Antiguo Testamento y otro el del Nuevo Testamento. Contra estos heréticos escribió <span style="font-weight: bold;">Agustín</span>, a quien cita <span style="font-weight: bold;">Santo Tomás </span>textualmente en este artículo. Las razones que ellos aducen las recoge Santo Tomás y Agustín les da en este mismo pasaje la adecuada respuesta.</span> <span style="font-family:arial;"><br /></span><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtc9ghoEmMkXRH-RhVHxNmxGHP-rkj_R4-SCJLUCHSjgflHwW7J9vHRhFKZ1PVMQ3r3FeLlLjpU9TzPYV0hNQ1gJSStc2dcXCaUyhDNatvhfn3g_MtABhE7YI-Q5ROjjfxhD5rpioptxsZ/s1600/SPio-V_LBALDI-1.jpg"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 259px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtc9ghoEmMkXRH-RhVHxNmxGHP-rkj_R4-SCJLUCHSjgflHwW7J9vHRhFKZ1PVMQ3r3FeLlLjpU9TzPYV0hNQ1gJSStc2dcXCaUyhDNatvhfn3g_MtABhE7YI-Q5ROjjfxhD5rpioptxsZ/s400/SPio-V_LBALDI-1.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5493466906371246082" border="0" /></a><span style="font-family:arial;">Después en nuestros días vino el error de <span style="font-weight: bold;">Ecolampadio</span>, que condenaba todas las guerras en los tiempos del Nuevo Testamento, apoyado sobre todo en aquel pasaje: <span style="font-style: italic;">de las espadas forjarán arados</span>, etc, y <span style="font-style: italic;">no se adiestrarán para la guerra</span>.</span> <span style="font-family:arial;"><br />También <span style="font-weight: bold;">Lutero</span> cayó en error condenando especialmente las guerras contra los turcos. Afirmaba que las guerras que se hacían contra los turcos eran ilícitas. Esta era su tesis: Pelear contra el turco es resistir a Dios que castiga nuestras iniquidades. El argumento viene a ser este: Todo el que resista al verdugo y al ejecutor de la justicia, peca. Pero el turco es ejecutor de la justicia divina contra nosotros. Luego pecamos haciéndole resistencia y peleando. Juan Fisher escribió contra este error y el <span style="font-weight: bold;">Papa León X</span> lo condenó en su Bula. La Iglesia condena estos errores. Consultad sobre el particular a Alfonso de Castro.</span> <span style="font-family:arial;"><br />Dando de lado a estos errores, esta es la <span style="font-weight: bold;">tesis católica</span>: la guerra, si cumple las condiciones de <span style="font-weight: bold;">guerra justa</span>, es y fue <span style="font-weight: bold;">siempre lícita</span>, y <span style="font-weight: bold;">decir lo contrario es una herejía</span>.</span> <span style="font-family:arial;"><br />(...) <span style="font-weight: bold;">Prueba de razón</span>: Es lícito por derecho natural, repeler la fuerza con la fuerza con la moderación que exige una defensa irreprensible. Luego la <span style="font-weight: bold;">guerra defensiva</span> es lícita. Nos queda por probar ahora que también es lícita la <span style="font-weight: bold;">guerra ofensiva</span>, que se emprende para vengar una injuria. Prueba: Todo príncipe tiene poder en su república para vengar a sus ciudadanos de las injurias y recobrar los propios bienes de los ciudadanos contra sus enemigos internos. Luego el mismo poder tiene también contra los enemigos externos.</span> <span style="font-family:arial;"><br />Por lo que se refiere a la república el antecedente es manifiesto. Son también una prueba las palabras de <span style="font-weight: bold;">Pablo</span>: <span style="font-style: italic;">por algo lleva la espada</span>, para vengarse de los malhechores. Prueba de la consecuencia: Al príncipe le ha sido confiada de forma absoluta la administración del bien público en su totalidad, y por consiguiente puede tomar venganza de quien sea; si así no fuera, la república sería muy imperfecta y se daría lugar a pillajes, latrocinios y homicidios.</span> <span style="font-family:arial;"><br />Hay, no obstante, quienes niegan la consecuencia. La razón es esta: el propio juez tiene poder entre los ciudadanos; el juez está situado en una línea de supremacía y por lo mismo tiene poder para dictar sentencia sobre quien sea. Pero no es superior en relación con otro rey, sino que los dos son iguales. Además el igual no tiene dominio sobre su igual; no se da, pues, la misma razón ni puede por tanto dictar sentencia. En conclusión, toda guerra ha de ser mala, puesto que se hace con autoridad privada, por así decir, y es como si un ciudadano tomase venganza de otro ciudadano por su propia autoridad. Tal es el caso de un príncipe respecto de otro.</span> <span style="font-family:arial;"><br />Con esta argumentación cayó <span style="font-weight: bold;">Erasmo</span> en engaño. Pero a esta respuesta decimos que por el hecho mismo de inferir alguien una injuria a otro dirigida a la república, en esto se hace inferior suyo por razón del delito y queda sometido a él. Una explicación más amplia, al estudiar las causas y condiciones de la guerra justa. Consecuencia: Es lícito a los cristianos pelear, si se cumplen los requisitos. En efecto, la gracia no destruye a la naturaleza sino la perfecciona; por consiguiente, si toda república tiene este derecho por derecho natural, el mismo derecho tiene también la república cristiana. <span style="font-weight: bold;">Podemos, pues, luchar por la religión, por la vida, por el honor y por los bienes</span>."<br /><br /></span><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMA0HFGTnuPs8lwYBRx9AXFIyzQh1wV9jk00-euhjRsrgg4-7z-y48s9Vi8JzTsPA-yZd0nTRoyDxG549YJfhWmZokERJoP4mPY9NR1FSH2D6m7bIbx4Jqpudzb3VK9aE8fT2gG2BBEjyY/s1600/Estandarte_Liga_Santa.gif"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 219px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMA0HFGTnuPs8lwYBRx9AXFIyzQh1wV9jk00-euhjRsrgg4-7z-y48s9Vi8JzTsPA-yZd0nTRoyDxG549YJfhWmZokERJoP4mPY9NR1FSH2D6m7bIbx4Jqpudzb3VK9aE8fT2gG2BBEjyY/s400/Estandarte_Liga_Santa.gif" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5493466093276144658" border="0" /></a></div>Non nisi te, Dominehttp://www.blogger.com/profile/16017245568144810674noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1824030658602418540.post-8009863961890879822010-06-28T10:07:00.000-07:002010-06-28T10:19:55.070-07:00Garrigou-Lagrange sobre la libertad religiosa<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkkjYrTmn-fxyknCmbRsQ8L6P5r3kY8lpn07wF3qhC1zKP4EnQm6SnnxzsK9Bxo2YGhThSgeuy5zrN4n6kOetbWjQ_GeeDBwTXuhTqXoC0J2rcdBk84GLPBo0zzoa0yEEd1jEnBuXRF1Ol/s1600/Garrigou_Lagrange.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 273px; height: 399px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkkjYrTmn-fxyknCmbRsQ8L6P5r3kY8lpn07wF3qhC1zKP4EnQm6SnnxzsK9Bxo2YGhThSgeuy5zrN4n6kOetbWjQ_GeeDBwTXuhTqXoC0J2rcdBk84GLPBo0zzoa0yEEd1jEnBuXRF1Ol/s400/Garrigou_Lagrange.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5487875405676813106" border="0" /></a><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family:arial;">"Nosotros podemos (...) hacer de la libertad de cultos un argumento <span style="font-style: italic;">ad hominem</span> contra aquellos que, a la vez que proclaman la libertad de cultos, persiguen a la Iglesia (Estados laicos y socializantes), o impiden su culto directa o indirectamente (Estados comunistas, islámicos, etc.). Este argumento <span style="font-style: italic;">ad hominem</span> es justo y la Iglesia no lo desdeña, usándolo para defender eficazmente su derecho a la libertad. Pero no se sigue, que la libertad de cultos, considerada en sí misma, sea sostenible para los católicos como principio, porque ella es de suyo absurda e impía, pues la verdad y el error no pueden tener los mismos derechos." (<a href="http://www.thomisttacos.com/?p=38"><span style="font-weight: bold;">Reginald Garrigou-Lagrange.</span></a> <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">De Revelatione</span>)<br /></span></div>Non nisi te, Dominehttp://www.blogger.com/profile/16017245568144810674noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1824030658602418540.post-22648993513054717832010-06-15T07:31:00.000-07:002010-06-15T08:26:12.198-07:00Los dogmas modernos, por Leonardo Castellani<div style="text-align: justify;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5Yl2VhxggyT3l1uDhR80iANXuSuMYUVMKUUzr1yCIZcePYvaOHj7zts_lK4DCRYBDXUV_CzJxw6HrZdAVnJzS0k8zK9szzFWIvMev3xLU9vuALczc70cjzJir8Tql3Ua9NLhlrNC0PaF7/s1600/padre+castellani3.jpg"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 209px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5Yl2VhxggyT3l1uDhR80iANXuSuMYUVMKUUzr1yCIZcePYvaOHj7zts_lK4DCRYBDXUV_CzJxw6HrZdAVnJzS0k8zK9szzFWIvMev3xLU9vuALczc70cjzJir8Tql3Ua9NLhlrNC0PaF7/s320/padre+castellani3.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5483009795071120610" border="0" /></a><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:arial;"><br />Decía </span><span style="font-weight: bold;font-family:arial;" >Chesterton</span><span style="font-family:arial;"> que el hombre moderno ha dejado de creer en Dios para creer en cualquier cosa, y así es; con ese estilo satírico que le caracterizaba, </span><span style="font-weight: bold;font-family:arial;" >Leonardo Castellani</span><span style="font-family:arial;"> nos muestra en estos "credos" los mitos modernos sobre los que se fundamenta nuestra época y que muy pocos ponen en duda. Siguiendo con </span><span style="font-weight: bold;font-family:arial;" >Chesterton</span><span style="font-family:arial;"> hay que decir: "El mundo moderno está lleno de hombres que sostienen dogmas con tanta firmeza, que ni siquiera se dan cuenta de que son dogmas." Aquí están explicitados, para que el hombre moderno se replantée si es realmente tan escéptico como cree, o simplemente ha cambiado el sentido común y la verdadera fe por simples supersticiones ideológicas muy bien vendidas.</span> </span><br /><br /><br /></div><br /><br /><br /><br /><br /><br /><div style="text-align: center;"><span style="font-weight: bold;font-family:arial;font-size:100%;" >CREDO DEL INCRÉDULO</span><br /></div><br /><div style="text-align: center;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:arial;">CREO en la Nada Todoproductora d'onde salió el Cielo y la Tierra.</span> </span><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:arial;">Y en el Homo Sápiens su único Hijo Rey y Señor,</span> </span><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:arial;">Que fue concebido por Evolución de la Mónera y el Mono.</span> </span><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:arial;">Nació de Santa Materia</span> </span><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:arial;">Bregó bajo el negror de la Edad Media.</span> </span><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:arial;">Fue inquisionado, muerto achicharrado</span> </span><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:arial;">Cayó en la Miseria,</span> <span style="font-family:arial;">Inventó la Ciencia</span> </span><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:arial;">Ha llegado a la era de la Democracia y la Inteligencia.</span></span><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:arial;">Y desde allí va a instalar en el mundo el Paraíso Terrestre.</span></span><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:arial;">Creo en el libre pensante</span> </span><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:arial;">La Civilización de la Máquina</span> </span><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:arial;">La Confraternidad Humana</span> </span><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:arial;">La Inexistencia del pecado,</span> <span style="font-family:arial;"><br />El Progreso inevitable</span> </span><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:arial;">La Rehabilitación de la Carne</span> <span style="font-family:arial;"><br />Y la Vida Confortable.</span> </span><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:arial;">Amén.</span> </span><br /><br /><span style="font-weight: bold;font-family:arial;font-size:100%;" >CREDO EVOLUCIONISTA</span><span style="font-size:100%;"> </span><br /><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:arial;">Creo en la Evolución todopoderosa,</span> </span><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:arial;">que a partir del Big Bang produjo el cielo y la tierra,</span> </span><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:arial;">y en todos los seres que en ella existen, terrestres y extraterrestres</span><extraterrestres style="font-family: arial;">.</extraterrestres> <extraterrestres style="font-family: arial;"></extraterrestres></span><br /><span style="font-size:100%;"><extraterrestres style="font-family: arial;">Y en Carlos Darwin, el sumo profeta,</extraterrestres></span><br /><span style="font-size:100%;"><extraterrestres style="font-family: arial;">que fue concebido por obra y gracia de la mentalidad manchesteriana,</extraterrestres></span><br /><span style="font-size:100%;"><extraterrestres style="font-family: arial;">en la Inglaterra victoriana, rapaz y puritana.</extraterrestres> <extraterrestres style="font-family: arial;"></extraterrestres> <extraterrestres style="font-family: arial;"></extraterrestres></span><br /><span style="font-size:100%;"><extraterrestres style="font-family: arial;">Nació en las nebulosas divagaciones de Empédocles, Demócrito, y Lucrecio.</extraterrestres> <extraterrestres style="font-family: arial;"></extraterrestres> <extraterrestres style="font-family: arial;"></extraterrestres></span><br /><span style="font-size:100%;"><extraterrestres style="font-family: arial;">Creció al calor de los sofismas de Descartes, Locke y Hume.</extraterrestres> <extraterrestres style="font-family: arial;"></extraterrestres></span><br /><span style="font-size:100%;"><extraterrestres style="font-family: arial;">Se nutrió de Malthus y se consolidó con Spencer.</extraterrestres></span><br /><span style="font-size:100%;"><extraterrestres style="font-family: arial;">Fue pronunciada por Lamarck , el precursor,</extraterrestres></span><br /><span style="font-size:100%;"><extraterrestres style="font-family: arial;">y REVELADA FINALMENTE POR DARWIN EN LA PLENITUD DEL SIGLO.</extraterrestres> <extraterrestres style="font-family: arial;"></extraterrestres> <extraterrestres style="font-family: arial;"></extraterrestres></span><br /><span style="font-size:100%;"><extraterrestres style="font-family: arial;">Fue aclamada por Marx, Engels, y todo medio pelo intelectual;</extraterrestres> <extraterrestres style="font-family: arial;"></extraterrestres></span><br /><span style="font-size:100%;"><extraterrestres style="font-family: arial;">fue refutada, muerta y sepultada por verdaderos científicos.</extraterrestres></span><br /><span style="font-size:100%;"><extraterrestres style="font-family: arial;"></extraterrestres> <extraterrestres style="font-family: arial;">Fue resucitada luego - con fines ideológicos- por una multitud de delirantes,</extraterrestres></span><br /><span style="font-size:100%;"><extraterrestres style="font-family: arial;">pero dueños de la manija.</extraterrestres> <extraterrestres style="font-family: arial;"></extraterrestres> <extraterrestres style="font-family: arial;"></extraterrestres></span><br /><span style="font-size:100%;"><extraterrestres style="font-family: arial;">Creo en la Selección Natural,</extraterrestres> <extraterrestres style="font-family: arial;">que a partir de una ameba produjo al Hombre,</extraterrestres> <extraterrestres style="font-family: arial;"></extraterrestres></span><br /><span style="font-size:100%;"><extraterrestres style="font-family: arial;">y en las mutaciones, que brindaron la materia prima para semejante prodigio.</extraterrestres> <extraterrestres style="font-family: arial;"></extraterrestres> <extraterrestres style="font-family: arial;"></extraterrestres></span><br /><span style="font-size:100%;"><extraterrestres style="font-family: arial;">Creo que el alma no existe y que Dios es sólo un producto de la mente del hombre,</extraterrestres> <extraterrestres style="font-family: arial;"></extraterrestres></span><br /><span style="font-size:100%;"><extraterrestres style="font-family: arial;">que no es sino un mono evolucionado.</extraterrestres> <extraterrestres style="font-family: arial;"></extraterrestres> <extraterrestres style="font-family: arial;"></extraterrestres></span><br /><span style="font-size:100%;"><extraterrestres style="font-family: arial;">Creo en la supervivencia de los "mas aptos",</extraterrestres> <extraterrestres style="font-family: arial;"></extraterrestres></span><br /><span style="font-size:100%;"><extraterrestres style="font-family: arial;">o sea, aquellos liberados de la opresión de oscuras supersticiones,</extraterrestres> <extraterrestres style="font-family: arial;"></extraterrestres></span><br /><span style="font-size:100%;"><extraterrestres style="font-family: arial;">tales como la Fe, la Patria y el Heroísmo;</extraterrestres> <extraterrestres style="font-family: arial;"></extraterrestres></span><br /><span style="font-size:100%;"><extraterrestres style="font-family: arial;">factores todos que conspiran contra la supervivencia.</extraterrestres> <extraterrestres style="font-family: arial;"></extraterrestres> <extraterrestres style="font-family: arial;"></extraterrestres></span><br /><span style="font-size:100%;"><extraterrestres style="font-family: arial;">Creo en la fosilizacion de la carne,</extraterrestres> <extraterrestres style="font-family: arial;"></extraterrestres></span><br /><span style="font-size:100%;"><extraterrestres style="font-family: arial;">y que la vida es un fenómeno físico-químico, producto del azar.</extraterrestres> <extraterrestres style="font-family: arial;"></extraterrestres> <extraterrestres style="font-family: arial;"></extraterrestres></span><br /><span style="font-size:100%;"><extraterrestres style="font-family: arial;">Creo en fin que todo cambia y nada permanece.</extraterrestres> <extraterrestres style="font-family: arial;"></extraterrestres> <extraterrestres style="font-family: arial;"></extraterrestres></span><br /><span style="font-size:100%;"><extraterrestres style="font-family: arial;">Amén</extraterrestres></span></div>Non nisi te, Dominehttp://www.blogger.com/profile/16017245568144810674noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1824030658602418540.post-17738893537606352472010-06-04T09:14:00.001-07:002012-03-19T15:25:59.905-07:00Himnos de Santo Tomás de Aquino al Santísimo Sacramento<div style="text-align: center;"><object id="mediaplayer2465071026" classid="clsid:D27CDB6E-AE6D-11cf-96B8-444553540000" width="576" height="462"><param name="movie" value="http://www.gloria.tv/media/24270/embed"><param name="allowscriptaccess" value="always"><param name="allowfullscreen" value="true"><embed src="http://www.gloria.tv/media/24270/embed" type="application/x-shockwave-flash" quality="high" scale="noborder" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="576" height="462"></embed></object><br /></div><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family:arial;"><span style="font-size:130%;"><span style="font-weight: bold;">ADORO te devote</span></span>, latens Deitas, quae sub his figuris vere latitas: tibi se cor meum totum subiicit, quia te contemplans totum deficit.</span><br /><span style="font-family:arial;">Visus, tactus, gustus in te fallitur, sed auditu solo tuto creditur; credo quidquid dixit Dei Filius: nil hoc verbo Veritatis verius.</span><br /><span style="font-family:arial;">In cruce latebat sola Deitas, at hic latet simul et humanitas; ambo tamen credens atque confitens, peto quod petivit latro paenitens.</span><br /><span style="font-family:arial;">Plagas, sicut Thomas, non intueor; Deum tamen meum te confiteor; fac me tibi semper magis credere, in te spem habere, te diligere.</span><br /><span style="font-family:arial;">O memoriale mortis Domini! panis vivus, vitam praestans homini! praesta meae menti de te vivere et te illi semper dulce sapere.</span><br /><span style="font-family:arial;">Pie pellicane, Iesu Domine, me immundum munda tuo sanguine; cuius una stilla salvum facere totum mundum quit ab omni scelere.</span><br /><span style="font-family:arial;">Iesu, quem velatum nunc aspicio, oro fiat illud quod tam sitio; ut te revelata cernens facie, visu sim beatus tuae gloriae. Amen.</span><br /><br /><div style="text-align: center;"><span style="font-weight: bold;font-family:arial;">ESPAÑOL</span><br /></div><br /><span style="font-family:arial;">Te adoro con devoción, Dios escondido, oculto verdaderamente bajo estas apariencias. A Ti se somete mi corazón por completo, y se rinde totalmente al contemplarte.</span><br /><span style="font-family:arial;">Al juzgar de Ti, se equivocan la vista, el tacto, el gusto; pero basta el oído para creer con firmeza; creo todo lo que ha dicho el Hijo de Dios: nada es más verdadero que esta Palabra de verdad.</span><br /><span style="font-family:arial;">En la Cruz se escondía sólo la Divinidad, pero aquí se esconde también la Humanidad; sin embargo, creo y confieso ambas cosas, y pido lo que pidió aquel ladrón arrepentido.</span><br /><span style="font-family:arial;">No veo las llagas como las vió Tomás pero confieso que eres mi Dios: haz que yo crea más y más en Ti, que en Ti espere y que te ame.</span><br /><span style="font-family:arial;">¡Memorial de la muerte del Señor! Pan vivo que das vida al hombre: concede a mi alma que de Ti viva y que siempre saboree tu dulzura.</span><br /><span style="font-family:arial;">Señor Jesús, Pelícano bueno, límpiame a mí, inmundo, con tu Sangre, de la que una sola gota puede liberar de todos los crímenes al mundo entero.</span><br /><span style="font-family:arial;">Jesús, a quien ahora veo oculto, te ruego, que se cumpla lo que tanto ansío: que al mirar tu rostro cara a cara, sea yo feliz viendo tu gloria. Amén. </span><br /></div><div style="text-align: center;"><br /><br /><object width="480" height="385"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/j3TmQr0h7ew&hl=es_ES&fs=1&"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/j3TmQr0h7ew&hl=es_ES&fs=1&" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="480" height="385"></embed></object><br /><span style="font-style: italic;"><br /></span><div style="text-align: center;"><span style="font-family:arial;"><span style="font-size:130%;"><span style="font-weight: bold;">Pange lingua</span></span> gloriosi</span><br /><span style="font-family:arial;">Corporis mysterium,</span><br /><span style="font-family:arial;">Sanguinisque pretiosi,</span><br /><span style="font-family:arial;">Quem in mundi pretium</span><br /><span style="font-family:arial;">Fructus ventris generosi,</span><br /><span style="font-family:arial;">Rex effudit gentium.</span><br /><br /><span style="font-family:arial;">Nobis datus nobis natus</span><br /><span style="font-family:arial;">Ex intacta virgine,</span><br /><span style="font-family:arial;">Et in mundo conversatus,</span><br /><span style="font-family:arial;">Sparso verbi semine,</span><br /><span style="font-family:arial;">Sui moras incolatus</span><br /><span style="font-family:arial;">Miro clausit ordine.</span><br /><br /><span style="font-family:arial;">In supreme nocte coenae</span><br /><span style="font-family:arial;">Recumbens cum fratribus,</span><br /><span style="font-family:arial;">Observata lege plena,</span><br /><span style="font-family:arial;">Cibis in legalibus,</span><br /><span style="font-family:arial;">Cibum turbae duodenae</span><br /><span style="font-family:arial;">Se dat suis manibus.</span><br /><br /><span style="font-family:arial;">Verbum caro, panem verum</span><br /><span style="font-family:arial;">Verbo Carnem efficit:</span><br /><span style="font-family:arial;">Fitque Sanguis Christi merum</span><br /><span style="font-family:arial;">Etsi sensus deficit,</span><br /><span style="font-family:arial;">Ad firmandum cor sincerum</span><br /><span style="font-family:arial;">Sola fides sufficit.</span><br /><br /><span style="font-family:arial;"><span style="font-size:130%;"><span style="font-weight: bold;">Tantum ergo</span></span> Sacramentum</span><br /><span style="font-family:arial;">Veneremur cernui:</span><br /><span style="font-family:arial;">Et antiquam documentum</span><br /><span style="font-family:arial;">Novo cedat ritui:</span><br /><span style="font-family:arial;">Praestet fides supplementum</span><br /><span style="font-family:arial;">Sensuum defectui.</span><br /><br /><span style="font-family:arial;">Genitori, Genitoque</span><br /><span style="font-family:arial;">Laus et iubilatio,</span><br /><span style="font-family:arial;">Salus, honor, virtus quoque</span><br /><span style="font-family:arial;">Sit et benedictio:</span><br /><span style="font-family:arial;">Procedenti ab utroque</span><br /><span style="font-family:arial;">Compar sit laudatio.</span><br /><span style="font-family:arial;">Amen.<br /><br /></span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQHBtTLs5j3qcaqYKjws0HWMYiCWR87tuKKlIslyKA68ZmMektDmC8-QC6gzrJ8ZvwVmnyLuN-1dpdXakK2PMa_0uFFAQ0uVGykSLhX7dF3hNg_8N-ZwkuYIldFguAId6O8cCfx25EJqC2/s1600/Herrera+el+mozo+-+Santo+Tom%C3%A1s+de+Aquino.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 231px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQHBtTLs5j3qcaqYKjws0HWMYiCWR87tuKKlIslyKA68ZmMektDmC8-QC6gzrJ8ZvwVmnyLuN-1dpdXakK2PMa_0uFFAQ0uVGykSLhX7dF3hNg_8N-ZwkuYIldFguAId6O8cCfx25EJqC2/s320/Herrera+el+mozo+-+Santo+Tom%C3%A1s+de+Aquino.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5478963003836403618" border="0" /></a><br /><span style=";font-family:arial;font-size:100%;"><span style="font-weight: bold;">ESPAÑOL</span><br /><br />Canta lengua el glorioso<br />misterio del Cuerpo,<br />y de la Sangre preciosa,<br />fruto de un vientre generoso,<br />precio del mundo derramado,<br />por el Rey de las naciones.<br /><br />Para nos dado y nacido<br />de una purísima Virgen,<br />con nosotros convivió,<br />y tras sembrar su palabra,<br />de su convivencial estancia<br />cerró el admirable ciclo.<br /><br />En la última cena<br />que tomó con sus hermanos,<br />observada la ley plena,<br />tras los consumos rituales,<br />como alimento a los doce<br />se dio con sus propias manos.<br /><br />El Verbo en carne, con su verbo<br />hizo realmente el pan su Carne,<br />y el vino Sangre de Cristo:<br />y aunque el sentido no alcanza,<br />para afirmarlo al sincero corazón<br />con la sola fe le basta.<br /><br />A tan grande sacramento<br />veneremos genuflexos;<br />y el antiguo documento<br />al rito ceda del nuevo:<br />y dé la fe el suplemento<br />al sentido insuficiente.<br /><br />A Engendrador y Engendrado<br />loores y cantos gozosos,<br />salutaciones, honores,<br />con méritos y bendiciones:<br />y al Procedente de ambos<br />comparables alabanzas.<br />Amén.<br /><br /></span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2JnQ9NXrtnIbwBVpzriVFqqpAWpjB7_Xlv_k4wa2RCgTsDNGFzcIOwERO-CZTHY0Vtu6H3NUwdfod-IizDDaqu94_sF8pNzYfBaV_08Wjm6Rp0t1RmBBlOlaKRJ158leU9pdu7Uv-Xfq1/s1600/Guercino+-+SanTommaso.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 230px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2JnQ9NXrtnIbwBVpzriVFqqpAWpjB7_Xlv_k4wa2RCgTsDNGFzcIOwERO-CZTHY0Vtu6H3NUwdfod-IizDDaqu94_sF8pNzYfBaV_08Wjm6Rp0t1RmBBlOlaKRJ158leU9pdu7Uv-Xfq1/s320/Guercino+-+SanTommaso.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5478964478094455666" border="0" /></a></div></div>Non nisi te, Dominehttp://www.blogger.com/profile/16017245568144810674noreply@blogger.com0